UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA
DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y MEDIOS: SEUDOCIENCIA,
MALA CIENCIA Y POLÉMICAS EN LA DIVULGACIÓN DE
LA ASTROBIOLOGÍA
T
E
S
I
S
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:
BIÓLOGO
P
R
E
S
E
N
T
A:
JORGE ARMANDO ROMO BONILLA
DIRECTOR DE TESIS:
Q.F.B. MARTÍN BONFIL OLIVERA
MÉXICO, D.F., 2012
0
1. Datos del alumno
Romo
Bonilla
Jorge Armando
46283833
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Ciencias
Biología
405027507
2. Datos del tutor
Q.F.B.
Martín
Bonfil
Olivera
3. Datos del sinodal 1
Dra.
Antígona
Segura
Peralta
4. Datos del sinodal 2
Fís.
Sergio Edgardo
de Régules
Ruiz Funes
5. Datos del sinodal 3
Dra.
Clementina de los Ángeles
Equihua
Zamora
6. Datos del sinodal 4
Dra.
Valeria Francisca Eugenia Leopoldina de María de Guadalupe
Souza
Saldívar
7. Datos del trabajo escrito
Divulgación científica y medios: seudociencia, mala ciencia y polémicas en
la divulgación de la astrobiología
96 p
2012
1
AGRADECIMIENTOS
A mi madre, que fue madre y padre a la vez, por su lucha para sacar adelante a
tres chamacos sin ayuda de nadie más.
A mi hermana Mónica, que es mi inspiración y fue mi gran apoyo para sacar
adelante la carrera.
A Zoé, que es como mi hija.
A Elizabeth, Amelie y Marcos, por ser parte de esta gran familia.
A Brenda: por los consejos, enseñanzas, regaños y por ser mi gran amiga de la
carrera.
A Daxel: por estar ahí y escucharme, y por esa amistad tan calurosa.
A Diana: por la revolución, los consejos, las verdades directas y por su admirable
amistad.
A mi hija Yared: por las terapeadas, los regaños, las discusiones, la epifanía y su
gran amistad.
A Martín Bonfil Olivera, por ser mi papá de la divulgación, por dirigir esta tesis, por
su amistad, por las invitaciones a comer, por los aventones y por el window
shopping.
A Sergio de Régules, por ser mi sinodal, por ser mi tío de la divulgación, por su
entusiasmo, por sus chistes y por ser una más de mis inspiraciones para ser
divulgador.
A Antígona Segura, por ser mi sinodal. No está de más decir que es como mi
madrina de la divulgación.
A Clementina Equihua y Valeria Souza: sinodales entusiastas, amigables y feroces
críticas que con sus comentarios mejoraron con creces esta tesis.
Al Monstruo de Espagueti Volador: por estar siempre conmigo, protegiéndome
todo el tiempo gracias a su tallarinesca albongosidad.
A todos aquellos buenos amigos que me han enseñado algo valioso en mi gran
aventura intelectual durante esta licenciatura: Yamili, Manet (¡qué ricas nieves y
crepas hemos comido!), César, Armando (tocayo), Caro, Mar Von Munchausen,
Mariel (primiux), Adriana, Carlos (grandísimo gandul), Erika, Isabel, Paolo,
Yunuen, Martha (comadre), Aryadna y Marielba (Marychan cuerpo de uva).
2
ÍNDICE
Página
I. RESUMEN
5
1.1 Objetivos
6
1.2 Justificación
6
1.3 Metodología
8
II. INTRODUCCIÓN
9
2.1 La Ciencia y su comunicación
9
2.1.1 ¿Qué es la ciencia?
9
2.1.2 ¿Cómo se comunica la ciencia?
12
2.1.3 Enseñanza de la ciencia
13
2.1.4 Comunicación pública de la ciencia
15
2.2 La divulgación científica
16
2.2.1 ¿Qué es la divulgación científica?
16
2.2.2 Los medios empleados por el divulgador
19
III. LA ASTROBIOLOGÍA
21
3.1 Definición de astrobiología
21
3.2 La astrobiología en los medios de comunicación masiva
25
IV. PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA LA DIVULGACIÓN
DE LA ASTROBIOLOGÍA
28
4.1 Seudociencia
28
4.1.1 Definición de seudociencia
28
4.1.2 Discusión de casos de seudociencia relacionados
con la astrobiología en la prensa
30
4.1.2.1 La cara de Marte
30
4.1.2.2 La prensa ante la cara de Marte
34
4.1.2.3 Los OVNIs de Campeche
36
4.1.2.4 La prensa ante los OVNIs de Campeche
38
4.2 Mala ciencia
4.2.1 Definición de mala ciencia
41
41
4.2.2 Discusión de casos de mala ciencia relacionados
con astrobiología en la prensa
42
4.2.2.1 La lluvia roja
42
4.2.2.2 La prensa ante la lluvia roja
46
4.2.2.3 Los microfósiles de Richard Hoover
48
4.2.2.4 La prensa frente a los microfósiles de Richard Hoover 50
4.3 Polémicas científicas
52
3
4.3.1 Definición de polémicas científicas
52
4.3.2 Discusión de casos de polémicas científicas relacionados
con la astrobiología en la prensa
56
4.3.2.1 El meteorito ALH84001
56
4.3.2.2 La prensa frente al mateorito ALH84001
59
4.3.2.3 El origen de las emisiones de metano en Marte
62
4.3.2.4 La prensa frente a las emisiones de metano en Marte
64
4.3.2.4 Las bacterias del arsénico
67
4.3.2.5 La prensa frente a las bacterias del arsénico
69
V. ANÁLISIS DE LOS PROBLEMAS
5.1 Diagnóstico de los casos
5.1.1 Seudociencia: signos diagnósticos
5.1.1.1 La seudociencia vista por los medios
5.1.2 Mala ciencia: signos diagnósticos
5.1.2.1 La mala ciencia vista por los medios
5.1.3 Polémicas científicas: signos diagnósticos
5.1.3.1 Las polémicas científicas vistas por los medios
5.2 Propuestas
5.2.1 Para científicos
72
72
72
73
73
75
75
77
77
78
5.2.1.1 En el caso de las seudociencias
78
5.2.1.2 En el caso de mala ciencia
78
5.2.1.3 En el caso de polémicas científicas
79
5.2.2 Para divulgadores
79
5.2.2.1 En el caso de las seudociencias
79
5.2.2.2 En el caso de mala ciencia
79
5.2.2.3 En el caso de polémicas científicas
80
5.2.3 Para periodistas y medios de comunicación
80
5.2.3.1 En el caso de las seudociencias
80
5.2.3.2 En el caso de mala ciencia
81
5.2.3.3 En el caso de polémicas científicas
81
VI. CONCLUSIONES
82
VII. BIBLIOGRAFÍA
83
VIII. APÉNDICE
88
4
I. RESUMEN
La divulgación científica es “una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es
comunicar, utilizando una diversidad de medios, el conocimiento científico a
distintos públicos voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y
contextualizándolo para hacerlo accesible. Esta definición resulta a primera vista
muy práctica, pues es lo suficientemente amplia y ambigua como para abarcar
todas las posibilidades sensatas” (Sánchez Mora, 2010). Asimismo, permite al
público no experto acercarse a los conocimientos científicos a través de un
lenguaje no especializado. El divulgador accede a las fuentes primarias (por
ejemplo, artículos publicados en revistas especializadas) para obtener información
que después recreará en distintos medios tales como radio, televisión, diarios de
circulación nacional, revistas, etc. Así, la divulgación es importante debido a que el
ciudadano promedio puede comprender la información científica y apreciar su
importancia.
Al abordar la producción de conocimiento, los científicos, los divulgadores
científicos y los periodistas se enfrentan, entre otros, a tres grandes fuentes
potenciales de problemas: las seudociencias, la mala ciencia y las polémicas
científicas. Su discusión es importante debido a que el comunicador científico, en
su labor cotidiana, puede encontrarse con ellas y como consecuencias cometer
errores al presentar como ciencia información polémica, parcialmente incorrecta o
no científica. A partir de esto se plantean las siguientes preguntas: ¿Cómo
distinguir entre ciencia y seudociencia? ¿Cómo distinguir entre mala ciencia y
“ciencia bien hecha” (la que está basada en los estándares de calidad aceptados
por la comunidad científica)? ¿Qué debe ser divulgado: las polémicas en sí o
solamente una de las posturas en disputa?
Para tratar de aportar sugerencias para superar estas dificultades, en la
presente tesis se analizaron y esbozaron propuestas para que científicos,
divulgadores y periodistas las puedan enfrentar con mayor eficacia. Dada la
multidisciplinariedad de la astrobiología, las propuestas que se generaron en esta
tesis pueden aplicarse a otras disciplinas científicas. Los científicos, divulgadores y
periodistas, sin importar si son del campo de la física, química, biología,
5
astronomía, etc., tienen a su alcance algunas recomendaciones para llevar a cabo
su labor y enfrentar mejor tres grandes problemas que todo comunicador científico
puede encontrarse al menos en algún momento de su carrera.
Palabras clave: divulgación científica, seudociencia, mala ciencia, polémicas,
astrobiología, periodismo científico.
1.1 Objetivos
1.1.1 Revisar y discutir los principales problemas que enfrenta la divulgación
científica.
1.1.2 Realizar un análisis de los problemas que enfrenta la divulgación científica
en el caso concreto de la astrobiología.
1.1.3 Proponer recomendaciones para científicos, divulgadores y periodistas que
permitan una mejor divulgación científica y particularmente, de los temas
relacionados con la astrobiología, abordando con rigor y eficacia los problemas
mencionados.
1.2 Justificación
La divulgación científica permite al público no experto acercarse a los
conocimientos científicos a través de un lenguaje no especializado. El divulgador
accede a las fuentes primarias (por ejemplo, artículos publicados en revistas
especializadas)
para
obtener
información
que
después
recreará
para
contextualizarla y hacerla accesible. Así, la divulgación es importante debido a que
el ciudadano promedio puede conocer la información científica y comprender su
importancia.
Las seudociencias incluyen información que pretende hacerse pasar por
ciencia cuando no lo es. Los medios de comunicación bombardean día con día al
público con ideas que vienen amparadas por un velo de autoridad presente en la
ciencia. Así, se comenta que una cultura científica es suficiente para distinguirlas.
Sin embargo, la gran variedad de éstas, así como las distintas apariencias que
6
llegan a presentar, pueden generar confusiones al grado de ser consideradas
como un producto más de la labor científica.
La mala ciencia se refiere a errores en la metodología llevada a cabo por
los científicos. Estos errores están acompañados por una elaboración incorrecta
de los experimentos o de una interpretación equivocada de sus resultados. Esto
trae como consecuencia algunas dificultades en la labor del científico. Asimismo,
esto representa un problema: se estaría comunicando conocimiento sobre la
naturaleza en donde las conclusiones obtenidas presentarían sesgos importantes
sobre el fenómeno que se describe.
Las polémicas involucran a dos o más facciones de científicos que discuten,
bajo distintas posturas, sobre los resultados y conclusiones obtenidas en la labor
científica. Frente a los argumentos de las distintas partes, puede que surjan
confusiones en torno a la interpretación real de los resultados obtenidos lo cual
ocasionaría que se comunicara información parcial o errónea.
En la astrobiología existen casos que ejemplifican los tres problemas antes
mencionados: los rumores sobre el origen extraterrestre de la lluvia roja, la
polémica en el caso de las bacterias basadas en arsénico y el debate sobre el
origen biológico o geológico de las emisiones de metano en Marte, entre otros.
Así, esta disciplina científica ofrece una variedad de ejemplos que pueden ser
utilizados para abordar los problemas planteados.
Para tratar de enfrentar más eficazmente estos problemas, en esta tesis se
intentará brindar algunas propuestas y herramientas para científicos, divulgadores
y periodistas.
7
1.3 Metodología
-
Se revisaron y discutieron los problemas que las seudociencias, la mala
ciencia y las polémicas científicas plantean para la divulgación científica.
-
Se analizaron y discutieron ejemplos de cada problema tomando como
estudios de caso trabajos de la astrobiología.
-
Se consultaron notas de diarios y revistas en línea, así como artículos de
páginas web (si el caso lo ameritaba).
-
A partir del análisis de los casos, se realizaron propuestas para contribuir a
que la comunicación de la ciencia sea más eficaz.
8
II. INTRODUCCIÓN
2.1 La Ciencia y su comunicación
2.1.1 ¿Qué es la ciencia?
Existe una gran variedad de definiciones de lo que es la ciencia. Ruy Pérez
Tamayo (1989, p. 7) ofrece una definición de trabajo: “la ciencia es una actividad
humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto
es el conocimiento, obtenido por medio de un método científico organizado en
forma deductiva y que aspira a alcanzar el mayor consenso posible”. En esta
definición, Pérez Tamayo considera la creatividad humana como el factor que
permitirá comprender el mundo natural.
Etimológicamente, “ciencia” significa conocimiento. La ciencia produce
precisamente eso: conocimiento. Asimismo, tiene un fin preciso: resolver
problemas científicos (Bonfil, 2004b, p. 45). Si se buscan resolver problemas
sociales, humanísticos, morales, disputas personales, etc., se estará fuera de la
jurisdicción científica.
Pero la labor científica no es sólo un conjunto de conocimientos o una
actividad: es una forma de pensar y de ver al mundo; una actitud (Bonfil, 2004b, p.
47).
Para Mario Bunge (1960), la ciencia tiene quince características principales
que la diferencian de otras disciplinas:
1.- El conocimiento científico es fáctico.- La ciencia parte de los hechos, busca
respetarlos y elabora hipótesis provisionales para comprenderlos, y siempre
vuelve a ellos para verificar la validez de la hipótesis planteada.
2.- El conocimiento científico trasciende los hechos.- En la labor científica se
descartan y producen nuevos hechos; éstos son explicados mediante el uso de
hipótesis provisionales.
3.- La ciencia es analítica.- Los problemas que la ciencia aborda son
descompuestos en sus elementos, para entender cómo interaccionan y conforman
el fenómeno estudiado.
9
4.- La investigación científica es especializada.- El científico debe estar
especializado para analizar con mayor rigor y eficacia los problemas que se
plantean a la ciencia.
5.- El conocimiento científico es claro y preciso. Los problemas abordados pueden
ser complejos, pero cuando se analizan cuidadosamente y se describen los
elementos que los integran, se producirán conocimientos precisos en un lenguaje
que permitirá a otros científicos entender fácilmente el fenómeno en cuestión.
6.- El conocimiento científico es comunicable.- Como la ciencia un producto social,
el científico no oculta sus resultados, sino que los comunica a sus colegas. Es
decir, “no es inefable sino expresable, no es privado sino público”.
7.- El conocimiento científico es verificable.- Existe un “control de calidad” en el
ámbito científico que verifica si alguna hipótesis es correcta, reproduciendo las
observaciones y experimentos.
8.- La investigación científica es metódica.- La labor del científico no se caracteriza
por ser una serie de actividades erráticas, sino planeadas.
9.- El conocimiento científico es sistemático.- La ciencia no es un agregado de
teorías inconexas, sino un conjunto de informaciones interrelacionadas y
conectadas lógicamente entre sí.
10.- El conocimiento científico es general.- Los hechos particulares son ubicados
en pautas generales.
11.- La ciencia produce leyes.- En ocasiones, los científicos enuncian leyes a partir
del estudio de naturaleza
12.- La ciencia es explicativa.- La ciencia intenta explicar los hechos a partir de las
leyes, y las leyes a partir de principios.
13.- El conocimiento científico es predictivo.- El conjunto de teorías que integran a
la ciencia pueden predecir y explicar fenómenos futuros.
14.- La ciencia es abierta.- No reconoce barreras que limiten el conocimiento.
15.- La ciencia es útil.- Permite solucionar problemas y crear aplicaciones
tecnológicas.
La ciencia no es un sacerdocio cerrado entre científicos, sino un conjunto
de conocimientos que se encuentran sometidos a la libre discusión, a la crítica y al
10
debate. Una hipótesis que sea propuesta por un científico, sin importar las
credenciales que presente, es sometida a una revisión rigurosa buscando
establecer su validez al compararla con los hechos. La discusión y crítica de la
comunidad son las encargadas de establecer si una explicación realmente se
apega a lo observado.
Carl Sagan comenta que muchas de las características que definen a la
ciencia son también los grandes requisitos para la democracia: la libre discusión
de ideas, la generación de diversas propuestas para atacar los problemas de una
sociedad, el convencimiento de los demás por medio de las armas de la razón,
etc. (Sagan, 1995, p. 37). Así, la ciencia sería una “meritocracia de ideas”: de
manera similar a un proceso evolutivo, de las variadas hipótesis que se proponen
para explicar un fenómeno, sólo aquellas que sobrevivan a la crítica se
establecerán (Bonfil, 2004b, p. 46).
Las herramientas de las que se vale el conocimiento científico son tres: la
teoría, el método y los modelos (Pérez Tamayo, 1989).
La teoría es la unidad explicativa de la ciencia. Una de sus funciones
principales consiste en explicar de manera integral el problema científico que se
aborda. La teoría, al igual que las hipótesis, es provisional y refutable, y contribuye
al progreso de la ciencia.
La ciencia trabaja a partir de un método: una serie variable de pasos con los
cuales se aborda un problema determinado. Gracias a esta práctica sistemática, el
conocimiento científico puede ser reproducido y generar información confiable.
El método científico es una manera de pensar y procesar que siguen los
científicos y que en gran medida los identifica como tales (Bonfil, 2004b, p. 54).
Este método consiste en aplicar el pensamiento racional a nuestra diaria labor de
interpretar el mundo (Bonfil, 2004b, p. 56).
Existen varias clases de modelos: descriptivos, explicativos, predictivos,
normativos, etc. Cada uno de estos modelos puede ser fáctico, es decir, puede
describir algún hecho (Pérez Tamayo, 1989). Su aplicación en la resolución de los
problemas científicos permite obtener una idea de las características que integran
el fenómeno estudiado.
11
Así, la ciencia tiene como objetivo estudiar a la naturaleza y los fenómenos
que ocurren en ésta. Siendo un conjunto de conocimientos interdisciplinarios,
busca comprender la realidad externa ajena a nuestros sentidos a partir de
diferentes herramientas racionales y sistemáticas.
2.1.2 ¿Cómo se comunica la ciencia?
Herrero Solana (1996) define la palabra “comunicación” como el intercambio de
información entre individuos que comparten un sistema de señales en común.
Según Fernando del Río (1982), se pueden distinguir dos tipos de
comunicación científica: la interna y la externa. La comunicación intracientífica se
refiere a la comunicación entre los científicos; mientras tanto, la comunicación
extracientífica se refiere de los medios de comunicación que hay entre el sistema
de investigación científica y los sistemas gubernamental, productivo y el público en
general.
Dentro de la comunicación científica interna, la manera más eficaz que
tienen los científicos para comunicarse entre sí es la individual: visitas mutuas,
llamadas
telefónicas,
cartas
personales,
pláticas
privadas
en
reuniones
especializadas y circulación de preimpresos (copias mecanografiadas de los
informes de investigación que a veces son publicados formalmente; Del Río,
1982). El avance de las nuevas tecnologías permite agregar a la lista anterior
nuevos medios de comunicación. Entre ellos, Herrero Solana (1996) enumera los
siguientes: correo electrónico, foros electrónicos de discusión, redes sociales,
suscripción a listas electrónicas afines a las áreas de incumbencia de la unidad
académica, etc. A estos medios de comunicación también se les puede llamar
canales. Pero los medios principales por el cual la ciencia se comunica son las
revistas especializadas. Su papel es ser un foro por medio del cual los científicos
reclaman la prioridad de un descubrimiento. Asimismo, su importancia radica en
ser un mecanismo que permita la publicación y la comunicación de trabajos y
evitar la apropiación de ideas por parte de otros investigadores (Campanario,
1999).
