Mejorar la planificación y la toma de decisiones jugando

¿Tu hijo es impulsivo? ¿Le cuesta pararse a pensar antes de actuar? Es normal, de hecho las habilidades de planificación y toma de decisiones se van adquiriendo progresivamente y durante los primeros años de vida apenas se ponen en práctica. Sin embargo, a partir de los tres años los niños ya son capaces de tomar decisiones concretas sobre aspectos que les afectan directamente, como elegir un compañero de juego, elegir entre dos platos del menú, elegir la ropa que quieren ponerse, etc.

Si como padres potenciamos estas habilidades en nuestros hijos desde bien pequeñitos les estaremos ayudando a ser más reflexivos, a tener en cuenta las características de cada situación para actuar de la mejor forma posible. Ese aprendizaje será de gran utilidad para ellos. A nivel emocional les permitirá sentirse mucho más confiados y seguros, porque sabrán que son capaces de resolver las situaciones que se les planteen, que tienen capacidad para pensar y actuar según sus propios criterios, aunque se trate de situaciones cotidianas de poca repercusión.

¿Cómo podemos desarrollar las habilidades de planeación y toma de decisiones en nuestros hijos?

En el día a día, podemos pedirles que tomen alguna decisión sencilla, por ejemplo elegir la chaqueta según el tiempo que hace, o elegir el calzado según el tipo de salida que vayamos a hacer. Antes de que tomen la decisión, les tenemos que ayudar a analizar los condicionantes. Por ejemplo, podemos salir al balcón a ver qué temperatura hace, valorar si va a llover o no… podemos indicarle dónde vamos a ir: de paseo por la ciudad, de excursión a la montaña… Con esta información, los peques podrán decidir cuál es la mejor prenda o el mejor calzado. Incluso si toman la decisión equivocada, mamá y papá pueden ayudarle a reconsiderar su decisión haciendo algunas preguntas y comentarios. Poco a poco saldrá de ellos mismos analizar las condiciones y nos sorprenderá lo rápido que han aprendido.

Otra forma muy útil de desarrollar las habilidades de planificación y toma de decisiones en nuestros hijos son los juegos de mesa, concretamente los de estrategia. Incluso en los juegos más simples, hay momentos en que una decisión concreta puede determinar la victoria o la derrota. En juegos más complejos como el ajedrez, este proceso va más allá y exige un pensamiento estratégico: continuamente debemos tomar decisiones y planificar las jugadas para obtener la victoria final. Poner en práctica estas habilidades se generaliza a situaciones cotidianas, tanto a nivel académico como a nivel social y emocional. De hecho, cuando nos relacionamos con los demás muchas veces utilizamos estas habilidades, aunque lo hagamos de forma inconsciente: analizamos cómo se siente la otra persona, qué necesidades tiene; analizamos también nuestra situación y nuestras necesidades, pensamos en las repercusiones de cada posible acción y finalmente decidimos cual es la mejor para todos.

Por ello, si ayudamos a los peques a analizar las condiciones y valorar sus repercusiones, les estaremos haciendo un gran favor, les estaremos ayudando a tener una mayor inteligencia emocional, a focalizarse en lo que desean y conseguirlo del mejor modo posible, a pensar por sí mismos y reflexionar antes de actuar.

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