12
Para Fernando del Río (1982), gracias a la comunicación extracientífica la
ciencia se convierte en patrimonio de la humanidad para después ser vertida en
las actividades tecnológicas, filosóficas, educativas, etc.
Luis Estrada (1992) comenta que la difusión de la ciencia es a menudo
sinónimo de divulgación, aunque se le suele utilizar cuando se habla de la
comunicación entre científicos. En este sentido, difusión se refiere a la
propagación de conocimiento entre especialistas, como cuando se publican los
resultados de una investigación o se presentan trabajos en un congreso científico.
2.1.3 Enseñanza de la ciencia
Según el Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición), la palabra
educar se significa dirigir, encaminar, doctrinar. Educación se refiere al desarrollo
o perfeccionamiento de las facultades intelectuales y morales del niño o del joven
por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. No debe confundirse con
Enseñanza, la cual se refiere al ámbito escolar. Con respecto a esta última
palabra, ésta se refiere al sistema y método de dar instrucción. Un ejemplo es la
enseñanza primaria. Ana María Sánchez Mora y Carmen Sánchez Mora (2003)
definen tres tipos de enseñanza:
-
Enseñanza formal.- Es la enseñanza escolarizada, jerárquica, basada en el
currículum, evaluada sobre metas curriculares, y que se lleva normalmente
a cabo en una institución reconocida.
-
Enseñanza no formal.- Es la enseñanza sistemática, planificada y evaluada,
pero no jerárquica, que puede llevarse a cabo tanto en instituciones
escolares como en ámbitos abiertos y rurales.
-
Enseñanza informal.- Es la enseñanza cotidiana, voluntaria o no, pero que
puede ser encauzada en sitios como los museos.
En este apartado nos referiremos exclusivamente a la enseñanza formal.
La enseñanza de la ciencia constituye un cuerpo dinámico de conocimientos
que, en la medida que se trabajan adecuadamente en el ámbito de la escuela,
permitirán a los alumnos alcanzar una alfabetización científica necesaria para la
inserción social en los tiempos que se viven, tanto a nivel de conocimientos como
de actividades, en pro de una mejor calidad de vida (Ligouri y Noste, 2005).
13
Del Río (1982) enumera los medios a través de los cuales se enseña la
ciencia:
-
Cursos.- Son los medios principales por los cuales se lleva a cabo la
enseñanza de la ciencia. Mantienen el estatus escolarizado y jerárquico,
están evaluados en metas curriculares y se imparten en instituciones
dedicadas a la enseñanza (sean públicas o privadas).
-
Asesorías.- Se dan por parte de especialistas. Su función básica es orientar
al estudiante sobre algún tópico de estudio en particular o en la realización
de algún proyecto académico o de investigación.
-
Conferencias.- El alumno puede asistir a una conferencia relacionada con el
tema de estudio para complementar la información adquirida en el aula.
-
Programas de TV y radio.- Los programas de televisión y radio de carácter
pedagógico pueden complementar, de igual manera, los temas vistos en los
cursos.
-
Publicaciones.- La información aparecida en revistas de educación y
divulgación científica pueden servir de apoyo a los temas vistos en clase.
En la época que vivimos, los museos interactivos, las páginas web y las redes
sociales también desempeñan un papel en la enseñanza.
Carmen Sánchez Mora (2001) comenta que en el aprendizaje de conceptos y
teorías (una de las finalidades de la enseñanza de las ciencias) hay un problema:
por la manera en que son presentados al estudiante, no pueden ser aplicados a
nuevos problemas o transferidos a otros contextos distintos de los utilizados en la
enseñanza.
Ligouri y Noste (2005) aseguran que existen docentes que aún están aferrados
al paradigma de enseñanza-aprendizaje por transmisión verbal del conocimiento
científico, el cual se muestra como algo acabado o verdadero. Los alumnos tienen
que repetir dicho conocimiento debido a la exigencia del profesor para obtener una
nota aprobatoria sin siquiera haberlo comprendido. En este paradigma:
-
Se da una imagen un tanto distorsionada de la ciencia.
-
Se da a entender que hay un método científico de carácter universal.
-
Las teorías científicas se presentan como verdades absolutas.
14
-
El conocimiento científico aparece como superior a otros tipos de
conocimiento (cotidiano, escolar, profesional, etc.).
-
La ciencia siempre está orientada al bien común.
-
Toda investigación comienza con la observación.
-
La observación es objetiva.
-
En ciencia todo es experimentable.
-
La actividad científica es neutra o aséptica, y descontextualizada o
ahistórica (no está influida por intereses individuales o grupales ni por el
contexto histórico-social).
-
La ciencia siempre permite una mejor calidad de vida, resolviendo todos los
problemas socioambientales que se le van presentando a la humanidad.
-
Los científicos trabajan en forma aislada, solitariamente en sus laboratorios.
-
Los científicos son genios, tienen una mente “privilegiada”.
Frente a este problema, Ligouri y Noste (2005) mencionan que una alternativa
que puede dar un enfoque distinto al paradigma mencionado es la llamada
ilustración científica. Al parecer, no hay un consenso concreto en torno al término,
mas es posible brindar una definición de trabajo: la alfabetización científica es el
acceso a la cultura científica en forma amplia, dada a partir de la escuela para una
mejor inserción práctica y cívica en el mundo que nos rodea.
2.1.4 Comunicación pública de la ciencia
En esta tesis se propone que el término “comunicación pública de la ciencia” se
refiere a las actividades de comunicación de contenidos científicos que están
destinados a un público no especializado. En esta definición no se incluyen la
comunicación intracientífica ni la enseñanza de la ciencia. Anaya (2002) afirma
que la comunicación pública de la ciencia se lleva a cabo a través de los medios
de comunicación masiva con tres objetivos: 1) informar al público sobre los
avances científicos, 2) proporcionar el contexto político, social y cultural de esos
nuevos conocimientos y sus posibles repercusiones y 3) contribuir a crear un
pensamiento científico que aliente la conciencia crítica de la población para que
pueda influir en la política científica con el propósito de lograr el desarrollo integral
del país.
15
Cazaux (2010) comenta que de entre las estrategias utilizadas en la
comunicación pública de la ciencia se encuentran la propaganda, el espectáculo,
las relaciones públicas, la divulgación científica, el periodismo, etc. Cabe destacar
que gracias a la revolución que ha representado internet, los blogs y las páginas
web, se ha permitido un mayor acceso a la información científica desde la
comodidad del hogar.
Según Castellanos Pineda (2009), saber ciencia nos hace más libres, más
críticos, más independientes y más firmes en la toma de decisiones. De ahí que la
comunicación pública de la ciencia sea importante para con la sociedad de la
información (que pese a los medios existentes, aún no se puede considerar como
la sociedad del conocimiento).
Uno de los objetivos de la comunicación pública de la ciencia es la
reducción de barreras entre la ciencia y el público. Ya que la sociedad es la que
dota la ciencia de recursos materiales y humanos, tiene derecho a contar con
información científica cada vez más amplia y rigurosa sobre el sistema al que
financia. Se busca cuál es el valor de la ciencia, sus aplicaciones, las posibilidades
de desarrollo, los problemas sociales que puede ayudar a resolver, los nuevos
problemas que pueden surgir como consecuencias del desarrollo científico, las
opciones existentes en política científica, etc. Por otro lado, la comunicación
pública de la ciencia no sólo satisface las demandas sociales, sino que beneficia al
propio sistema en el que éstas se producen. Una sociedad que sea ilustrada en
materia científica se encontrará más dispuesta a apoyar actividades científicas y
estará mejor preparada para aprovechar las oportunidades de innovación y de
mejoramiento del bienestar proporcionado por el desarrollo científico (Cazaux,
2010).
2.2 La divulgación científica
2.2.1 ¿Qué es la divulgación científica?
La divulgación científica es la labor en la cual se comunican los conocimientos
científicos al público en general. Ana María Sánchez Mora en Introducción a la
comunicación escrita de la ciencia (2010, p. 22-23) ofrece algunas características
16
generales sobre la divulgación antes de brindar una definición práctica de la
misma:
• La divulgación no es una disciplina; es un quehacer, una artesanía, un área
emergente.
• Es una labor multidisciplinaria que involucra a las ciencias naturales y
sociales, humanidades, artes y técnicas.
• No hay consenso sobre sus fronteras: situación que la diferencia de otras
disciplinas afines tales como la pedagogía, comunicología, uso de los
medios, psicología, literatura, historia, sociología, filosofía, etc.
Aunque sí existe consenso en cuanto a que:
• La divulgación científica tiene que ver con la ciencia.
• Es un acto de comunicación.
Una vez considerados los puntos anteriores, Sánchez Mora (2010, p. 24)
define la divulgación científica como “una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es
comunicar, utilizando una diversidad de medios, el conocimiento científico a
distintos públicos voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y
contextualizándolo para hacerlo accesible”. Según esta autora, la definición es
suficientemente amplia y ambigua como para abarcar todas las posibilidades
sensatas. El uso del término “contextualización” hace referencia a dos
operaciones: extraer la información de su contenido original (científico) e insertarla
en uno nuevo.
Es posible que la definición práctica utilizada por Sánchez Mora (2010, p. 27)
no brinde del todo un marco para englobar y distinguir a la divulgación científica de
otras actividades similares. Para ello, conocer lo que no es la divulgación puede
permitir una delimitación más concisa sobre esta área emergente.
Para comenzar, se debe aclarar que la divulgación no es una traducción literal
de los conocimientos científicos (Sánchez Mora, 2010, p. 30). Sabemos que la
ciencia es una realidad inaccesible al vulgo debido principalmente a su lenguaje
especializado, de ahí que el divulgador podría tener problemas si sólo tradujera la
información científica sin utilizar otros recursos que permitieran una mayor
comprensión de la información.
17
Otra de las aclaraciones necesarias es que la divulgación no es una actividad
cuyos objetivos sean la diversión o la utilidad práctica inmediata (Sánchez Mora,
2010, p. 32).
Para Sánchez Mora (2010, p. 43), la importancia de la divulgación científica ya
no es materia de discusión, ya que se considera una actividad valiosa: muchos
científicos, comunicadores, filósofos, historiadores, sociólogos y políticos, entre
otros, y participantes de la amplia actividad científica, le asignan un papel de vital
importancia en el desarrollo de una nación. Divulgar la ciencia es importante
debido a que hace accesibles los conocimientos científicos a aquellas personas
que no son especialistas. Pero hay otra razón: más allá de que la ciencia sea un
cuerpo de conocimientos, es una forma de ver el mundo. Para algunos, la
divulgación es importante para todos los ciudadanos debido a su trascendencia
social, mientras que para otros satisface intelectualmente a quienes la hacen y a
quienes la reciben. La divulgación nos permite entender que (Sánchez Mora,
2010, p. 43):
• La ciencia es parte de la cultura universal.
• La ciencia es una manera de conocer el mundo que ha resultado ser muy
exitosa.
• La ciencia y la tecnología desempeñan un papel crucial en las sociedades
actuales.
• La prosperidad de las naciones descansa en la ciencia y la tecnología.
• La industria nacional será más competitiva si los administradores y
tomadores de decisiones entienden mejor qué es la ciencia.
• La ciencia debe ocupar más espacio en los medios.
• Los científicos deben aprender a comunicarse con el público.
• El público financia la ciencia y la tecnología con sus impuestos.
• Los ciudadanos no pueden permanecer al margen de los debates.
• La divulgación es necesaria para tener acceso a la información.
• La divulgación es imprescindible para tomar decisiones democráticas
relacionadas con la ciencia.
• Comprender la naturaleza es una fuente de gozo personal.
18
La ciencia divulgada es reflejo directo de los criterios de selección empleados
por los divulgadores, es decir, los temas que más atraen al público lego. Los
temas más atractivos para el público son aquellos que tienen relación con la vida
cotidiana y que pueden afectarle (medicina, tecnología, biología y astronomía),
mientras tanto, aquellos temas que suenan totalmente ajenos (ciencias de la
Tierra, física y química) son los menos propicios para ser noticia (Sánchez Mora,
2010, p. 87).
Muchos de los temas más “noticiables” de la actividad científica no son
avances, sino acontecimientos y tendencias del ambiente internacional o nacional,
los cuales representan los intereses dentro del mundo científico. Algunos ejemplos
son el fraude científico, los futuros avances que serán comunicados más tarde por
la comunidad científica, los debates en torno a primacía en algún descubrimiento,
etc. Muchos de estos casos tienen un trasfondo envuelto en intereses comerciales
y políticos (Sánchez Mora, 2010, p. 88-89).
Desde un punto de vista social y educativo, la divulgación científica es
considerada en todo el mundo una actividad importante, necesaria y loable,
aunque también es muy difícil de realizar (Sánchez Mora, 2010, p. 175). Por
ejemplo, no toda persona que utilice metáforas y analogías para hacer divulgación
conseguirá transmitir de manera completa su mensaje. Puede que en ocasiones el
público reciba correctamente el mensaje, mientras que en otras entienda algo muy
distinto a lo que se desea transmitir. Además, si el receptor adopta una postura de
desconfianza hacia la ciencia o tiene creencias seudocientíficas, el mensaje
simplemente será rechazado, sin importar la habilidad del divulgador. En este
sentido, el comunicador se enfrenta a un ambiente cultural poco propicio y a una
sociedad muy demandante. Por lo tanto, es preciso consolidar la divulgación
profesionalmente fortaleciendo su calidad, pero sin perder de vista su componente
artesanal (Sánchez Mora, 2010, p. 175).
2.2.2 Los medios empleados por el divulgador
El divulgador científico emplea diferentes medios que le permiten comunicar su
mensaje al público. Ana María Sánchez y Carmen Sánchez Mora (2003) afirman
que los principales medios de comunicación a su alcance son las conferencias, los
19
escritos, audiovisuales, museográficos, teatrales, radiofónicos, entre otros.
Asimismo, los divulgadores producen obras tangibles (artículos, libros, videos)
llamados materiales o productos de divulgación.
Los medios de comunicación empleados deben tener un discurso propio en
función del tipo de público al que están dirigidos. Lo mismo sucede con los
materiales de divulgación: en función de la edad, de los estudios y del sector se
generará el tipo de material, la información y el lenguaje más adecuado para los
mismos.
Público en general
Adulto
Educadores
Sector productivo Sector gubernamental y Político
Infantil
Conferencias
Talleres
Exposiciones
Museos
Diaporamas
Vigeograbaciones
Cine
Radio
Televisión
Diarios
Revistas
Libros
Fig. 1. Cuadro que representa los tipos de públicos y los medios de divulgación adecuados
para éstos (Del Río, 1982).
Los medios de divulgación más personales son las conferencias y los
talleres. Mientras tanto, los medios colectivos (radio, cine, Televisión, etc.) son los
más impersonales y costosos (Del Río, 1982).
La figura 1 representa los tipos de públicos y los medios de divulgación
adecuados para éstos, pero no toma en cuenta (por obvias razones) los medios de
comunicación actuales derivados de internet: páginas web, videos en línea, blogs,
podcasts, etc. Estos nuevos medios brindan más acceso al público y ahorran
gastos. En internet se ven fácilmente conferencias, visitas virtuales a museos,
videograbaciones, cine, radio, televisión, diarios, revistas y libros.
20
III. LA ASTROBIOLOGÍA
3.1 Definición de astrobiología
Según The NASA Astrobiology Roadmap (Des Marais et al., 2003), la
astrobiología se define como “el estudio del origen, evolución, distribución y futuro
de la vida en el universo”. Asimismo, en esta disciplina científica emergente se
plantean tres preguntas básicas: ¿Cómo surgió y evolucionó la vida? ¿Hay vida en
otros lugares del universo? ¿Cuál es el futuro de la vida en la Tierra y más allá?
En su edición de 2008, The NASA Astrobiology Roadmap ofrece siete metas
que la astrobiología busca cumplir (Des Marais et al., 2008):
1. Comprender la naturaleza y los posibles ambientes habitables en el
universo. Determinar el potencial de los planetas habitables más allá del
sistema solar y describir aquellos que son observables.
2. Determinar si en nuestro sistema solar hay o hubo ambientes habitables,
una química prebiótica y signos de vida. Determinar si hay cualquier
ambiente que posea agua líquida, compuestos químicos y fuentes de
energía suficientes para dar paso a la presencia de vida.
3. Entender cómo surgió la vida a partir de elementos presentes tanto en la
Tierra como en el universo. Llevar a cabo investigaciones que permitan los
principios químicos y físicos que permitieron la aparición de la vida.
4. Comprender cómo evolucionó la vida a través del tiempo geológico.
Entender la relación de los seres vivos con su ambiente para entender
cómo ha evolucionado la vida y cómo ha modificado las condiciones
ambientales a escala planetaria.
5. Comprender los mecanismos evolutivos así como los límites que establece
el ambiente a los seres vivos. Determinar los mecanismos moleculares,
genéticos y bioquímicos que controlaron y limitaron los procesos evolutivos,
la diversidad metabólica y la adaptación de la vida a su ambiente.
6. Entender cuál será el futuro de la vida tanto en la Tierra como fuera de ella.
Elucidar los factores que participan en los ecosistemas microbianos para
prever cuáles serán los posibles cambios que ocurrirán en los seres vivos.
21
Explorar el potencial de la vida microbiana para sobrevivir y evolucionar en
ambientes fuera de la Tierra.
7. Determinar estrategias para reconocer las firmas de la vida en otros
mundos y en la Tierra primitiva. Identificar biofirmas que ofrezcan
información sobre la vida pasada y presente a partir de muestras
geológicas antiguas provenientes de la Tierra, de fuentes extraterrestres y
de mediciones remotas en atmósferas y superficies planetarias. Identificar
biofirmas provenientes de tecnologías distantes (extraterrestres).
Con respecto a la definición de astrobiología, el filósofo español Roberto
Aretxaga (2008) afirma que hay cuatro posibles interpretaciones (o enfoques) de la
anterior definición:
-
Enfoque exobiológico.- La astrobiología es sinónimo de exobiología.
Cuando se dice que “estudia la vida en el universo”, se puede interpretar
que su objeto de interés son las formas de vida posibles que pueden existir
en otros lugares del universo distintos de la Tierra.
Esta manera de abordar la astrobiología la dota de especificidad frente a
otras disciplinas. Sin embargo, su énfasis en el prefijo exo, el cual relega o
desatiende otros aspectos relacionados con la vida en la Tierra, la hace
vulnerable a dos fuertes críticas: que fantasea acerca de las formas de vida
extraterrestres posibles (no se tiene un referente conocido que permita
alejarse de lo imaginativo), y que se encuentra más próxima a la metafísica
que a la ciencia (ya que su objeto de estudio no constituye fenómeno
alguno).
-
Enfoque biogeocentrista.- La vida terrestre es excepcional en el universo.
Además, ya existen disciplinas que estudian el origen, evolución,
distribución y futuro de la vida. Esto obliga a la emergente disciplina
astrobiológica a justificar adecuadamente su especificidad frente a tales
disciplinas o bien a desaparecer.
La definición de astrobiología, según este enfoque, resulta muy general y
ambigua, ya que en rigor, nada define; no suministra información suficiente
para
determinar
el
fenómeno
de
estudio.
En
este
sentido,
el
22
biogeocentrismo entiende que la definición de astrobiología elaborada por
la NASA no resulta lo suficientemente buena, ya que no delimita un objeto
de estudio ni una actividad concreta.
Así, según esta postura, el término “astrobiología” resulta prescindible por
innecesario. Además de ser redundante (no aporta nada nuevo a las
ciencias de la vida), resulta engañoso, ya que el prefijo astro hace creer que
se habla de algo que en realidad nunca se designa.
El biogeocentrismo tiene a su favor la ausencia de evidencias de vida
extraterrestre, aunque comete el error de interpretar la ausencia de pruebas
como prueba de ausencia, y da por hecho que no hay vida fuera de la
Tierra. En este sentido, no toma en cuenta un hecho muy simple: hasta el
presente no se ha encontrado evidencia indiscutible alguna de la no
existencia de vida fuera de la Tierra.
-
Enfoque metodológico.- El sentido y la especificidad de la astrobiología
deben buscarse no tanto en su objeto de estudio, que no sería otro que la
vida en nuestro mundo (esto le permitiría ser considerada como ciencia),
sino en la forma de abordar el tema: la transdisciplinariedad.
Este enfoque (también llamado transdisciplinar) admite que la astrobiología
utilice el término vida en el mismo sentido que lo hacen las ciencias
biológicas; además acepta que hay ciencias que ya se ocupan del estudio
del origen, evolución, distribución y futuro de ésta. Sin embargo, considera
que la superespecialización de tales conocimientos e investigaciones puede
resultar un problema cuando se afronta la creciente complejidad que el
fenómeno de la vida puede presentar bajo la mirada de las nuevas técnicas.
Esto exige una mayor y más estrecha colaboración entre científicos de
campos distintos. La especificidad de la astrobiología consiste en aportar a
las ciencias de la vida una mirada transdisciplinar para mejorar la
comprensión de su objeto de estudio.
Pero este enfoque se enfrenta a una fuerte objeción: si la única
especificidad de la astrobiología es la transdisciplinariedad aportada al
estudio de la vida en la Tierra, ¿por qué mantener el prefijo astro y seguir
23
hablando de astrobiología en lugar de buscar un nombre más adecuado?
Para contestar esta pregunta, se requiere un cuarto enfoque, más crítico,
radical y comprometido con el objeto de estudio original de la astrobiología:
la vida extraterrestre.
-
Enfoque exobiológico crítico.- Admite de manera parcial la tesis del enfoque
metodológico. El aspecto transdisciplinar de dicho enfoque tiene su origen
en las aportaciones hechas de las ciencias de la vida, la exploración y las
ciencias espaciales y planetarias en la década de los 50, cuyos datos y
descubrimientos permitieron tener una nueva perspectiva de lo que es la
vida.
El aspecto crítico de este enfoque consiste en la manera peculiar en que se
considera la relación entre los elementos vida y universo. Mientras que los
enfoques exobiológico y biogeocentrista coinciden en la separación de
ambos elementos, el enfoque exobiológico crítico asume una conexión
esencial entre ellos, procediendo a cargar el peso de la definición en dicha
conexión. En consecuencia, siguiendo este enfoque, lo propio y peculiar de
esta disciplina científica estriba en su interés por el fenómeno de la vida
terrestre como caso único de vida conocido en el universo, y por tanto el
único ejemplo con el que cuenta la astrobiología para sus investigaciones.
Así, cuando se afirma que el objeto de estudio de la astrobiología es la vida
extraterrestre, esto debe entenderse la vida terrestre como modelo
metodológicamente extrapolable al universo.
La astrobiología presenta dos objetos de estudio complementarios: la vida
en la Tierra y la vida extraterrestre. Sólo éste último merece la
consideración como objeto de estudio de esta disciplina. Pero debido a que
no hay evidencia que confirme la existencia del mismo, ni ésta puede
inferirse a partir de los conocimientos científicos que se tienen, la
astrobiología no tiene objeto (fenómeno) de estudio como tal, sino un
objetivo, una expectativa racional, una posibilidad fundamentada en
suposiciones plausibles, datos y conocimientos científicos, la cual es
susceptible de contrastación experimental.
24
3.2 La astrobiología en los medios de comunicación masiva
Los científicos buscan a veces medios masivos no académicos para dar a conocer
nuevos conceptos, como en el caso de un campo nuevo como la astrobiología.
Esta estrategia puede permitir la aceptación del público y las autoridades (e
inclusive de las mismas instituciones científicas) de ese nuevo conjunto de
conocimientos. De esta manera, los medios de comunicación masiva pueden ser
un nicho en el cual la ciencia puede abrirse camino. Esto es en parte lo que ha
sucedido con las incipientes investigaciones astrobiológicas que surgieron en la
década de los 60 (Alcíbar, 2006).
La astrobiología es un modelo ideal para la divulgación científica: resulta ser
una fascinante y ambiciosa disciplina científica que enlaza la biología, la física, la
química, la astronomía, las ingenierías, etc., de tal manera que el público pueda
tener acceso a las distintas facetas de la ciencia de una manera integral (Alcíbar,
2005). ¿Ha sido siempre esta la línea a seguir? ¿Es para los distintos medios de
comunicación un tema atractivo? Y algo muy importante, ¿es abordado con el
debido rigor científico?
Algunos escritores desearon en su momento escribir sobre vida
extraterrestre. En 1937, el escritor estadounidense John W. Campbell, Jr. publicó
un artículo en la revista Astounding stories sobre la posibilidad de vida en Júpiter.
Pese a los intentos de Campbell para redactar un texto de divulgación científica, el
escrito se convierte en un ejercicio imaginativo sobre las posibles características
de los seres vivos que podrían habitar aquel gigantesco planeta gaseoso, muy
poco explorado en esa época.
En sus inicios, la astrobiología fue comunicada al público mediante titulares
y caricaturas que combinaban argumentos científicos con ideas provenientes de la
ciencia-ficción. Un ejemplo son dos noticias aparecidas en el diario Times, una en
1961 y otra en 1963, que iniciaban especulando sobre cómo sería la vida
extraterrestre para después hablar sobre microbiología o la incipiente biología
molecular. Sin embargo, fue de esta manera como el público se interesó por estos
temas, y a su vez se legitimó la investigación científica dedicada a esta nueva
disciplina (Alcíbar, 2006).
25
Pero el miedo también estuvo involucrado en la aceptación de los estudios
astrobiológicos. En algún momento los virus y las bacterias se representaron como
invasores terroríficos que podrían dañar a la humanidad. Fue hasta tiempo
después que los artículos que se publicaban en la prensa mostraron a los
científicos como los especialistas capacitados para entender estas posibles
amenazas, y así comprender las posibles invasiones alienígenas que podrían
azotar al mundo. En este sentido, este temor fue también parte de los argumentos
que ayudaron a justificar la astrobiología (Alcíbar, 2006).
Con todo lo anterior, la astrobiología presenta una serie de características
que la convierten en una disciplina que atrae el interés del público hacia la ciencia.
Tal atracción se debe a varios factores. Uno de ellos es que la exploración
planetaria, así como la detección de vida pasada o presente en el sistema solar, y
el origen del universo o de la vida, plantean problemas ubicados en las fronteras
de la ciencia y con cuestiones humanas fundamentales como nuestro origen y
lugar en el universo. Las metas y dilemas científicos que ofrece la astrobiología
generan curiosidad y fascinación. Asimismo, la aventura y los riesgos que
representan las misiones espaciales hacen de la astrobiología una de las
disciplinas más apreciadas por el público y por los divulgadores científicos. Un
ejemplo de ello son las primeras imágenes arrojadas por la sonda Viking: éstas
fueron reproducidas por los medios, de tal manera que se contribuyó a
incrementar en el público el interés en la habilidad del ser humano como especie
inteligente (Alcíbar, 2006).
Según Alcíbar (2006), el interés de los medios decayó de manera
importante cuando los experimentos de las Viking para detectar vida en Marte
resultaron ser negativos. Los nuevos descubrimientos de relevancia astrobiológica
son medianamente comentados por los medios. Pero en 1996 el papel de los
medios cambió drásticamente. Tratando de incrementar el presupuesto para las
misiones a Marte después de que éstas quedaran estancadas desde las Viking, el
gabinete de prensa de la NASA diseñó una estrategia mediática para tratar de
reactivar el programa de exploración marciano. Parte de la estrategia consistió en
utilizar los medios de comunicación de manera que realizaran propaganda para
26
tratar de convencer al gobierno del presidente Bill Clinton y a la opinión pública de
que era necesario reanudar las misiones al planeta rojo (el caso fue el meteorito
ALH84001, véase sección 4.3.2).
Los medios de comunicación pueden servir para que la sociedad tenga
acceso e incorpore nuevos conocimientos, pero también pueden utilizarse para
conseguir financiamiento.
27
IV. PROBLEMAS A LOS QUE SE ENFRENTA LA DIVULGACIÓN DE LA
ASTROBIOLOGÍA
4.1 Seudociencia
4.1.1 Definición de seudociencia
“Las seudociencias son una serie de actividades que pretenden presentar
conocimientos y formas de saber diferentes de los presentados por la ciencia. El
problema con éstos es que los postulados de donde parten sus deducciones son
irracionales, dogmáticos, y no se produce un estudio crítico para contrastarlos a
través de sus consecuencias con la realidad” (Schulz, 2005). Algunos ejemplos
son la alquimia, astrología, creacionismo científico, grafología, ovnilogía,
parapsicología, etc. Pero desde el punto de vista etimológico, la palabra
“seudociencia” equivale a falsa ciencia: son conjuntos de ideas que se amparan
bajo el manto de la ciencia cuando en realidad no tienen relación con ésta
(Armentia, 2002).
Para el filósofo argentino Mario Bunge (2001), se pueden establecer algunos
rasgos prácticos de las seudociencias para poder distinguirlas de la ciencia:
-
Las seudociencias invocan seres sobrenaturales o fuerzas inmateriales
inaccesibles al análisis empírico, tales como la supuesta existencia de una
“fuerza vital”, creación divina, destino o memoria colectiva.
-
Son crédulas: no someten sus argumentos a prueba alguna.
-
Son dogmáticas: no cambian sus principios cuando fallan ni ante la
presencia de nuevos hallazgos. No presentan novedades y siguen atadas a
un cuerpo invariable de creencias.
-
Rechazan
la
crítica
(aspecto
elemental
en
el
mundo
científico),
argumentando que ésta es producida por el dogmatismo o la resistencia
psicológica.
-
No cuentan con ni utilizan leyes generales. En cambio, mucho del
conocimiento científico sí cuenta con ellas.
-
Sus principios son incompatibles con muchos de los principios más seguros
y confiables de la ciencia. Por ejemplo, la telequinesis contradice el
principio de la conservación de la energía, mientras que la memoria
28
colectiva contradice la idea de que sólo un cerebro individual puede
recordar los sucesos que ha vivido.
-
En general, no interactúan con ninguna disciplina científica. Por ejemplo, los
parapsicólogos no tienen tratos con la psicología experimental o con las
neurociencias.
-
Son fáciles: no requieren de un largo aprendizaje. Esto se debe a que no
están amparadas por un conjunto de conocimientos auténticos.
-
Todo lo que proponen sólo tiene uso práctico: no hay cabida para la
investigación
básica.
Tienen
explicaciones
para
todo,
pero
sus
procedimientos y recetas no funcionan, ya que no se basan en información
científica confiable.
-
Se mantienen al margen de la comunidad científica.
Desde el punto de vista epistemológico, ¿es posible diferenciar ciencia de
seudociencia? Esta pregunta nos lleva a otra pregunta similar: ¿cómo distinguir
entre lo científico y lo no científico?
Desde hace muchos años, la filosofía y la historia de la ciencia han realizado
intentos para establecer criterios de demarcación entre ciencia y seudociencia, es
decir, intentos para proponer condiciones necesarias y suficientes para determinar
si un tipo de conocimiento, una teoría o una actividad son científicas o no (Olivé,
2000, p. 45). Lamentablemente, esto ha resultado infructuoso: siendo la ciencia un
ente flexible y en constante cambio, no ha sido posible establecer un conjunto de
lineamientos que delimiten de manera tajante lo científico de lo no científico
(Armentia, 2002).
Según el filósofo mexicano León Olivé (2000), sí se puede hacer una
diferenciación entre lo científico y lo seudocientífico, al menos en un contexto
determinado. Su propuesta consiste en afirmar que la ciencia posee tradiciones.
Ciertas prácticas, hipótesis y teorías pueden considerarse como científicas si se
establece un vínculo conceptual o metodológico con una tradición científica. En
este sentido, el creacionismo no es científico no porque a primera vista deje de
satisfacer ciertos criterios de cientificidad, sino porque simplemente no pertenece
a ninguna tradición científica ni ha surgido a partir de una (Olivé, 2000).
29
Javier Armentia (2002) asegura que quienes trafican con las seudociencias
regularmente son reacios a la evaluación y al escrutinio público. Un ejemplo
concreto es la parapsicología: un psíquico (persona que afirma tener poderes
mentales no convencionales) pierde rápidamente sus facultades cuando se diseña
un experimento en donde se eviten las posibilidades de fraude, es decir, que se
realicen trucos similares a los de ilusionistas y mentalistas. Lo mismo sucede con
videntes y astrólogos. A pesar de que muchos de ellos se ganan la vida con sus
supuestas habilidades, pocas veces permiten que se realicen pruebas sobre sus
poderes.
Armentia (2002) afirma que las seudociencias pueden clasificarse de acuerdo a
su inocuidad o peligrosidad, es decir, con base en el grado de “alarma social” que
puedan causar; un ejemplo son los horóscopos y las consultas con adivinos. Lo
máximo que se puede perder con estas seudociencias es el dinero y a veces
hasta el patrimonio familiar y la tranquilidad (Armentia, 2002).
¿Qué hacer ante la saturación de seudociencias en la sociedad actual? Una
propuesta consiste en crear programas de combate contra las seudociencias que
cumplan los siguientes objetivos (González de la Fe, 2004):
-
El aumento de las actividades de divulgación científica por parte de
instituciones científicas y educativas con la ayuda de los medios de
comunicación.
-
El mejoramiento de la enseñanza de las ciencias y el fomento de las
vocaciones científicas.
-
La combinación de divulgación científica y de pensamiento crítico para que
el público en general no sólo conozca cómo funciona la ciencia, sino
también para que sepa detectar los contenidos seudocientíficos.
4.1.2 Discusión de casos de seudociencia relacionados con la astrobiología
en la prensa
4.1.2.1 La cara de Marte
El 25 de julio de 1976 el orbitador de la Viking 1 (una de las dos sondas espaciales
de exploración de la NASA que arribaron a Marte en aquel año), captó una imagen
30
(figura 2) que daba la impresión de ser una cara humana que observa el cielo en
la región de Cydonia (ubicada en el hemisferio norte de Marte). Este parecido hizo
que los responsables de prensa de la NASA dieran a conocer la imagen a los
medios el 31 de julio de 1976, buscando dar mayor popularidad a la misión
(Armentia, 1998).
Fig. 2. La cara de Marte, imagen tomada por el orbitador Viking 1 en 1976 (Crédito:
NASA/JPL)
Tres años después de que se diera a conocer la imagen, Vincent Di Pietro,
ingeniero eléctrico, y Gregory Molenaar, analista de cómputo, dos técnicos que
trabajaban para un contratista de la NASA en el Goddard Spaceflight Center en
Greenbelt, Maryland, encontraron varias imágenes similares en los archivos
fotográficos de la misión Viking. Al someterlas a varios programas de
mejoramiento de imagen, concluyeron que la estructura observada era de origen
artificial: a partir de aquí surgió la creencia de que Marte alberga vestigios de una
civilización extraterrestre (Ruiz Noguez, 2005).
Durante la década de los 80 varias personas siguieron nutriendo la versión
del origen artificial de la “cara” de Marte. Uno de ellos fue Richard C. Hoagland,
periodista especializado en temas científicos, quien tomó el tema como real y
publicó varios libros y artículos y apareció en diversos programas de radio y
televisión. Hoagland afirmaba que en las imágenes de la Viking también se
31
pueden observar una fortaleza, una ciudad, un desfiladero y varias pirámides
(Armentia, 1998; Ruiz Noguez, 2005). Con el tiempo también se llegó a afirmar
que los supuestos monumentos tienen una orientación astronómica particular y
que fueron erigidos hace medio millón de años (Sagan, 1995).
Una de las primeras críticas vino del astrónomo y divulgador científico Carl
Sagan en un artículo publicado en la revista Parade, en el que explicaba por qué
el asunto no tenía mayor relevancia (Armentia, 1998). La cara de Marte puede
explicarse a través del fenómeno de la pareidolia: la tendencia del cerebro
humano a identificar patrones conocidos a partir de imágenes con formas vagas o
ambiguas. El paisaje alrededor de la cara tiene muchas colinas moldeadas con
todo tipo de formas extrañas que se deben posiblemente a la erosión de antiguos
torrentes de barro ocasionada por el viento. Ambos factores propiciaron que se
esculpieran pequeños montes irregulares que dan la impresión de ser pirámides
perfectamente simétricas. En este sentido, la cara en realidad es “media cara” y la
explicación más probable es que haya sido formada por procesos geológicos
lentos (Sagan, 1995).
En 1993, la astronave Mars Observer fracasó en su misión por alcanzar el
planeta Marte. Ante tal hecho, quienes defienden el origen artificial del rostro de
Cydonia acusaron a la NASA de simular un contratiempo para estudiar la cara con
mucho detalle sin tener la obligación de publicar las imágenes. Al respecto, en
septiembre de aquel año el diario Weekly World News publicó el titular “¡Nueva
fotografía de la NASA demuestra que los humanos vivieron en Marte!”, donde un
“importante científico” comentaba que los marcianos colonizaron la Tierra hace
doscientos mil años y que la información era ocultada para impedir el “pánico
mundial” (Sagan, 1995).
En 1996, con el descubrimiento de supuestos microfósiles en el meteorito
marciano ALH84001 (que se discutirá en la sección 4.3.2), quienes se inclinaron
por el carácter artificial de la cara de Marte encontraron en este suceso una
prueba más de la existencia de vida en aquel planeta (Armentia, 1998).
32
Fig. 3. Imagen de la “cara de Marte” obtenida por la astronave Mars Global Surveyor en 2001
(Crédito: NASA/JPL)
A partir de 1998, la sonda Mars Global Surveyor ha fotografiado la cara con
una cámara de mayor resolución que la que traía el orbitador Viking, mostrando
que se trata de una simple formación montañosa (Jakosky, 1998, p. 185). La
imagen obtenida por la misma astronave en 2001 (figura 3) es una de las más
nítidas que hay sobre esa estructura geológica. Sin embargo, lejos de cerrar el
debate, el suceso intensificó las especulaciones sobre una conspiración de la
NASA para ocultar la verdad a través de la manipulación de las imágenes
mostradas (Armentia, 1998).
Mark Carlotto, una de las personas que afirma que el rostro es una pirámide
construida por extraterrestres, anunció que las nuevas imágenes de la NASA
mostraban mayores detalles de la cara. Armentia (1998) señala algunos de sus
argumentos:
-
La imagen confirma los detalles faciales que no pudieron ser observados
con todo detalle por la Viking.
-
Se observa un alto grado de simetría bilateral en la cara.
-
Se pueden apreciar detalles sobre orificios nasales y características lineales
de la corona en la cabeza, junto a la línea central media de la cara.
33
En 2006, la astronave Mars Express tomó nuevas imágenes con una
resolución todavía mayor que muestran una vez más que la cara es una simple
formación montañosa y no una construcción artificial.
4.1.2.2 La prensa frente a la cara de Marte
En esta sección sobre los medios se hará un comentarán las notas periodísticas
en línea que fueron consultadas. Se busca entender qué visión dan al público
sobre cada uno de los casos mencionados. Para una relación completa de cada
nota, así como el link de descarga, consúltese el apéndice.
En los últimos años, la mayoría de las notas periodísticas se han
concentrado en dos puntos: informar sobre las nuevas imágenes obtenidas con
cada vez mayor resolución, y descartar la idea del origen artificial de esa
estructura geológica.
La página web de la BBC (“Nasa: no face – honest”, David Whitehouse, 25
de mayo de 2001) cuenta la historia de las imágenes obtenidas por la astronave
Mars Global Surveyor (MGS) en 2000: “El 8 de abril del año 2000, un día de
verano despejado en Cydonia, MGS realizó una de sus tomas… Un observador
dijo: ‘Vaya, a mi no me parece una cara’”. De igual manera, la página web de CNN
(“Face on Mars gets makeover”, Robert Roy Britt, 22 de septiembre de 2006)
remató al decir que “la gente ve caras que no están ahí (en Marte o en las nubes),
debido hemos nacido con la tendencia a reconocer caras humanas por doquier”.
La página web Science Daily (“Cydonia – Face on Mars?”, 22 de septiembre de
2006) también concluyó una nota afirmando que “la interpretación científica formal
nunca ha cambiado: la cara sigue siendo un producto de la imaginación humana
en una superficie altamente erosionada”.
En la página web de la revista Muy Interesante (“¿A qué se le llama la cara
marciana?”, 1 de junio de 2006) ofreció a sus lectores una nota breve aunque en
un tono contundente: “En 1998 y 2001, la nave Mars Global Surveyor volvió a
fotografiar la zona a sólo 400 kilómetros de altitud, y acabó definitivamente con las
hipótesis ‘conspiranoicas’: los supuestos ojos, nariz y labios no eran sino picos y
depresiones”.
34
¿Cuál ha sido la información que han brindado los medios de comunicación
nacionales? El diario El Universal (“Sonda toma fotos de la cara de Marte”, 22 de
septiembre de 2006) se concentró en la relevancia geológica de las imágenes: “El
jefe científico de la misión Mars Express, el español Agustín Chicharro, comentó
que “estas imágenes de la región de Cydonia son verdaderamente espectaculares
ya que muestran una cercanía impresionante sobre una región de gran interés
para los geólogos planetarios”. Mientras tanto, Milenio Diario (“¿Un cráneo en
Marte?”, 2 de mayo de 2009) comenta un caso en el que supuestamente se
encontró una calavera marciana. El asunto se compara con la cara de Marte:
“Seguidores del fenómeno OVNI afirman haber descubierto un cráneo alienígena
en Marte después de que la NASA enviara imágenes tomadas del planeta, informa
el diario londinense The Daily Telegraph… Imágenes previas, de un supuesto
cráneo encontrado en Marte en 2006, se cree han sido el resultado de una
manipulación indebida. [Al igual que este caso] la famosa cara de Marte facilitada
por la nave Viking 1 en 1976, la cual mostraba la sombra de un rostro humano, se
encontró que era un truco de luz cuando se volvió a fotografiar la zona en 1998”.
La crítica más fuerte y detallada ha venido directamente de una página web.
Con respecto a la primera, la página astronómica Perspectivas (“La cara de Marte
y otras ilusiones de óptica”, Luis Ruiz Noguez, 11 de julio de 2006) muestra un
análisis completo del caso mostrando una gran cantidad de ejemplos: “El efecto es
una ilusión de óptica debida al ángulo de iluminación muy bajo. En ningún
momento la NASA trató de ocultar la fotografía, como pretendieron y afirmaron
algunos ufólogos, ya que tan solo seis días después la dieron a conocer a la
opinión pública emitiendo un comunicado de prensa”.
Como puede verse en este caso, las notas periodísticas están basadas en
información brindada por investigadores científicos. Se les consulta a ellos, ya que
son quienes envían las astronaves, y son ellos quienes tienen el interés en las
formaciones geológicas de Marte y quienes han aprovechado la oportunidad para
dar a conocer sus observaciones, y a su vez son ellos a quiénes se les reconoce
la autoridad para descartar el origen artificial de la cara.
35
4.1.2.3 Los OVNIs de Campeche
El 5 de marzo de 2004, un avión de la Fuerza Aérea Mexicana grabó varias
imágenes de OVNIs con forma de esfera luminosa en el estado de Campeche (fig.
4), al sur de México (Méndez Acosta, 2006). Todo sucedió cuando el avión en
cuestión, equipado con un radar y una cámara infrarroja, patrullaba el cielo en
busca de vehículos de contrabandistas. Los objetos permanecieron invisibles todo
el tiempo y fue a través del equipo del avión que los pilotos se percataron de que
eran aparentemente seguidos de cerca por las esferas (Bonfil, 2004a).
Fig. 4. OVNIs grabados por la Fuerza Aérea en el Estado de Campeche, al sur de México
(Crédito: Fuerza Aérea Mexicana, 5 de marzo de 2004).
La Secretaría de la Defensa Nacional, haciendo uso de un criterio por lo
menos cuestionable, recurrió al especialista en OVNIs Jaime Maussán como
experto para analizar las imágenes captadas. Al respecto, el periodista mexicano
Mario Méndez Acosta (2006) consideró que esto fue un error, ya que las imágenes
pudieron enviarse a la Universidad Nacional Autónoma de México o al Servicio
Meteorológico Nacional para realizar un análisis más detallado y confiable.
El 11 de mayo de 2004, Maussán convocó a una rueda de prensa para
presentar el video como un “enigma extraordinario”. La primicia del caso fue dada
a conocer en el Noticiero con Joaquín López Dóriga ese día. De la misma manera,
la historia se expandió rápidamente por medios como Associated Press, CNN,
Reuters, MSNBC, USA Today y Fox News. De igual forma, Maussán presentó el
caso en su programa de televisión y su sitio web. Uno de sus argumentos fue que
36
los “halos” emanados por los objetos evidenciaban “un intenso campo magnético”,
y habló de la presencia de “frecuencias” y “vórtices” que “violaban la entropía”,
entre otros argumentos claramente seudocientíficos (Sheaffer, 2004). Como
respuesta, la comunidad científica de la UNAM convocó a una rueda de prensa
para aclarar la situación. El principal señalamiento fue que la Secretaría de la
Defensa Nacional (SEDENA) debió haber consultado a científicos legítimos para
recibir posibles explicaciones más razonables del fenómeno observado (Bonfil,
2004a). ¿Cuál fue la razón por la que la SEDENA no consultó desde un inicio a los
investigadores científicos? Esos días, el general Clemente Vega García, secretario
de la Defensa Nacional, fue entrevistado en W Radio por el periodista Carlos Loret
de Mola, quien al preguntarle por qué no se había entregado la información a
alguna institución científica, respondió: “Nosotros no sabemos quiénes eran (los
científicos), no los conocemos” (Méndez Acosta, 2006).
La comunidad científica propuso varias teorías para explicar el fenómeno.
El 13 de mayo varios miembros de la Sociedad Astronómica Urania del Estado de
Morelos comentaron al diario El Universal que los objetos filmados eran tal vez
globos meteorológicos. El Dr. Julio Herrera, investigador de la UNAM, comentó a
la Associated Press que posiblemente los ovnis eran “destellos eléctricos en la
atmósfera”. Días después, el mismo investigador comentó que era posible que
fueran rayos de bola: “masas globulares que avanzan horizontalmente,
relativamente pequeñas, persistentes, luminosas, ocasionalmente observadas en
la atmósfera y asociadas a tormentas y rayos ordinarios” (Errasti y Ezkurra, 2003).
El Dr. Rafael Navarro González, también investigador de la UNAM, comentó el 14
de mayo en conferencia de prensa que quizá los objetos eran “chispas luminosas
formadas por plasma”. Mientras tanto, el divulgador científico José de la Herrán
dijo que podía tratarse de fragmentos de un meteorito (Sheaffer, 2004).
El 26 de mayo el capitán Alejandro Franz realizó un análisis a partir del
video original e identificó la fuente probable de los supuestos OVNIs: las flamas
del complejo petrolero en la Bahía de Campeche. Éstas, observadas en el
infrarrojo, junto con las nubes cuando el avión se mueve, produjeron una ilusión
óptica conocida como paralaje: la desviación angular de la posición aparente de
37
un objeto, dependiendo del punto de vista del observador (Sheaffer, 2004). En
palabras de Méndez Acosta (2006), el fenómeno observado no fue evidencia de
visitas extraterrestres.
4.1.2.4 La prensa frente a los OVNIs de Campeche
Después de que Joaquín López Dóriga dio a conocer en cadena nacional el caso
de los OVNIs de Campeche, muchos diarios hicieron eco de la nota. El Siglo de
Torreón (“Detecta la fuerza aérea 16 ovnis en Campeche”, México, 11 de mayo de
2004) fue uno de los muchos medios que comentaron el caso: “La Fuerza Aérea
los avistó [a los OVNIs] cuando realizaba un vuelo de inspección en Campeche,
para detectar aeronaves con cargamentos de droga”.
Otros medios como la cadena Univisión (“Oleada de ovnis en el sur de
México”, 11 de mayo de 2004), a través de su página web, reprodujo parte de la
conversación de los pilotos:
Una formación de Ovnis fue detectada y filmada en video por pilotos
del Escuadrón 501 de la Fuerza Aérea Mexicana el pasado 5 de
marzo, informó un noticiario de la cadena Televisa…
…Ésta es la conversación de los pilotos:
-“Juárez qué es?...”
- Un punto, ahí está, exactamente atrás de nosotros, es correcto,
ahora está a las siete de nuestra posición con 10.5 millas, llevar
rumbo 8, 2, 3 y 334 de velocidad.
Algunos de los medios analizados sólo comentaron que la fuerza aérea
captó los objetos, y omitieron detalles técnicos que podrían haber brindado más
elementos para que el público tratara de entender el fenómeno observado. Al
respecto, el diario El Universal (“Avistan pilotos de la fuerza aérea 11 ovnis”, 11 de
mayo de 2004) ofreció una nota en la que se decía: “Pilotos de la Fuerza Aérea
Mexicana registraron una aeronave que volaba sobre Campeche, a través de una
cámara infrarroja, la trayectoria de 11 objetos voladores no identificados (ovnis),
según un video transmitido por el Noticiero de Joaquín López Dóriga”. En la
página web de Noticieros Televisa (“Capta OVNIS la Fuerza Aérea mexicana”, 11
de mayo de 2004) se lee: “En un vuelo sobre Campeche el pasado 5 de marzo un
38
avión militar logra grabar 11 OVNIS; la SEDENA no tiene ninguna explicación del
avistamiento”. El diario La Crónica (“Avión de la Fuerza Aérea Mexicana grabó a
16 supuestos OVNIS durante su vuelo en Campeche”, 11 de mayo de 2004)
afirma que los objetos fueron registrados por radares del avión mientras realizaban
fuertes aceleraciones y desaceleraciones: “El radar de una aeronave de la Fuerza
Aérea Mexicana detectó 16 objetos voladores no identificados. La trayectoria de
los ovnis fue registrada por el radar durante algunos minutos, en los que se
percibieron cambios drásticos de velocidad. El avión de la Fuerza Aérea Mexicana
no sólo registró algunos objetos, sino con una cámara infrarroja grabó a los 16
ovnis”. De la misma manera, El Sol de Durango (“Fuerza aérea mexicana detecta
16 OVNI en el cielo de Campeche”, 12 de mayo de 2004) iniciaba así: “Según las
versiones periodísticas, los objetos voladores no fueron detectados solo por los
pilotos de la aeronave, sino por los radares de tierra”. Como ya se mencionó, la
explicación para el fenómeno consistió en una ilusión óptica de paralaje, por lo que
las afirmaciones sobre “cambios bruscos en la velocidad” de los objetos
detectados por los radares es muy probablemente un rumor que se filtró en las
notas periodísticas.
El diario español El País (“Pilotos mexicanos graban presuntos ovnis”, 11
de mayo de 2004) cita una crítica del diario La Jornada: “Sobre el revuelo que han
causado las escenas televisadas, el martes el diario La Jornada comentó que se
trata
de
un
espectáculo
circense”.
¿Alguno
de
los
medios
consultó
inmediatamente a investigadores científicos para explicar el fenómeno observado?
Con base en las noticias seleccionadas, ninguno de los medios entrevistó a estos
expertos para aclarar el suceso. Los investigadores científicos tuvieron que llamar
a una conferencia de prensa para dar a conocer explicaciones alternativas al
avistamiento. La Crónica (“Científicos afirman que los OVNIs captados en
Campeche podrían ser fragmentos de un meteorito”, Mariana Viayra Ramírez, 12
de mayo de 2011) fue uno de los medios presentes en esta rueda de prensa:
“Científicos mexicanos consideraron la posibilidad de que los supuestos Objetos
Voladores No Identificados (OVNIS) grabados por pilotos de la Fuerza Aérea
Mexicana en el cielo de Campeche no son naves extraterrestres, al sostener que
39
no hay ninguna evidencia que compruebe ‘la visita’. …el astrónomo mexicano
José de la Herrán dio sus argumentos científicos sobre la imposibilidad de que se
trate de naves espaciales, como se ha especulado, pues aseguró que pudo
tratarse de fragmentos de meteoro”.
Dos de las críticas más fuertes no vinieron directamente de los diarios, sino
de una publicación seriada universitaria y una revista dedicada al análisis de las
seudociencias. En el periódico universitario Humanidades de la UNAM (“Los ovnis
de mi señor general: un golpe para la credibilidad científica”, Martín Bonfil Olivera,
2 de junio de 2004) comentó de esta manera las circunstancias del caso:
…al menos eso es lo que puede deducirse de la actitud del Secretario
de la Defensa Nacional [refiriéndose a que la comunidad científica
mexicana no ha logrado adquirir la más mínima credibilidad], general
Clemente Ricardo Vega García, cuando decidió entregar los videos de
unos ovnis observados por un avión de la fuerza aérea mexicana en
el cielo de Campeche a Jaime Maussán, el conocido charlatán que se
gana la vida como ‘experto’ en el llamado fenómeno ovni.
Por su parte, Mario Méndez Acosta, conocido analista y crítico de
seudociencias, criticó en la revista Pensar (“Ovnis infrarrojos de Campeche: una
explicación viable”, volumen 1, núm. 4, 2006,), con el mismo tono, los hechos
principales del caso: “La Secretaría de la Defensa Nacional, responsable de
evaluar la información, en lugar de someterlos a la consideración de la
Universidad Nacional Autónoma de México o del Servicio Meteorológico Nacional,
prefirió entregárselos a un locutor sensacionalista de la TV mexicana, Jaime
Maussán, quien ha hecho grandes negocios vendiendo en supermercados videos
de supuestos ovnis”.
La mayoría de medios consultados se dedicaron a informar sobre el caso
tomando como “autoridad” a Jaime Maussán. En la búsqueda de notas, ningún
medio cubrió la explicación más certera propuesta por el capitán Alejandro Franz,
por lo que se puede afirmar que la mayoría del público se quedó con la idea de
que el caso está relacionado con visitas extraterrestres.
40
4.2 Mala ciencia
4.2.1 Definición de mala ciencia
El concepto de “mala ciencia” (bad science) se refiere al trabajo científico de mala
calidad y a los errores realizados por los científicos en su trabajo. Según Ben
Goldacre, existen cuatro tipos de mala ciencia (citado por Willmott, 2009):
-
Sobreinterpretación de datos
-
Confusión de variables
-
Selección de sólo los resultados que encajan con la hipótesis
-
Uso de referencias que no han sido publicadas en alguna revista arbitrada
Goldacre considera que la mala ciencia se refiere exclusivamente a los errores
en la metodología llevada a cabo por los científicos. Dichos errores vienen
acompañados por una realización incorrecta de los experimentos, de las pruebas
estadísticas o de una interpretación equivocada de los mismos (Goldacre, 2009,
citado en Willmott, 2009).
Para diferenciarla de temas como la seudociencia o el fraude científico, en
esta tesis se proponen dos subdivisiones generales de la mala ciencia:
-
Ciencia deficiente. Presenta errores, falta de preparación e incluso
incompetencia por parte de los científicos. Se caracteriza porque la
intención del científico generalmente es realizar investigación bien hecha,
es decir, con el rigor necesario y sin intentar falsificar datos buscando llevar
a cabo intereses particulares.
-
Ciencia adulterada.- Hace referencia a trabajos científicos que introducen
en sus metodologías recetas y argumentos seudocientíficos. En este caso
ya no puede hablarse propiamente de “ciencia”, sino de una mezcla de ella
con alguna disciplina seudocientífica o no científica. Un ejemplo sería
mezclar biotecnología con acupuntura (véase García-Vivas et al., 2010).
Las siguientes características dar una idea más detallada de lo que es la mala
ciencia (tomado de Salinas, 2005):
1. Invención de datos
2. Plagio
3. Manipulación de datos
41
4. Autoría ficticia
5. Errores en la recolección activa de datos
6. Errores en la preparación del documento
7. Errores en el proceso de publicación
8. Incluir información falsa en el Curriculum Vitae
9. Sensacionalismo
10. Errores en la metodología
11. Cualquier conducta que se desvíe de los estándares éticos
Algunos de los puntos que menciona Salinas (2005) demarcan con mayor
precisión a la mala ciencia:
-
Errores en la recolección activa de datos: Ocurren cuando no se realiza una
búsqueda en la literatura científica global, como es usual en cualquier
investigación científica legítima. No se reconocen los predecesores
intelectuales. No se evalúan correctamente los experimentos. No se
asegura la exactitud del análisis numérico. No se interpretan las pruebas
adecuadamente.
-
Errores de preparación del documento: Se dejan fuera las referencias que
indican investigaciones previas. Se omiten citas relevantes. Se copian listas
de citas sin consultarlas. Hay exceso de autocitas.
-
Errores en la metodología: Incluye a) errores de juicio, b) diseño
inadecuado del estudio, c) sesgo en el caso de que se publiquen resultados
positivos o estadísticamente significativos, d) autoengaño, cuando el autor
incluye datos u otro tipo de información errónea creyendo que es
información verídica, e) descuido y g) análisis estadístico inadecuado.
4.2.2 Discusión de casos de mala ciencia relacionados con la astrobiología
en la prensa
4.2.2.1 La lluvia roja
En la mañana del 25 de julio de 2001, en el estado de Kerala, India, ocurrió uno de
los más extraños fenómenos meteorológicos: cayeron del cielo lluvia y granizo de
color rojizo. El agua de lluvia cubrió un área geográfica de 450 x 150 km. Un
sonido estruendoso se escuchó unas cuantas horas antes de la lluvia, o al menos
42
eso indicaron los testimonios. Los reportes aislado de la lluvia roja continuaron
durante los siguientes dos meses (DiGregorio, 2007).
La relación de este caso con la astrobiología surge a partir de los primeros
estudios llevados a cabo por Godfrey Louis, físico de la Universidad de Cochin de
Ciencia y Tecnología de la India (DiGregorio, 2007).
En esta tesis se propone el nombre de panespermistas radicales para
referirse a aquellos científicos que sin evidencia contundente afirman que es un
hecho que hay transferencia de vida desde la Tierra al espacio o viceversa. A
partir de la década de los 80, Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe han tratado
de llevar la hipótesis de la panespermia hasta sus últimas consecuencias. Han
afirmado sin bases que bacterias y virus abundan en cuerpos extraterrestres como
cometas, asteroides, meteoritos y polvo estelar. Una de sus teorías más
controvertidas y desacreditadas, que rayan francamente en lo ridículo, consiste en
que el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida, causante del sida) fue traído por
un cometa (Hoyle y Wickramasinghe, 1988).
Fig. 5. Vista microscópoca de las estructuras de la lluvia roja (Louis y Santhosh Kumar,
2006)
Regresando a la lluvia roja, cuando se tuvieron las primeras muestras se
pudo constatar a través del microscopio que son partículas que tienen la
apariencia de células rojas y cafés de 4 a 10 µm, y que son “similares a eritrocitos”
(fig. 5). El análisis de rayos X reveló que las supuestas células estaban
constituidas principalmente por oxígeno y carbono. No se detectó material
43
genético (DiGregorio, 2007). Se descartó que la causa de la lluvia hubiera sido el
polvo proveniente de áreas desérticas de Asia occidental, y se puso sobre la mesa
una idea atractiva: podía haber relación entre la caída de un meteorito y la lluvia
roja, lo que permitía relacionar el caso con un origen extraterrestre de las
partículas (Louis y Santhosh Kumar, 2006).
En 2003, los físicos Godfrey Louis y Santhosh Kumar (2003) subieron un
artículo a arXiv, el archivo en internet para borradores electrónicos de artículos
científicos especializados, donde tratan el caso bajo su propio criterio. Afirman que
se trata de bacterias hipertermófilas quimiosintéticas que crecen de manera
óptima a 300°C en ambientes hidrotermales y que pueden metabolizar
compuestos orgánicos e inorgánicos. Pero Louis y Santhosh fueron más allá:
propusieron que las partículas rojizas son los primeros organismos aparecidos
durante el origen de la vida, y que representan un dominio de seres vivos que
antecede a los tres dominios actuales: arqueas (Archaea), bacterias (Bacteria) y
eucariontes (Eukarya). Al final concluyeron que este nuevo dominio habita
planetas que orbitan alrededor de estrellas gigantes rojas y que abundan en el
medio interestelar. Todo ello lo propusieron a partir únicamente del hecho de que
el espectro de absorción de las partículas rojas es muy similar al que se ha
registrado en este medio (Louis y Santhosh Kumar, 2003).
En enero de 2006, los mismos autores consiguieron publicar un estudio en
la revista Astrophysics and Space Science, en el que continuaron especulando
sobre el origen extraterrestre de la lluvia roja, y propusieron que ésta se formó a
partir de la desintegración de un pequeño cometa o meteorito que habría entrado
en la atmósfera de la Tierra (Louis y Santhosh Kumar, 2006; DiGregorio, 2007).
Mientras Louis y Santhosh Kumar hacían este tipo de especulaciones
aventuradas, docenas de científicos ya habían analizado la lluvia roja y habían
reportado sus propios hallazgos. Los investigadores que estudian meteoritos
realizan frecuentemente análisis isotópicos para determinar si las muestras
provienen de algún asteroide, de la Luna, de otro planeta o de la propia Tierra. En
el caso de nuestro mundo, la variabilidad isotópica del carbono y nitrógeno se
conocen bien, así que si se analizan muestras de origen extraterrestre se
44
esperaría que las mediciones isotópicas alcanzaran valores fuera de lo esperado
(DiGregorio, 2007).
Thomas Brenna, de la Universidad de Cornell, analizó también las
partículas. Los valores isotópicos que encontró coincidieron con los valores
medidos en la Tierra. Asimismo, hidrolizó una muestra para liberar compuestos
orgánicos y encontró siete aminoácidos: fenilalanina, ácido glutámico, glutamina,
serina, ácido aspártico, treonina y arginina. Su conclusión fue que las mediciones
isotópicas de las partículas son consistentes con un origen terrestre, y que son de
origen orgánico, no mineral (DiGregorio, 2007).
Louis no aceptó los análisis isotópicos de Brenna, y se ha declarado
ansioso por conocer cuánto fósforo hay en “las células extraterrestres”, ya que
esto implicaría la presencia de material genético: sin embargo, sus mismos
estudios no han mostrado evidencia de este elemento (DiGregorio, 2007).
En 2010, Gangappa y colaboradores (Wickramasinghe entre ellos) reportan
que las “células” crecen y se reproducen si son incubadas a 121° durante dos
horas o más. Al mismo tiempo se les ha relacionado con bacterias de los géneros
Bacillus y Clostridium (Gangappa et al., 2010). Sin embargo, el problema radica en
que a partir de estos resultados, los autores han sugerido que estas pequeñas
estructuras abundan en el espacio exterior, y que esto apoya indiscutiblemente la
hipótesis de la panespermia.
Tomando en cuenta los datos antes expuestos, y en concordancia con el
consenso de los expertos científicos en el campo, puede afirmarse que la
evidencia sobre la lluvia roja de Kerala apunta a un origen terrestre. Es cierto que
no se sabe exactamente qué son esas partículas, aunque se sospecha que son
esporas, pero antes de recurrir a la hipótesis de su naturaleza viva y su origen
extraterrestre, habría que agotar las alternativas más parsimoniosas. ¿Por qué
sucedió sólo en aquella localidad de la India? ¿Por qué no se ha vuelto a repetir?
(DiGregorio, 2007). Las dudas permanecen, y sólo más estudios permitirán
conocer el verdadero origen de la lluvia roja. Hasta que eso suceda, los estudios
de los panespermistas desbocados continuarán y serán un caso de mala ciencia:
conclusiones exageradas y mal fundamentadas, artículos de dudosa calidad que
45
no se han publicado en revistas arbitradas y un fuerte sesgo por relacionarlo todo
con la vida extraterrestre.
4.2.2.2 La prensa frente a la lluvia roja
Como se verá a continuación, los medios de comunicación analizados hablan de
la lluvia roja como un fenómeno poco usual que ha causado interés. La mayoría
de los diarios que comentaron el caso son ingleses o de la India. Asimismo, se ha
informado al público sobre los dos posibles orígenes del fenómeno: terrestre o
extraterrestre. Varios medios han reproducido las versiones de las partes
involucradas, aunque dándole cierto énfasis a los argumentos de los
panespermistas radicales.
La página web de noticias de la BBC (“Coloured rain falls on Kerala”,
Venkitesh Ramakrishnan, 30 de julio de 2001) hace alusión al origen terrestre de
la lluvia: “Los expertos afirman que la explicación más probable es la presencia de
polvo en la atmósfera, lo que le dio el color al agua”. Y aclara que el evento no es
nuevo: “Ha habido con anterioridad reportes de lluvia de color en otras parte del
mundo”.
El periódico Times of India (“Now Wells form spontaneously”, 5 de agosto
de 2001) hace énfasis en el misterio: “Mientras que los científicos aún no han
llegado a una conclusión definitiva sobre lo que causó la ‘lluvia roja’… se han
reportado un extraños fenómenos como la formación repentina de pozos con agua
de esta lluvia, y la caída inusual de las hojas en árboles y plantas”.
El diario Indian Express (“Red rain was fungus, not meteor”, Kamal
Gopinath, 5 de agosto de 2001) publicó una nota donde se apoya el origen
biológico y terrestre de la lluvia: “Un comunicado de prensa informó que el análisis
químico de las muestras de agua indica un posible origen biológico. Los estudios
han identificado material orgánico como esporas de hongos”. Pese a lo exótico de
las explicaciones de los panespermistas radicales, los medios también hicieron
eco de los críticos a las mismas (The observer, “Red rain could prove that aliens
have landed”, Amelia Gentleman y Robin McKie, 5 de marzo de 2006): “…Pero la
mayoría de los investigadores afirman que Godfrey Louis está exagerando al
relacionar la lluvia [roja] con microorganismos provenientes de un cometa”.
46
De nueva cuenta, el 7 de agosto de 2001, el diario Times of India (“Mistery
of the scarlet rains and other tales, P. K. Surendran) siguió atento a los
comunicados que emitían los investigadores científicos sobre el fenómeno,
centrándose en tres preguntas: “¿El sonido explosivo que se escuchó está
relacionado con la lluvia roja? ¿Qué produjo la gran cantidad de esporas
encontradas (las que se cree que tornaron de color rojo al agua)? ¿Cómo es que
estas esporas llegaron hasta las nubes?”.
La página web de World Science (“Claim of alien cells in rain may fit
historical accounts: study”, 22 de enero de 2008) habla sobre los comentarios de
Chandra Wickramasinghe, uno de los principales expositores cuyo punto de vista
es la panespermia radical: “Algunos investigadores, incluyendo Wickramasinghe,
director del Centro de Astrobiolgía de la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido,
han dicho que las ideas de Louis y Kumar pueden ser correctas. Él y otros
partidarios de estas ideas han relacionado la hipótesis de las células
extraterrestres con la teoría popular de la ‘panspermia’, la cual sostiene que los
meteoritos y cometas pudieron haber sembrado la vida en muchos mundos”. El
problema que presenta la nota es que no se han consultado otros especialistas
que difieran de esta posición, y que son la mayoría.
El diario ABC Madrid (“El extraordinario caso de la lluvia roja sobre la India”,
1 de septiembre de 2010) se muestra un artículo más moderado: “Aunque este
comportamiento [se refiere a la reproducción de las supuestas células
extraterrestres a 121° C] no implica, desde luego, el origen extraterrestre de estas
células, Wickramasinghe y compañía no pueden resistirse a señalar una
explicación tan exótica”.
Años después, algunos medios (entre los que apenas un diario mexicano,
según la búsqueda de noticias realizada para esta tesis, mencionó el caso de la
lluvia roja - El Universal, “Células extraterrestres se reproducen”, 3 de septiembre
de 2010) hablan del tema a partir de las declaraciones de los panespermistas
desbocados, aunque con cierta reserva. Sobre la reproducción de las supuestas
células a altas temperaturas, informa: “Según el MIT en su revista Technology
Review, estos investigadores aseguran que las células rojas se están
47
reproduciendo a temperaturas de 121 grados centígrados, y a temperatura
ambiente son inertes. Con esto, el caso se torna extremadamente raro y la vez
como un fascinante misterio”.
Las visiones que los medios informaron al público son variadas. Las que
dan exclusivamente la voz a los panespermistas radicales acarrean un problema:
pueden dar al público la sensación de que el caso está inevitablemente
relacionado con vida extraterrestre, lo cual daría a entender que ya es un hecho
comprobado que hay vida en otros lugares fuera de la Tierra.
4.2.2.3 Los microfósiles de Richard Hoover
En 2011, el Dr. Richard Hoover, investigador del Centro Espacial Marshall de la
NASA, publicó un artículo en el Journal of Cosmology en el que argumentaba que
había descubierto evidencia de fósiles de cianobacterias extraterrestres en un
meteorito (fig. 6). Todo inició cuando Hoover obtuvo varias imágenes por
microscopía electrónica de estructuras presentes en el meteorito cuya forma era
muy similar a microfósiles (Hoover, 2011).
Fig. 6. Los microfósiles en el meteorito de Richard Hoover (Hoover, 2011)
Hoover afirmó en su artículo que en la superficie interna de algunos
meteoritos carbonosos tipo CI1 existen largos filamentos que se han observado al
fracturar la roca. El autor infirió la presencia de fósiles de cianobacterias y
bacterias del azufre a partir del tamaño de las estructuras observadas y su
posición en la roca (Hoover, 2011).
Según Hoover, los filamentos muestran similitud con estructuras que utilizan
las cianobacterias para la reproducción, la movilidad y la fijación del nitrógeno. La
48
espectroscopía de rayos X indica que los filamentos son ricos en carbono,
magnesio, silicio, azufre y otros elementos y moléculas presentes en las
nebulosas interestelares (Hoover, 2011). Pero, con respecto a la fijación del
nitrógeno, el análisis de Hoover no revela la presencia de este elemento.
Hoover (2011) también ha comparado el tamaño de los microfósiles con
microorganismos terrestres. Pero es más el parecido con microorganismos
eucariontes (protistas) que con procariontes como E. coli. Asimismo, cabe
preguntarse: ¿el proceso de conservación fue en una roca espacial? ¿Los
meteoritos son un buen medio de conservación de microfósiles?
Según la microbióloga estadounidense Rosie Redfield (2011), Hoover hace
mucha insistencia en la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)
y su abundancia en el meteorito como evidencia de actividad biológica, mas se
sabe que estas moléculas pueden formarse en condiciones abióticas.
Hoover concluye que los filamentos encontrados son microfósiles de
organismos que surgieron en los meteoritos, y descarta que sean contaminantes
biológicos
terrestres.
Además,
señala
que
estos
supuestos
restos
de
cianobacterias tienen importantes similitudes con estructuras detectadas no sólo
en cometas, sino también en lunas como Europa y Encélado, lo cual sugiere la
presencia de vida microbiana en esos lugares (Hoover, 2011). Sin embargo, Rosie
Redfield afirma que la parte final del artículo de Hoover es una simple compilación
que busca afirmar que la vida abunda en otros lugares fuera de la Tierra; las
imágenes mostradas son muy coloridas y sólo se utilizan para lanzar una
especulación aventurada (Redfield, 2011).
Es importante comentar que el Journal of Cosmology, medio en el que
apareció el trabajo de Hoover, es una publicación científica poco ortodoxa. No se
trata de una publicación arbitrada y de prestigio como Nature o Science, sino de
una página web fundada en los 90 que publica todo tipo de textos sin mayores
restricciones editoriales (Dobbs, 2011; Myers, 2011). Sus editores parecen estar
obsesionados con la vida extraterrestre al grado en que esta “revista” se ha
convertido en el nuevo medio de comunicación de los panespermistas radicales
(El Journal of Cosmology no debe confundirse con ArXiv: un archivo de borradores
49
electrónicos de artículos científicos especializados en espera de ser publicados. Si
estos artículos no son publicados en una revista arbitrada en un periodo mayor a
dos años, pierden confiabilidad, aunque siguen estando disponibles).
En resumen, el caso de Hoover también puede ser clasificado como mala
ciencia: muestra una investigación cuyas conclusiones son aventuradas y poco
fundamentadas, por lo que han sido rechazadas por el grueso de la comunidad
científica.
4.2.2.4 La prensa frente a los microfósiles de Richard Hoover
Los medios analizados para este apartado dieron mucho espacio a Richard
Hoover, mientras que las réplicas y el desmarque de la NASA con respecto al
caso fueron apenas cubiertos por dos medios.
El artículo publicado en la página web de Fox News (“Exclusive: NASA
scientis claims evidence of alien life on meteorite”, Garrett Tenney, 5 de marzo de
2011) fue el medio más contundente en afirmar que el caso de Hoover era
inequívocamente correcto: “No estamos solos en el universo: las formas de vida
extraterrestre pueden tener mucho más en común con la vida en la Tierra de lo
que creíamos”.
Otros medios como The Guardian (“Nasa scientist claims evidence of
extraterrestrial life”, Ian Sample, 6 de marzo de 2011) fueron más moderados al
hablar del debate producido por el caso: “Un científico de la NASA ha despertado
un renovado debate sobre la vida en otros lugares del universo después de afirmar
que ha encontrado fósiles de bichos extraterrestres dentro de meteoritos que
cayeron a la Tierra”.
Los diarios que reportaron de manera similar el caso fueron La Crónica
(“Astrobiólogo de la NASA afirma haber encontrado evidencia de vida
extraterrestre”, 7 de marzo de 2011) y dos diarios digitales: La Primera Plana
(“Encuentran meteorito con fósil de vida extraterrestre”, 7 de marzo de 2011), y
Diario Crítico (“Descubren nuevas formas de vida en el interior de tres meteoritos”,
7 de marzo de 2011).
A diferencia del caso anterior, varios medios nacionales cubrieron la nota
oportunamente, aunque citando solamente la versión de Hoover. El diario Uno
50
mas uno (“Halla evidencias de vida científico de la NASA”, 5 de marzo de 2011)
fue uno de los primeros medios en dar a conocer la noticia: “El doctor Richard B.
Hoover, del Centro Espacial Marshall, de la agencia espacial estadounidense,
encontró evidencias fósiles de bacterias en una extraña clase de meteoritos,
publicó hoy la revista científica Journal of Cosmology”. Los diarios en cuestión
también reportaron algunos detalles de la metodología utilizada en el estudio. Un
ejemplo es El Economista (“Hallan vida extraterrestre en restos de meteorito”, 6 de
marzo de 2011): “Hoover estudió fragmentos de varios tipos de meteoritos
condritos carbonáceos, que pueden contener niveles importantes de agua y
material orgánico. Allí encontró criaturas con aspecto de bacteria que llamó ‘fósiles
indígenas’, que se cree se originaron fuera de la Tierra y no una vez que
aterrizaron en ella”. Milenio Diario (“Científico de la NASA halla vida
extraterrestre”, 6 de marzo de 2011) comentó que ha habido casos similares al de
las bacterias en el meteorito de Hoover: “Los estudios que afirman que los
meteoritos pueden contener microbios extraterrestres no son nuevos y
despertaron grandes debates sobre si podría existir vida en el espacio y cómo y
dónde ésta pudo haberse originado en el universo”. Otros diarios, al notificar el
caso, utilizaron párrafos como el siguiente, que pudieron generar confusión en el
público al dar la idea de que realmente se trata de microorganismos
extraterrestres. Un ejemplo es la página web de Noticieros Televisa (6 de marzo
de 2011, “Científico de la NASA halla bacteria extraterrestre en meteorito”):
“Hoover indicó que estos raros especímenes [los supuestos microfósiles] se los ha
enseñado a otros expertos y ‘también se han mostrado perplejos’”.
La mayoría de los títulos de las notas consultadas sobre este caso dieron
una idea equivocada al público: que está totalmente confirmado que las
estructuras observadas son microfósiles, que son evidencia de vida extraterrestre,
y por tanto, que la existencia de vida extraterrestre es ya un hecho científico
establecido. Si se toman dos ejemplos seleccionados de la tabla del apéndice
(sección VIII) se leerá: “Hallan vida extraterrestre en restos de meteorito” (El
Economista, 6 de marzo de 2011) y “Científico de la NASA halla bacteria
extraterrestre en meteorito” (Noticieros Televisa, 6 de marzo de 2011).
51
De los medios consultados, sólo tres notas hablan seriamente del debate y
de los problemas que representa el caso. La página web de CBS News (Charles
Cooper, 5 de marzo de 2011, Nasa scientist: evidence alien life on meteorite):
“…Los cuestionamientos de los escépticos también tienen peso [en el debate]…
[aunque] algunos científicos han sugerido que los meteoritos y los cometas que se
han estrellado contra la Tierra trajeron los elementos de la vida, incluyendo el
agua y una importante cantidad de químicos orgánicos complejos”.
Milenio Diario ofreció también texto en los que se hacen cuestionamientos
al caso. En el primero de ellos (“¿Otra vez vida extraterrestre?”, Martín Bonfil
Olivera, 9 de marzo de 2011), su autor inició con una versión distinta a la de la
mayoría de medios consultados: “Si usted se emocionó al ver titulares como
‘Científico de la NASA halla vida extraterrestre’, lamento desilusionarlo. No es
cierto… La agencia espacial no puede apoyar la investigación hasta que sea
confirmada por otros científicos”.
El primer problema con las notas mencionadas es que la mayoría hicieron
eco en forma acrítica del estudio de Hoover. Una vez que la NASA informó su
posición, pocos medios comentaron el giro inesperado en el caso. La noticia del
descubrimiento de posibles microfósiles fue demasiado atractiva y se explotó de
varias formas, mientras que las críticas, que eliminaban parte de la
espectacularidad del estudio, apenas fueron reportadas.
4.3 Polémicas científicas
4.3.1 Definición de polémicas científicas
El filósofo israelí Marcelo Dascal afirma que las polémicas científicas son
controversias académicas que surgen entre los investigadores científicos durante
su tarea de realizar experimentos, observaciones y teorías. Juegan un papel
fundamental en el desarrollo de la investigación científica, son parte del proceso
de construcción de la ciencia e indispensables para la formación, evolución y
evaluación de las teorías. A través de una polémica científica se ejercen críticas
que permiten engendrar, mejorar y controlar la buena estructuración y el contenido
empírico de las teorías científicas (Dascal, 1995).
52
En su libro Science in action, el sociólogo de la ciencia Bruno Latour (1987)
comenta que los escenarios en los que ocurren las polémicas son la literatura
científica y el laboratorio. En cuanto al primero de ellos, una vez que se analiza la
literatura científica, se puede conocer cómo se plantean las polémicas, cómo se
resuelven y cuáles son los argumentos de los investigadores científicos al tratar de
convencer a sus colegas para establecer su propia teoría (Latour, 1987, pp. 2162). Mientras tanto, el trabajo en el laboratorio se convertirá en hechos para
sostener las afirmaciones científicas. Según Latour, cuando surge una polémica,
aparece un contralaboratorio: un laboratorio en el que hay afirmaciones científicas
que contradicen los hechos del primer laboratorio. En este sentido, surge un
conflicto que se puede llamar como de “laboratorio contra laboratorio”. En el
trabajo de los laboratorios se recurre a la naturaleza “como causa final de todas
las controversias”. Gracias a esto, las polémicas son fundamentales para que la
ciencia opere (Latour, 1987, pp. 63-100).
En su libro La estructura de las revoluciones científicas, el filósofo e
historiador estadounidense Thomas S. Kuhn ofrece la expresión ciencia normal
para referirse a los logros que una comunidad científica en particular reconoce
como fundamento de su práctica (Kuhn, 1962, p. 37). Al mismo tiempo, un
paradigma involucra las leyes, teorías, aplicaciones e instrumentaciones
aceptados y utilizados en dicha práctica científica (Kuhn, 1962, p. 38). El paso de
un paradigma a otro constituye las revoluciones científicas, mientras que el
periodo de transición entre uno y otro es lo que denomina la tensión esencial
(Kuhn, 1962, p. 40 y 144). El autor de esta tesis propone que es en este intervalo
entre paradigmas donde surgen las polémicas: quienes proponen nuevas teorías
para explicar un fenómeno natural (los encargados de establecer el nuevo
paradigma) tienen que defenderlas frente a las críticas (generalmente, quienes
forman parte del paradigma imperante).
Según el filósofo catalán Jordi Vallverdú (2005), los cambios en la ciencia
se deben a la suma de cantidades considerables de polémicas que orientan las
disciplinas hacia nuevos ámbitos de conocimiento, y que en algún momento crítico
conducen a nuevos paradigmas. La mayor parte de polémicas no implican un
53
cambio de paradigma, sino a un replanteamiento de los aspectos menores del
mismo. Pero su existencia permite explicar el cambio en ciencia. En este sentido,
este Vallverdú (2005) propone el análisis de las polémicas a partir de dos
subniveles de análisis:
-
Macrodinámica científica.- Es la situación de cambio radical en la ciencia,
es decir, es una transición entre un paradigma y otro.
-
Microdinámica científica.- Son las transformaciones menores de la ciencia
en las que se producen pequeños cambios y discusiones que en momentos
críticos pueden llevar a una macrodinámica científica. En esta pueden estar
involucrados decenas de agentes.
Durante las polémicas, los críticos pueden citar la preponderancia de los
resultados negativos como fundamento para rechazar una teoría o fenómeno
específico. A su vez, pueden afirmar que cualquier resultado debe atribuirse a la
incompetencia, al autoengaño o incluso al fraude. Por el otro lado, los defensores
explican los resultados negativos mediante la inexactitud con la que los
correspondientes experimentos se reprodujeron para obtener resultados positivos.
En muchas ocasiones, los experimentos solos no bastan para zanjar una cuestión
particular del debate (Collins y Pinch, 1993, p. 89).
Una polémica puede comenzar con algún problema específico y
rápidamente expandirse a otros problemas. En muchas ocasiones involucra
actitudes y preferencias opuestas como desacuerdos sobre los métodos que son
validados por la comunidad científica. Las polémicas pueden prolongarse y ser
recurrentes en el mundo de la ciencia, mas no se reducen a conflictos irresolubles
de preferencias. Los contendientes acumulan argumentos que creen que
incrementarán el peso de sus posiciones frente a los adversarios, lo cual no
necesariamente decide las cuestiones en disputa, pero sí puede inclinar la balanza
a su favor (Dascal, 1995). La lucha entre quienes abogan una idea y por quienes
la critican siempre es una lucha por la credibilidad (Collins y Pinch, 1993, p. 92).
En algunos casos se pone en tela de juicio la competencia de los
científicos. (Collins y Pinch, 1993, p. 136). Ocurre a menudo que detalles pasados
por alto entre los bandos se vuelven de pronto muy importantes y se debate
54
acaloradamente sobre ellos. Los investigadores científicos que contienden
intentan sembrar dudas sobre los argumentos del otro (Collins y Pinch, 1993, p.
140).
La resolución de las polémicas puede ir por diferentes caminos. Uno de
ellos es que los bandos (los contendientes o su comunidad) reconozcan que se ha
acumulado suficiente peso en favor de una de las posiciones. Por otro lado, en las
polémicas a veces aparecen posiciones modificadas (gracias a la misma
polémica) que son aceptadas por ambos bandos. En otros casos, se llega a una
aclaración recíproca sobre las divergencias de los bandos (Dascal, 1995).
Resumiendo lo anterior, Dascal (1995) brinda una serie de características
básicas para entender el desarrollo de las polémicas científicas:
-
Las polémicas científicas no quedan confinadas a los problemas iniciales
que las motivaron, sino que se amplían rápidamente tanto en extensión
como en profundidad.
-
En el curso de la expansión del problema, los contendientes cuestionan los
presupuestos básicos de sus adversarios, ya sean éstos fácticos,
metodológicos o conceptuales.
-
Se plantea a cada momento la cuestión de la interpretación correcta de los
datos, lenguajes, teorías, métodos, etc. Conforme continúa la polémica, es
típico que los contendientes se acusen mutuamente de interpretar
incorrectamente la tesis del otro, de emplear un lenguaje ambiguo, de no
contestar las objeciones, y de no centrarse en el verdadero problema que
hay que resolver.
-
El carácter dinámico de las polémicas y el cuestionamiento sobre los
presupuestos, entre otras posturas tomadas por los contendientes, llevan a
Dascal (2005) a la apertura. Esta se caracteriza por los siguientes puntos:
1. Cuando comienza una polémica, no se sabe por dónde irá su
dinámica propia.
2. Difícilmente se confinará a una sola disciplina, en el caso de
polémicas de grandes dimensiones.
55
3. Se revela la existencia de divergencias profundas respecto al
significado de conceptos, métodos y hechos hasta entonces
aceptados.
4. No es posible anticipar la totalidad de objeciones de los adversarios.
5. Las grandes polémicas preparan el terreno para las innovaciones
radicales. Asimismo, invitan al surgimiento de ideas, métodos,
técnicas e interpretaciones no convencionales.
-
El aspecto de la clausura de la polémica puede tomar varios rumbos. La
negociación y el consenso se pueden dar dependiendo del acuerdo de los
contendientes (esto es una especie de “cerrar sin clausura”). Pero también
pueden terminar sin acuerdo. A pesar de ello, las polémicas pueden ser
percibidas por los participantes y analistas como productivas. Aún cuando
no se inclina la balanza en favor de una de las posiciones, las polémicas
contribuyen de varias maneras al conocimiento científico: aclaran el
problema en cuestión, se reconocen las dificultades o divergencias
conceptuales o metodológicas, se reorienta el esfuerzo de la investigación o
simplemente permiten una mayor comprensión del problema tratado.
-
Las polémicas no son anárquicas, es decir, no se discute a golpes o con
malas palabras. Manifiestan en cierta forma un orden o sistematicidad.
4.3.2 Discusión de casos de polémicas científicas relacionados con la
astrobiología en la prensa
4.3.2.1 El meteorito ALH84001
EL 27 de diciembre de 1984, una expedición del Instituto Smithsoniano encontró
en la región Allan Hills, en la Antárdida, el meteorito conocido como ALH84001.
Dicho meteorito es un fragmento de roca compuesto por ortopiroxina (un silicato)
con inclusiones de vidrio feldespático, olivina, cromita, pirita, carbonatos y
filosilicatos. Pesa 1.9 kg y fue arrancado de la superficie de Marte hace 16
millones de años, según los análisis isotópicos. Cayó en la Tierra hace unos 13 mil
años, a finales del paleolítico (McKay et al., 1996).
56
El estimado que se tenía de la edad del meteorito era de entre 4,000 y
4,500 millones de años, en una época en la que Marte posiblemente mantenía un
clima propicio para la vida (McKay et al., 1996). Estudios recientes, basados en los
isótopos lutecio y hafnio, han mostrado con más exactitud que su edad podría ser
de 4,091 millones de años (Lapen et al., 2010).
El 7 de febrero de 1996 se celebró una rueda de prensa en la sede central
de la NASA, en la ciudad de Washington, para anunciar el hallazgo como
“evidencia de posible vida fósil en el meteorito ALH84001” (Jakosky, 1999, p. 156).
En un artículo publicado en la revista Science aquel año, David McKay,
Everett Gibson y colaboradores, todos ellos investigadores científicos del Centro
Espacial Johnson de la NASA, emprendieron un estudio detallado en busca de
rastros biológicos en este meteorito, investigación que culminó con las
conclusiones expuestas en la rueda de prensa (Jakosky, 1999, p. 159).
Fig. 7. Estructuras observadas en el meteorito ALH84001 (McKay et al., 1996)
En los fragmentos del meteorito se encontraron estructuras microscópicas
ovoides (fig. 7), de entre 40 y 80 nm., y otras tubulares, alargadas o curvas, que
oscilan entre los 30 y los 700 nm. Todos los casos, según McKay, son
morfológicamente similares a varios grupos bacterianos terrestres muy antiguos
(McKay et al. 1996). Desde su descubrimiento, en agosto de 1996, se han
presentado pruebas y análisis tanto a favor como en contra del origen biológico de
tales estructuras
57
Aunque estos posibles indicios de vida son ambiguos y se hallen sujetos a
fuertes cuestionamientos, la respuesta de los medios de comunicación y del
público ha sido clamorosa, desencadenando una polémica encendida en la
comunidad científica (Jakosky, 1999, p. 156).
Continuando con el artículo de McKay et al. (1996), uno de los argumentos
a favor del origen biológico se refiere a que no hay caras cristalinas en las
estructuras tubulares del meteorito, lo que lleva a proponer que se trata de fósiles
de bacterias. Las estructuras tubulares tienen un volumen similar al de
nanobacterias fósiles que se encuentran en formaciones geológicas a unos 400
metros de profundidad aquí en la Tierra. Asimismo, las estructuras ovoides que se
han encontrado en el meteorito son muy pequeñas, y no se parecen ni a la más
diminuta bacteria terrestre conocida, aunque esto no es definitivo para descartar la
postura biológica, ya que puede tratarse de fragmentos o partes de estructuras
más grandes.
McKay ha sugerido que los microfósiles observados en el meteorito fueron
producidos por un fenómeno conocido como biomineralización: la formación de
estructuras geológicas por parte de seres vivos. Sin embargo, Cisar et al. (2000)
han ofrecido una explicación alternativa: las estructuras observadas fueron
moldeadas a partir de reacciones químicas producidas por minerales como la
apatita.
El mismo año, Gibson et al. (2000) aportaron más detalles técnicos a la
propuesta original de McKay: las cadenas de magnetita poseen características
físicas y químicas que indican que formaron parte de bacterias magnetotácticas en
el Marte primitivo.
Jimenez-Lopez et al. (2008) han ofrecido un origen alternativo de la
magnetita presente en los discos de carbonato del meteorito: la descomposición
termal, es decir, la descomposición química causada por el calor. Sin embargo,
autores como Thomas-Keprta et al. (2009) han sugerido que es poco probable que
este o algún otro proceso geológico sea el causante de las cadenas de magnetita,
y que la explicación más probable se halla en algún proceso biológico.
58
Como frecuentemente ocurre en las polémicas científicas, David McKay y
colaboradores también han utilizado ideas filosóficas para tratar de ganar el
debate. Apelando a la Navaja de Ockham, que exige preferir, en igualdad de
condiciones la hipótesis que requiera menos supuestos, sostienen que la actividad
biológica ofrece la explicación más sencilla porque impone menos requisitos al
entorno. En cambio, la mayoría de los científicos comentan que ante el dilema de
elegir entre procesos geológicos y biológicos, los primeros son más simples y, por
ello, deben ser preferidos (Jakosky, 1999, p. 172).
La polémica continúa hasta nuestros días. Martel et al. (2012) comentan
que los principales argumentos a favor del origen biológico de las estructuras
observadas en el meteorito ALH84001 son la presencia de hidrocarburos
aromáticos policíclicos, cadenas de magnetita, glóbulos de carbonato cuyo origen
se sabe que se dio en Marte, y la presencia de estructuras que recuerdan a
bacterias. Mientras tanto, los principales críticos argumentan que cualquiera de
estas estructuras puede tener un origen no biológico. Además, minerales como el
carbonato tienen propiedades biomiméticas, es decir, que producen formas
similares a bacterias. ¿Quién tiene la razón? Lo más seguro es que se necesitan
más datos y muestras obtenidas directamente del planeta Marte (Martel et al.,
2012).
4.3.2.2 La prensa frente al meteorito ALH84001
El caso del meteorito ALH84001 fue reportado oportunamente por distintos
medios. En el medio español consultado para este apartado se lee (El País,
“Expertos en vida extraterrestre afrontan la ratificación de los indicios sobre
Marte”, Alicia Rivera, 16 de agosto de 1996): “Los nueve investigadores
norteamericanos [entre ellos, David McKay] que afirman haber encontrado trazas
de vida del pasado en un meteorito originario de Marte, publican hoy su trabajo
científico en la prestigiosa revista Science, con todos los detalles de su
investigación y conclusiones. Mientras tanto, ha empezado un debate sobre el
alcance de los ‘indicios’ y de las ‘pruebas’ en una investigación que se anuncia
muy difícil tanto de ratificar como de descartar por la imposibilidad, por ahora, de
contrastar los resultados”.
59
Por su parte, la página web de ABC Noticias (“Científicos desmienten que
una famosa roca marciana contenga rastros de vida”, 6 de diciembre de 2010)
también se reporta el escepticismo que generó el estudio de David McKay: “A
pesar de todo, en enero de 1998, la revista Science publicó un artículo en el que
se cuestionaba el estudio de la NASA, argumentando que existían claras
evidencias de la contaminación del meteorito por el hielo antártico en el que
permaneció atrapado durante milenios. La controversia se extendió hasta nuestros
días…”.
Pero el asunto principal del que se han ocupado los medios se han ocupado
es el posible origen de las cadenas de magnetita y el debate que ello ha generado.
La página web de la BBC News (“Finding hint at life on Mars”, David Whitehouse,
14 de diciembre de 2000,) comenta al respecto: “Investigadores afirman que los
diminutos granos magnéticos encontrados en el meteorito marciano son idénticos
a los que se producen por algunas cepas bacterianas en la Tierra… Los nuevos
hallazgos reabrirán el debate sobre si la roca contiene evidencia fósil de vida
antigua en el planeta rojo”.
Varios medios consultados han reportado las investigaciones que apoyan
un origen biológico de las estructuras encontradas en el meteorito. Tribuna
Complutense (“Nuevo estudio sobre la vida en Marte”, 24 de enero de 2006), en
órgano informativo de la Universidad Complutense en España, ofreció un artículo
informando sobre un nuevo estudio: “Un equipo de investigación formado por
científicos de la Universidad de Granada, el Savannah River Ecology Laboratory
de la Universidad de Georgia, y el Johnson Space Center de la NASA, están
estudiando el origen de los cristales de magnetita descubiertos en los restos de un
meteorito procedente de Marte hallado en la Antártida… El meteorito marciano
podría contener restos de actividad biológica en su interior”. La página web de la
revista Muy interesante (“Un meteorito con restos de vida microbiana”, Elena
Sanz, 26 de noviembre de 2009) también hizo lo propio: “El hallazgo parece
confirmar la existencia primitiva de vida en la superficie de Marte o en sus aguas
subterráneas”.
60
En cambio, la nota del diario español El País (“Detección de vida actual o
pasada”, Carmen Ascaso Ciria y Jacek Wierzchos, 8 de noviembre de 2010)
ofrece de primera mano la opinión de científicos a favor de la postura biológica:
“Puede haber equipos de investigación que piensen que las cadenas de magnetita
del meteorito ALH84001 podrían tener un origen no biológico. En este caso, sería
muy conveniente, dentro de las reglas del buen hacer científico, que dichos
equipos sean capaces de presentar sus propias imágenes de cadenas de
magnetita en el meteorito, de la misma manera a como nosotros lo hemos hecho,
y que sobre dichas imágenes traten de explicar qué procesos inorgánicos creen
implicados en la formación de las citadas cadenas. Desde ahora no se va a poder
ignorar que las cadenas están ahí, y esto debe ser un estímulo para las futuras
investigaciones en el ALH84001”.
El debate sobre los distintos aspectos del meteorito se ha mantenido. Con
respecto a las notas nacionales, el diario El Universal (“¿Hay vida extraterrestre?”,
20 de marzo de 2006), se habló de ello:
Algunos especialistas afirman que el ALH84001 se formó hace 4 mil
500 millones de años y que agua líquida, rica en dióxido de carbono,
se filtró en su interior hace unos 3 mil 600 millones de años. A partir
de estudios realizados en ciertas formaciones semejantes a las
bacterianas en su interior, el 6 de agosto de 1996 la NASA anunció al
mundo la posible existencia de una primitiva forma de vida
microscópica en ese planeta.
Sin embargo, dos años más tarde, el 16 de enero de 1998, a partir de
evidencias proporcionadas por el Instituto Scripps de Oceanografía de
la Universidad de California, la revista Science publicó un artículo en
el que se puso en duda dicha posibilidad, dado que existían “pruebas
claras de contaminación del hielo antártico circundante en el
meteorito”, mismas que podrían haber contenido los presuntos restos
de vida.
La Crónica (“Meteorito revela que Marte tuvo las condiciones para albergar
vida”, 17 de abril de 2010) cita un estudio en el que el análisis geológico apoya el
61
origen microbiano de las estructuras observadas: “Un nuevo análisis de un
meteorito que cayó en los hielos antárticos procedente de Marte reveló que data
de un periodo en que ese planeta tuvo un campo magnético y agua, unas
condiciones favorables para la vida, según estudio de Science”.
Llama la atención la ausencia de notas sobre los estudios que apoyan un
origen geológico de las cadenas de magnetita. De nueva cuenta, los mayoría de
los medios han explotado preferentemente la posibilidad de vida extraterrestre, y
sólo unos cuantos ofrecen cierta mesura o posiblemente ignoran los estudios
sobre el origen geológico, debido a lo poco atractivo de los mismos.
4.3.2.3 El origen de las emisiones de metano en Marte
En el año 2003, M. J. Mumma y colaboradores, miembros del NASA Goddard
Space Flight Center, detectaron gas metano (CH4) en la atmósfera de Marte. Para
este descubrimiento fueron empleados tres telescopios terrestres y una técnica
conocida como espectroscopía infrarroja de alta dispersión (Mumma et al., 2009).
Debido a que este gas está muchas veces (aunque no siempre) asociado con los
seres vivos, podría tratarse de una bioseñal potencial de vida microbiana (Atreya
et al., 2006; Atreya, 2007; Mumma et al., 2009). Pese a que el caso ha revivido la
posibilidad de vida pasada o presente en aquel planeta, según Lefèvre y Forget
(2009), un origen abiótico del metano es igualmente probable. A partir de aquí,
una nueva polémica ha surgido: ¿cuál es el origen de las emisiones detectadas?
¿La fuente es de origen biológico o geológico?
Krasnopolsky et al. (2004) afirman que no existe ningún proceso aparente
que permita la formación de metano en la atmósfera de Marte. De igual manera, y
según sus cálculos, tampoco es probable que haya una fuente magmática o
termal. Ni siquiera los impactos cometarios producen el suficiente metano para
explicar las cantidades que se han detectado. Así, su propuesta apunta a un
origen biológico: podría haber organismos metanogénicos subterráneos. La
estimación de la producción de biomasa muestra que las posibles bacterias
62
marcianas podrían escasear. Marte sería un mundo estéril en su mayor parte pero
con algunos pequeños oasis de vida (Krasnopolsky et al., 2004).
En marzo de 2003, la sonda Mars Express realizó mediciones de metano
mediante un espectrómetro Fourier (instrumento que analiza con detalle la
radiación infrarroja). Los resultados confirmaron que el gas está ahí, pero, al
contrario de lo que mencionaron Krasnopolsky y colaboradores, sus fuentes
podrían ser tanto abióticas como bióticas: microorganismos debajo de la
superficie, actividad hidrotermal o impactos cometarios (Formisano et al., 2004).
Oze y Mukul (2005) apuestan por el origen geológico. Según estos autores,
la detección de metano en Marte sugiere la presencia de fuentes específicas
debajo de la superficie: es posible que la liberación actual de metano sea
impulsada por alguna fuente geotérmica (Oze y Mukul, 2005).
En 2009 se realizaron nuevas observaciones que revelaron que las
concentraciones de metano cambian a través de las estaciones. Lefèvre y Forget
(2009) crearon un modelo climático para simular las condiciones este gas en
Marte. Encontraron que los procesos fotoquímicos no producen variaciones
importantes en las concentraciones de metano. Al contrario, se encontró que el
ciclo de condensación y sublimación del dióxido de carbono en Marte (gas que
compone más del 95% de la atmósfera) puede afectar las variaciones del metano
(Lefèvre y Forget, 2009).
Actualmente, el metano se sigue detectando en algunas pequeñas regiones
del planeta. Gases como este son extraños en Marte. Su producción por la
química atmosférica es nula, y su promedio de vida disminuiría si algún oxidante
como el peróxido estuviera presente en la superficie o en los granos de polvo
dispersos en el aire. Esto es lo que se sabe del caso, y la polémica continúa hasta
el día de hoy. Al igual que en el apartado anterior, se requieren más datos para
entender si la fuente es abiótica o biótica (Mumma et al., 2009). Será hasta el año
2016 que la astronave ESA/NASA Exomars/Trace Gas Orbiter sea enviada para
aclarar el origen de las emisiones. Los detalles de esta misión pueden consultarse
en
la
siguiente
dirección:
http://mepag.jpl.nasa.gov/meeting/jun-11/13-
EMTGO_MEPAG_June2011_presentation-rev2.pdf
63
4.3.2.3 La prensa frente a las emisiones de metano en Marte
Como se expuso anteriormente, el caso se ha dividido en dos posturas sobre el
origen de las emisiones de metano: biológica y geológica. Al respecto, la página
web de CNN (“Mars methane from biology or geology?”, Tariq Malik, 30 de marzo
de 2004) comentó de una manera más moderada que “algunos científicos han
dicho que el escenario más tentador, aunque poco probable, estriba en la
posibilidad de que el metano pueda ser producto de cierta forma de vida
microbiana. Sin embargo, una apuesta más segura, dicen, es que la actividad
geológica en Marte producto de la actividad volcánica o el impacto de algún
cometa haya liberado el metano en la atmósfera”. Mientras tanto, el diario británico
The Telegraph (“Life on Mars: new mission needed say scientist”, Stephen Adams,
16 de enero de 2009) fue un medio cuidadoso al hablar del caso: “Los científicos
han dicho que se necesita una nueva misión a Marte para determinar de una vez
por todas si hay vida en el planeta rojo”.
Hubo medios que dieron como un hecho comprobado que las emisiones de
Marte han sido producidas por la actividad bacteriana. En función de algunos
científicos de la NASA, el diario británico The Daily Mail (“There is life on Mars…
but not as we know it, say Nasa scientist”, David Berbyshire y Claire Bates, 19 de
enero de 2009) afirmó de manera contundente que “Marte está vivo, acorde con
los científicos de la Nasa, quienes revelaron la primera ‘prueba definitiva’ de las
emisiones de gas metano que se filtran hasta la superficie”.
Siguiendo con esta tendencia, el diario argentino La Nación (“Un hallazgo
reaviva la posibilidad de que exista vida en Marte”, Nora Bär, 16 de enero de
2009) comentó: “El 90% del gas metano que existe en la Tierra es producto de la
actividad biológica. Proviene de microorganismos unicelulares, de la digestión del
ganado y de materia orgánica en descomposición, como las hojas muertas”.
La Crónica (“Gas metano en Marte puede ser señal de vida, según
científicos”, 29 de marzo de 2004) inició su nota así: “En la atmósfera de Marte se
ha detectado gas metano, lo que puede ser señal de vida, según creen los
científicos, informa hoy la BBC en u portal de internet”. Un año después, el mismo
diario (“Hallazgo de metano en atmósfera marciana abre esperanzas de vida”, 26
64
de febrero de 2005), frente a los nuevos estudios que validaron el hallazgo,
informó:
Este es uno de los temas que ha ocupado durante esta semana a
más de doscientos investigadores que participaron en la primera
conferencia sobre la misión Mars Express, una sonda espacial que
desde hace un año se encarga de recoger datos sobre la superficie, la
atmósfera, la geografía o los vientos marcianos. Ayer durante la
presentación de las principales conclusiones de la conferencia, el
investigador
italiano
Victorio
Formisano,
explicó
que
‘hemos
encontrado metano en grandes cantidades en la atmósfera de Marte.
De la misma forma, Milenio Diario (16 de enero de 2009, Metano alienta
teoría de vida en Marte) informó: “Expertos detectaron grandes cantidades [de
metano] en ese planeta; falta esclarecer su origen… El gas fue detectado en 60%
de la superficie marciana.
Por otro lado, una entrevista realizada por La Crónica (“Detectan en Marte
gas metano, señal de vida y de petróleo”, Mariana Viayra, 30 de marzo de 2004) a
José de la Herrán, astrónomo y divulgador científico mexicano, se inclina hacia el
origen biológico:
De acuerdo al científico mexicano, José de la Herrán, el gas metano
es resultado de la descomposición de materia vegetal a lo largo de
muchos años. Asimismo, dijo a Crónica que esta sustancia en el aire
puede indicar la existencia de petróleo. La otra explicación es: a
través de microbios, ya que en la Tierra las bacterias producen gas
metano del hidrógeno y el dióxido de carbono, y no necesitan oxígeno
para desarrollarse. Si fuera a través de la actividad volcánica, la lava
depositada en la superficie produciría el gas, pero hasta ahora no se
han localizado zonas volcánicas en Marte.
La mayoría de los medios consultados se inclinan, al igual que en el caso
de los microfósiles marcianos en el ALH84001, por la explicación biológica del
fenómeno. El Sol de México (“Metano descubierto en Marte podría ser signo de
microorganismos”, 15 de enero de 2009) reproduce las opiniones que especulan
65
sobre la explicación biológica: “Los científicos dijeron que si el metano proviene de
microbios, seguramente viven muy lejos de la helada superficie, en profundidades
lo suficientemente cálidas para permitir la existencia de agua”. Para rematar,
aunque con cierta incoherencia, en una columna de opinión de El Sol de León
(“Metano en Marte, indicio de vida”, Edmundo Domínguez Aragonés, 31 de enero
de 2009) se lee: “Entretanto el descubrimiento en Marte de gas metano en su
atmósfera significa que aún existe vida, ya sea biológica o geológica”. Este último
enunciado, producto quizá de un error de redacción, pudo hacer entender al lector
que ambas posturas implican la presencia de vida en Marte.
Al igual que el caso anterior, la mayoría de los medios consultados hace
énfasis en el posible origen biológico de las emisiones de metano en Marte. Como
se mencionó en el apartado anterior, al parecer la postura geológica resulta poco
atractiva para los medios y sólo se consulta a quienes apoyan una explicación
biológica (que es la más atractiva para el caso).
4.3.2.4 Las bacterias del arsénico
El lunes 29 de noviembre de 2010, la NASA envió un comunicado convocando a
una conferencia de prensa online para el jueves 2 de diciembre de 2010, para
discutir un “hallazgo astrobiológico que impactará en la búsqueda de evidencia de
vida extraterrestre”. Las especulaciones se dispararon principalmente en internet
durante los tres días posteriores: inclusive se mencionó que quizás se podría
anunciar que se había descubierto vida en Titán, luna de Saturno (Zimmer, 2010).
66
Fig. 8. Microfotografía electrónica de barrido de la bacteria GFAJ-1 (Wolfe-Simon et al.,
2011)
El día acordado se hizo público un artículo en la versión online de la revista
Science en el que Felisa Wolfe-Simon, microbióloga y astrobióloga de la NASA,
reportaba que una proteobacteria denominada GFAJ-1 (fig. 8) de la familia
Halomonadaceae, hallada en el lago Mono en California, era capaz de vivir en un
medio con altas concentraciones de arsénico y, además, podía sustituir el fósforo
por este elemento en su DNA (Wolfe-Simon et al., 2011). Esto traía varias
implicaciones: podría existir una bioquímica distinta a la que conocemos, y esto
podría ocurrir en organismos extremófilos tanto aquí en la Tierra como en otros
mundos (Katsnelson, 2010).
¿Qué fue lo que hicieron Wolfe-Simon y colaboradores? Una vez que
tomaron muestras bacterianas del Lago Mono, pusieron a las bacterias en un
medio de cultivo salino, y fueron reduciendo las cantidades de fosfato y
reemplazándolas por arsenato hasta que el microorganismo se adaptara a ese
ambiente artificial y comenzara a crecer con normalidad. Al aislar al organismo,
observaron que cuando lo cultivaban en una solución de arsenato crecía 60% más
rápido que en un medio con fosfato; no hubo crecimiento si no había arsenato ni
fosfato. (Katsnelson, 2010).
Los investigadores examinaron el DNA y afirmaron que contenía arsénico
(Wolfe-Simon et al., 2011). ¿Cómo es que se llegó a esta conclusión? Una vez
que se agregó arsenato marcado radiactivamente para observar su distribución,
67
las cantidades de este compuesto que se detectaron fueron similares a las
esperadas para el fosfato en la bioquímica celular, lo que sugirió que el arsenato
se utilizó de la misma manera que el fosfato. Finalmente se utilizaron distintas
técnicas de espectrometría para confirmar que en el DNA hubiese arsénico,
implicando, aunque no de manera directa, que el elemento había tomado el rol del
fosfato para constituir el material genético (Katsnelson, 2010).
La mayoría de los críticos no cuestionaron el concepto de la vida basada en
el arsénico, pues en 2007 la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos
(NAS por sus siglas en inglés) había hecho un reporte sobre esta cuestión como
uno de los ejes rectores de la búsqueda de vida extraterrestre. El problema estuvo
en afirmar que el arsénico sustituía al fósforo en el DNA (Zimmer, 2010). La crítica
de Redfield fue clara: el estudio estaba mal hecho, no había pruebas contundentes
de la sustitución fósforo-arsénico en el DNA y la presencia del arsénico podía ser
una impureza en la muestra (Gasque, 2011).
Frente a la multitud de críticas, algunas formuladas en diarios o internet, los
autores se negaron a contestar en estos “medios informales” argumentando que
“toda réplica se debería hacer en las revistas especializadas”. Sin embargo, ellos
mismos habían dado a conocer el estudio a través de una conferencia de prensa,
por lo que el argumento resultaba contradictorio (Zimmer, 2010).
También se cuestionó que la NASA se hubiera prestado a difundir con tanta
amplitud un artículo que presentaba graves problemas en su metodología y sus
conclusiones. Al respecto, John Roth, investigador de la Universidad de California
en Davis, dijo: “Sospecho que la NASA está un poco desesperada por tener una
historia positiva al grado que no aplicaron una mirada crítica al asunto del DNA…”.
(Zimmer, 2010).
Ante la gran cantidad de críticas de especialistas incrédulos, Wolfe-Simon
no tuvo más remedio que ofrecer una entrevista publicada, en Science el 20 de
diciembre de 2010, en la que pidió paciencia para realizar una serie de nuevas
mediciones, aunque en esta ocasión sería apoyada por investigadores que han
ofrecido su saber y dinero para contribuir a aclarar la controversia (Zimmer, 2010;
Gasque, 2011).
68
Según un artículo de divulgación científica escrito por Gasque (2011), el 11
de enero de 2011, la revista Chemical Biology informó que está bien documentado
que los enlaces fósforo-oxígeno en el DNA se hallan entre los más estables que
se conocen (tienen una vida media de 30 millones de años), mientras que los
enlaces arsénico-oxígeno se rompen fácilmente en medio acuoso y a temperatura
ambiente (su vida media es de apenas 0.06 segundos). Dicho de otro modo, una
molécula de DNA con arsénico en lugar de fósforo sería sumamente inestable.
En el número 1,149 de la revista Science de junio de 2011, apareció
publicado un artículo titulado Response to Comments on “A bacterium that can
grow using Arsenic Instead of Phosphorus”, en el que Wolfe-Simon y
colaboradores respondieron los principales cuestionamientos planteados en ocho
artículos de diversos especialistas, entre ellos Rosie Redfield, quien ya había
publicado sus objeciones y críticas al trabajo de Wolfe-Simon en su propio blog
(http://rrresearch.fieldofscience.com/), que también se publicaron en ese mismo
número.
Los planteamientos del artículo de Wolfe-Simon aparecidos en la revista
Science se han mantenido en discusión. Pese a las justificaciones que la autora
principal del estudio ha ofrecido, diversos autores han señalado insuficiencias en
la metodología, aunque un número similar de éstos han opinado que el artículo,
fuera del aspecto de la sustitución del fósforo por el arsénico, tiene algunos puntos
importantes que pueden ser rescatados.
4.3.2.5 La prensa frente a las bacterias del arsénico
De nueva cuenta, la gran mayoría de los medios consultados dieron sólo parte de
los detalles de la investigación. Una vez que el debate comenzó, muy pocos
medios informaron de los problemas con la metodología o la polémica que surgió
tras el estudio.
Innumerables blogs, páginas web y diarios especularon sobre el llamado a
la rueda de prensa el 2 de diciembre de 2010 por parte de la NASA. Un ejemplo
de lo que se leyó fue (El Universal, “NASA alista anuncio sobre nueva forma de
69
vida” 2 de diciembre de 2010): “La Administración Nacional para la Aeronáutica y
el Espacio (NASA) de Estados Unidos dará a conocer hoy un descubrimiento
astrobiológico, que podría probar la teoría de que sí existe vida extraterrestre”.
Una vez que se dio a conocer el descubrimiento, la página web de National
Geographic News (“NASA Life Discovery: new bacteria makes DNA with arsenic”,
Richard A. Lovett, 2 de diciembre de 2010,) fueron uno de los numerosos medios
que dieron a conocer el estudio: “Científicos anunciaron hoy que una nueva
especie de bacteria encontrada en el Lago Mono, en California, es la primera
forma de vida conocida que utiliza el arsénico para hacer ADN y proteínas”. Otro
fue la página web de la BBC News (“Arsenic-loving bacteria may help in hunt for
alien life”, Jason Palmer, 2 de diciembre de 2002) ofrece un texto con la siguiente
reflexión: “…¿quién sabe qué más hay? Sólo hemos escarbado la superficie de la
esfera microbiana”. La página web de la revista Muy Interesante (“La NASA
descubre vida en arsénico”, Elena Sanz, 3 de diciembre de 2010) comentó que “el
hallazgo sugiere la existencia de una bioquímica totalmente diferente a la que
conocíamos hasta ahora, que podría haber sido utilizada por microorganismos en
ambientes extremos de la Tierra o incluso de otros planetas”.
Otros medios que dieron detalles similares de la conferencia de prensa
fueron el periódico mexicano Milenio Diario (“Descubre la NASA vida en el
arsénico; impactará en la búsqueda de vida exterior”, 2 de diciembre de 2010), la
agencia de noticias Reuters (“El nuevo hallazgo de la NASA: bacterias que viven
en arsénico”, 2 de diciembre de 2010), y medios extranjeros como The Daily Mail
(“Is this lake that provides the clue to extraterrestrial life?”, Fiona Macrae, 3 de
diciembre de 2010).
De la consulta de notas que se hizo en esta tesis sobre las bacterias del
arsénico, sólo dos informaron del debate y las críticas. La Jornada (“Arsénico: la
revolución en la química de la vida”, 7 de diciembre de 2010) fue cuidadosa al
hablar del estudio: “Las reacciones ante estos hallazgos han sido muy diversas. La
NASA ha echado las campanas a vuelo afirmando, a través de algunas de sus
publicaciones de difusión científica, que a partir de este trabajo será necesario
rescribir la definición de la vida en la Tierra. Otros son más cautelosos, como
70
puede leerse en la reseña que hace la revista inglesa Nature. Algunos expertos
señalan que aún no hay una demostración directa de la incorporación del arsénico
en las Biomoléculas señaladas, y mucho menos que éstas sean activas y
funcionales”. Cuando el debate se encontraba en su cúspide, en otro texto de
Milenio Diario (“¿Y las bacterias marcianas?”, Martín Bonfil Olivera, 15 de
diciembre de 2010) se leyó:
Todo empeoró cuando arreciaron las críticas a los métodos y la
evidencia que sustentaba las conclusiones la NASA y Wolfe-Simon,
en vez de defender la investigación, se limitaron a afirmar que “no
discutirían el asunto fuera de las revistas arbitradas”.
El divulgador Martin Robbins resume así esta comedia de enredos: “El
sistema de revistas especializadas impidió que el público tuviera
acceso al artículo. La revisión por pares (el control de calidad de las
revistas científicas) falló. La investigación se exageró en el boletín
críptico de la NASA. Se forzó un embargo en información que ya se
había filtrado al dominio público, y aunque la especulación
aumentaba, se impidió que los medios tuvieran acceso a los hechos.
Y cuando la investigación finalmente fue pública, y los científicos
comenzaron a criticarla, la gente de prensa de la NASA emitió una
respuesta espectacularmente desatenta y arrogante.
Una vez que se dio a conocer el estudio, los medios informaron sobre el
caso limitándose a dar detalles. De la misma manera que en el apartado anterior,
cuando el caso perdió fuerza frente a las críticas, las notas sobre el mismo
disminuyeron considerablemente: ¿una nota recién salida sobre una investigación
científica es más atractiva que una nota sobre el posterior desarrollo?
71
V. ANÁLISIS DE LOS PROBLEMAS
5.1 Diagnóstico de los casos
Después del análisis realizado, y a partir de las notas periodísticas consultadas,
los casos muestran que los medios transmiten una visión sesgada del quehacer
de la astrobiología particularmente sobre los casos planteados. La mayoría de los
periodistas encargados de las notas informativas no se molestaron en mencionar
cómo funciona la ciencia o si puede haber casos que no sean del todo científicos.
A continuación, se ofrecen algunos signos diagnósticos para que científicos,
divulgadores y periodistas tenga herramientas para reconocer si se está
enfrentando a un caso de seudociencia, mala ciencia o polémicas científicas.
5.1.1 Seudociencia: signos diagnósticos
La figura 9 muestra una representación de cómo funcionan las seudociencias y
cuál es la imagen que los medios transmiten de las mismas al público. La
seudociencia se presenta por los medios regularmente como conocimiento
irrefutable. Cualquier cuestionamiento en torno a su validez se deshecha de
inmediato (rechazo de la crítica). Esta postura nos lleva al dogmatismo: no importa
cuánto se critique tal o cual caso, la única explicación válida es la propia (véase el
caso de quienes divulgan que la cara de Marte tiene un origen artificial, sección
4.1.2.1)
En la ciencia es común la autocorrección: algunas teorías son sustituidas
por otras que explican mejor algún fenómeno observado. En las seudociencia no
ocurre nada de ello, lo cual provoca una especie de conocimiento estático que no
se replantea.
En las seudociencias también se plantean las cosas con un halo de misterio
en el que la información se presenta como científica.
En ciencia, cualquier estudio es enviado a una revista arbitrada en la que
debe pasar por un control de calidad para ser publicado; en cambio, las
seudociencias utilizan los medios de comunicación masiva (los medios sustituyen
las revistas arbitradas) como el espacio en el que se da a conocer la información.
72
Figura 9. Signos diagnósticos propuestos en esta tesis sobre las seudociencias y la visión
que los medios ofrecen sobre las mismas.
5.1.1.1 La seudociencia vista por los medios
¿Cuál es la imagen que dan los medios analizados sobre las
seudociencias? En primera instancia, se da a entender al público que son
importantes al igual que otros temas. De la misma forma, este tipo de información,
si tiene que ver con “frecuencias” y “vórtices”, como en el caso de Los OVNIs de
Campeche (sección 4.1.2.3) seguramente tiene un componente científico.
5.1.2 Mala ciencia: signos diagnósticos
La figura 10 ofrece un panorama de la mala ciencia y la visión de la astrobiología
que los medios trasmiten al público. En el quehacer científico se cometen
equivocaciones que pueden afectar el resultado final del estudio, lo que lleva a los
errores en la recopilación de datos: esto puede provocar que se obtengan, por
ejemplo, gráficas que indiquen tal o cual tendencia de un fenómeno observado
muy distintas a si el estudio hubiese sido elaborado con mayor cuidado.
73
Figura 10. Signos diagnósticos propuestos en esta tesis sobre la mala ciencia y la visión
que los medios transmiten de ésta al público.
Si un estudio está bien hecho, pero con errores en la redacción del artículo
(por ejemplo, que la información a transmitir sea confusa), de nada servirá haber
realizado la investigación: ningún investigador científico podrá reproducir el
experimento, ya que el ocasionalmente el artículo no será aceptado por una
revista arbitrada.
Gracias a la crítica de los investigadores científicos del mismo campo, sale
a la luz que algún estudio estuvo mal hecho. Los errores principales pueden estar
en la metodología. El que un experimento esté mal diseñado o ejecutado puede
ser el principal argumento en contra de todas las propuestas de un nuevo estudio.
El autoengaño o el descuido también pueden estar presentes en la labor de
los investigadores científicos. Un investigador que desee obtener algún resultado
específico puede interpretar a su favor tal o cual imagen sin que ésta
necesariamente señale el resultado esperado (véase en la sección 4.2.2.3 el caso
74
de Los microfósiles de Richard Hoover, en el que este autor insistía en que los
hidrocarburos aromáticos policíclicos eran evidencia de actividad biológica, pese a
que estas moléculas también pueden formarse en condiciones abióticas). En otras
ocasiones, un error al transcribir los datos obtenidos puede variar completamente
los resultados en un estudio cualquiera, lo cual lleva a la estadística incorrecta.
Aunque un estudio se haya llevado al pie de la letra, puede ocurrir una
malinterpretación de datos, en las que las conclusiones obtenidas pueden ser
distintas a lo que se hubiera obtenido en el caso de una interpretación más
cuidadosa.
En las conclusiones no derivadas del estudio, los investigadores pueden
haber realizado de manera correcta sus experimentos, pero si al final las
conclusiones no se derivan de toda la investigación, entonces el estudio generará
dudas. Como se vio en el caso de La lluvia roja (sección 4.2.2.1), a partir del
análisis de las partículas rojizas se han hecho algunas afirmaciones aventuradas,
como que las partículas rojizas en realidad son organismos hipertermófilos
quimiosintéticos, que fueron las primeras formas de vida en la Tierra, que
anteceden a los tres dominios actuales de la biología, y que abundan en el medio
interestelar (Louis y Santhosh Kumar, 2003).
5.1.2.1 La mala ciencia vista por los medios
Como se señala en la figura, la mayoría de los medios ofrece al público una visión
de la ciencia como una fuente de notas curiosas y sin mayor relevancia. La ciencia
se muestra como una verdad absoluta en la que no hay cabida para errores por
parte de los investigadores científicos. El quehacer científico también es visto
como algo absolutamente riguroso y objetivo, mientras que los argumentos de
cualquier investigador se toman como algo indiscutible.
5.1.3 Polémicas científicas: signos diagnósticos
La figura 11 ofrece un panorama de las polémicas científicas y la visión que los
medios transmiten al público. Dos laboratorios pueden obtener resultados y
conclusiones distintas. Un grupo de investigadores A que trabajan en un
laboratorio pueden realizar un estudio que afirma X; en cambio, un grupo de
75
investigadores B que trabajan en un “Contralaboratorio” pueden haber realizado
un estudio que afirma Y. A partir de aquí se entablará una polémica en la que cada
grupo defenderá su punto de vista. Dos ejemplos están en esta tesis: El meteorito
ALH84001 y El origen de las emisiones de metano en Marte (secciones 4.3.2.1 y
4.3.2.3). Ambos casos tienen como eje central del debate si el fenómeno
observado tiene un origen biológico o geológico.
Figura 11. Signos diagnósticos propuestos en esta tesis sobre las polémicas científicas y la
visión que transmiten los medios sobre éstas.
Frente a un fenómeno observado, dos grupos de investigación científica
utilizarán todos los recursos posibles para ganar la contienda. En algunos casos,
se duda de la fiabilidad del estudio. De nueva cuenta, un grupo de investigación
científica A afirma que el estudio está bien hecho. El grupo de investigación
científica B ha obtenido un resultado distinto, por lo que puede lanzar un ataque al
grupo A y afirmar que el estudio de A está mal hecho, en cambio mi estudio está
bien hecho.
76
Un tercer caso ocurre cuando en el debate se utilizan argumentos en contra
de la preparación y la honestidad de los contrincantes. A primera vista se da por
sentado que los investigadores científicos son competentes, objetivos y honestos,
mas cuando se está dentro de la polémica, el grupo contrincante puede servirse
de ataques, descalificaciones y acusaciones como eres incompetente, te
autoengañas o cometes fraude para ganar la controversia. Un ejemplo es el caso
de las bacterias del arsénico (sección 4.3.2.4): las críticas de Rosie Redfield al
trabajo y prestigio de Felisa Wolfe-Simon.
5.1.3.1 Las polémicas científicas vistas por los medios
Por lo general, los medios analizados dan una visión de la ciencia al público como
si no ocurrieran polémicas (no se considera que los científicos pueden estar en
desacuerdo con sus colegas). En el caso de que lo mencionen, se concentran en
pequeños aspectos de los mismos o en la postura más atractiva. De nueva
cuenta, los nuevos descubrimientos se presentan como algo absoluto. En ciencia
no hay explicaciones alternas, sólo la que tal o cual especialista haya dado sobre
algún fenómeno en particular.
5.2 Propuestas
En esta tesis se considera que no hay reglas generales para determinar si algún
caso en particular pertenece a la categoría de seudociencia, mala ciencia o
polémicas científicas (los tres problemas propuestos que pueden obstaculizar la
divulgación científica). Cada caso debe analizarse por separado para poder ser
clasificado. En este sentido, se proponen una serie de preguntas que permitan
distinguir si cada caso si pertenece a un tema en particular. Los tres actores de la
comunicación de la ciencia (investigadores científicos, divulgadores científicos y
periodistas) pueden plantearse estas interrogantes de tal manera que puedan
enfrentar de una manera más efectiva los tres problemas
77
5.2.1 Para científicos
Para que el investigador científico pueda tener un mayor contacto con los medios
y que éstos brinden una información más fidedigna, las preguntas que puede
plantearse y pueden permitirle tomar acciones son:
5.2.1.1 En el caso de las seudociencias
¿Tengo el suficiente contacto con los medios y entiendo su forma de trabajar y de
elegir las noticias que publican?
¿Estoy enterado de que existen las seudociencias?
¿Sé distinguir entre ciencia y seudociencia y comunicar de manera simple y clara
en qué consiste tal diferencia?
¿He aclarado los límites entre mi disciplina y aquello que conforma la información
seudocientífica y soy capaz de comunicar claramente estos límites?
¿Le están dando los medios demasiado espacio a un tema seudocientífico?
¿Le dan más espacio a la visión seudocientífica de un tema que a la visión
científica?
¿Puedo ofrecerles información más confiable sobre el tema que están
presentando?
5.2.1.2 En el caso de mala ciencia
¿Están enterados los medios de que un estudio dentro de mi campo está mal
hecho?
¿Los medios están conscientes de la importancia que tiene mi labor y de que no
es sólo algo curioso?
¿Saben los medios que la ciencia no da verdades absolutas, sino estudios que
tienen limitaciones? ¿Estoy capacitado para explicar este hecho?
¿Saben los medios que los científicos podemos equivocarnos en nuestras
investigaciones?
¿Puedo mostrar que este hecho debe ser tomado en cuenta con los periodistas,
sin al mismo tiempo dar la impresión de que la ciencia carece de confiabilidad?
78
5.2.1.3 En el caso de polémicas científicas
¿Saben los medios que los científicos podemos estar en desacuerdo y entrar en
debates?
¿Puedo ayudar a que entiendan que estos debates son parte importante del
avance de la ciencia?
¿Saben los medios que mis investigaciones no son indiscutibles ni definitivas, sin
por ello perder confiabilidad?
¿Saben los medios que puede haber teorías alternativas a las que he propuesto?
¿Los medios han cubierto sólo mi postura, la postura contraria de un colega o han
intentado dar espacio a ambas?
5.2.2 Para divulgadores
En el caso de los divulgadores científicos, su relación con los medios es esencial
para llevar a cabo su labor. Cuando el divulgador tenga información, por ejemplo,
sobre astrobiología, que desee comunicar a su público y para dar una visión más
precisa de la misma, las preguntas que puede hacerse son:
5.2.2.1 En el caso de las seudociencias
¿El tema que voy a divulgar realmente tiene que ver con la ciencia?
¿El estudio o descubrimiento que voy a divulgar está hecho por investigadores
científicos de renombre?
¿El estudio ha sido publicado en alguna revista científica arbitrada?
¿Tengo nociones sobre cómo funcionan las seudociencias y tengo el criterio para
distinguirlas de la ciencia legítima?
¿Mi público sabe distinguir entre ciencia y seudociencia?
5.2.2.2 En el caso de mala ciencia
¿Estoy divulgando los detalles principales del tema científico?
¿Estoy consciente de que en la ciencia no hay verdades absolutas?
¿Estoy mostrando que los científicos son humanos y por lo tanto pueden
equivocarse?
¿Le estoy dando seguimiento al estudio que divulgué?
79
¿Estoy consciente de que otros científicos pueden señalar (o han señalado)
errores en el estudio que divulgué y que pueden llevar a concluir que está mal
hecho?
¿Estoy cuestionando los métodos empleados por los científicos, preguntándome
cómo se descubrió lo que se sabe, y mostrándoselo a mi público?
5.2.2.3 En el caso de polémicas científicas
¿Estoy consciente de que en ciencia no hay estudios irrefutables?
¿Estoy consciente de que entre científicos puede haber desacuerdos?
¿Estoy consciente de que en ciencia puede haber polémicas que se extiendan
durante mucho tiempo?
Cuándo voy a divulgar un estudio que propone algo, ¿estoy consciente de que
puede haber explicaciones alternativas para el fenómeno descrito?
Cuándo hay un debate entre científicos, ¿estoy hablando de ambas posturas o
sólo una de ellas? ¿Estoy dando todos los detalles principales de la polémica?
5.2.3 Para periodistas y medios de comunicación
Para el caso de los periodistas, las preguntas que se proponen tienen como
objetivo que la nota que se redacte brinde la mayor cantidad de información
confiable sobre tal o cual aspecto científico que se informe:
5.2.3.1 En el caso de seudociencias
¿Tengo nociones sobre cómo funciona la ciencia y soy capaz de comunicarla a mi
público?
¿Tengo el espacio necesario para transmitir algo de ello a mi público?
¿La información para mi nota viene de una fuente científica confiable:
investigadores científicos o revistas arbitradas?
¿Sé lo que son las seudociencias?
¿Sé diferenciar entre ciencia y seudociencia?
¿Estoy consciente de que hay personas que ofrecen información como científica
que en realidad no lo es?
80
5.2.3.2 En el caso de mala ciencia
¿Por qué estoy haciendo una nota sobre un estudio o descubrimiento científico?
¿Estoy enterado de que en la ciencia no hay verdades absolutas?
¿Estoy enterado de que los científicos pueden equivocarse?
¿Estoy enterado de que lo que afirma un investigador científico no es indiscutible?
¿Estoy enterado que en ciencia puede haber estudios mal hechos? ¿Y que otros
científicos pueden señalarlos?
¿Estoy ofreciendo información suficiente en mi nota sobre los aspectos de los
estudios científicos, limitaciones y posibles errores?
¿Estoy cuestionando los métodos empleados por los científicos, preguntándome
cómo se descubrió lo que se sabe, y mostrándoselo a mi público?
5.2.3.3 En el caso de polémicas científicas
¿Estoy enterado de que la ciencia se autocorrige?
¿Estoy enterado de que dentro del quehacer científico puede haber desacuerdos?
¿Estoy enterado que en la ciencia puede haber controversias?
¿Estoy enterado de que en la ciencia no hay estudios absolutos e irrefutables?
Cuando elaboro una nota, ¿estoy tomando en cuenta que en ciencia puede haber
explicaciones alternativas a un fenómeno estudiado?
En la redacción de una nota, ¿estoy cubriendo el debate entre científicos? ¿Estoy
brindando información suficiente sobre el asunto? ¿Estoy cubriendo las posturas
del debate o sólo un punto de vista?
81
VI. CONCLUSIONES
• Los medios analizados muestran una visión de la astrobiología en la que los
investigadores científicos son profesionales que nunca se equivocan, las
teorías son verdades absolutas o nunca hay desacuerdos entre
investigadores.
• Los medios consultados, al igual que en la enseñanza de la ciencia, ofrecen
una visión de la labor científica como una actividad sin errores, totalmente
objetiva y sin fallas de ningún tipo.
• Las nociones básicas en el comunicador (sea científico, divulgador o
periodista) sobre qué son y cómo funcionan las seudociencias son de gran
importancia, ya que aunque no evitan la difusión de éstas, al poderlas
identificar, refuerzan la comunicación de conocimientos que sí son
científicos.
• El comunicador debe estar consciente de que los científicos pueden
equivocarse en sus investigaciones (mala ciencia), lo que permite transmitir
una visión de la ciencia como una actividad en la que también hay errores,
pero que se encuentra en constante revisión y por lo tanto es útil y
confiable.
• El comunicador debe tener presente que hay polémicas entre los
investigadores, de tal manera que al comunicar los conocimientos
científicos, se informe al público que los argumentos de un científico no son
irrefutables, y que en la ciencia puede haber varias explicaciones para un
mismo fenómeno observado.
• Los signos diagnósticos de cada uno de los tres problemas ofrecen una
representación de cómo funcionan las seudociencias, la mala ciencia y las
polémicas científicas, en la que científicos, divulgadores y periodistas
pueden basarse para mejorar la imagen que dan al público de la labor
científica.
• El planteamiento de las series de preguntas puede ser una guía útil para
que científicos, divulgadores, periodistas y medios puedan ofrecer una
visión más realista del quehacer científico frente a un caso en particular.
82
VII. BIBLIOGRAFÍA
Alcíbar Cuello, M. (2005), “La astrobiología y la comunicación integral de la ciencia
y la tecnología”, II Congreso Iberoamericano de Filosofía de la Ciencia y la
Tecnología, Universidad de La Laguna. Disponible en:
http://www.cibernous.com/autores/astrobiologia/teoria/alcibar.htm
Alcíbar Cuello, M. (2006), “Astrobiología, cultura popular y comunicación social de
la ciencia y la tecnología”, Letras Deusto, 36(110): 66-75.
Anaya, R., (2002), “La función democrática del periodismo científico”, Antología de
la divulgación de la ciencia en México, México, Dirección General de
Divulgación de la Ciencia, Universidad Nacional Autónoma de México.
Aretxaga, R. (2006), “Astrobiología y filosofía”, Letras Deusto, 36(110): 5-18.
Armentia, J. (1998), “La cara de Marte: crónica de una muerte anunciada”, El
escéptico, 1(1): 11-19.
Armentia, J. (2002), “Ciencia vs Pseudociencias”, Mediatika, España, (8): 559-571.
Atreya, S. K. et al. (2006), “Methane and related trace species on Mars: origin,
loss, implications for life, and habitability”, Planetary and Space Science, 55(3):
358-369.
Atreya, S. K. (2007), “El metano en Marte y Titán”, Investigación y ciencia, (370):
6-16.
Bonfil Olivera, M. (2004a), “Los ovnis de mi señor general: un golpe para la
credibilidad científica”, Humanidades, México, 2 de junio.
Bonfil. Olivera. M., (2004b), La ciencia por gusto, México, Paidós.
Bunge, M., (1960), La ciencia: su método y su filosofía, Buenos Aires, Siglo Veinte,
edición: 1989.
Bunge, M. (2001), “¿Qué son las seudociencias?”, La Nación, lunes 19 de febrero.
Campanario, J.M. (1999), “La ciencia que no enseñamos”, Enseñanza de las
ciencias, España, 3(17): 397-410.
Castellanos Pineda, P., (2009), “Comunicación pública de la ciencia y consumo
cultural. La información científica como elemento diferenciador”, VII Bienal
Iberoamericana de la Comunicación, México.
83
Cazaux, D., (2010), “La comunicación pública de la ciencia y la tecnología en la
‘sociedad del conocimiento’”, Razón y Palabra, México, núm. 65.
Cisar, J. O. et al. (2000), “An alternative interpretation of nanobacteria-induced
biomineralization”, Proceedings of the National Academy of Sciences, 97(21):
11511-11515.
Collins, H. y Pinch, T. (1993), El Gólem, Barcelona, Editorial Crítica, col.
Drakontos, edición 1996.
Dascal, M. (1995). “Epistemología, controversias y pragmática”. Isegoría, (12): 843.
Del Río, F. (1982), “La comunicación en la ciencia”, Ciencia, México, (33): 73-84.
Des Marais, D. J. et al. (2003), “The NASA Astrobiology Roadmap”, Astrobiology
3(2): 219-235.
Des Marais, D.J et al. (2008, “The NASA Astrobiology Roadmap”, Astrobiology
8(4): 715-730
Diccionario de la lengua española, 1 Vol., Madrid, España: Real Academia
Española, 22ª. Ed., 2001.
DiGregorio, B. E. (2007), “What made the rain red in India?”, Analitical Chemistry,
1 de mayo, p. 3238.
Dobbs, D. (2011), “Aliens Riding meteorites: arsenic redux or something new?,
Wired, Disponible en: http://www.wired.com/wiredscience/2011/03/aliens-ridingmeteorites-arsenic-redux-or-something-new/
Errasti, I. y Ezkurra, A. (2003), “Hacia una posible hipótesis de formación de un
rayo de bola”, Revista del Aficionado a la Meteorología, España, No. 11.
Estrada, L. (1992), “La divulgación de la ciencia”, Ciencias, (27): 69-76.
Formisano, V. et al. (2004), “Detection of methane in the atmosphere of Mars”,
Science, 306: 1758-1761.
Gangappa, R. et al. (2010), “Growth and replication of red rain cells at 121°C and
their red fluorescence”, disponible en: http://arxiv.org, en arXiv:1008.4960v1
García-Vivas, et al. (2010), “Efecto de la acupuntura en el tratamiento de la
obesidad y la expresión génica en los adipocitos”, Programa Institucional de
Biomedicina Molecular, ENMH-IPN, pp. 1.
84
Gasque, L. (2011), “El arsénico, más que un veneno”, ¿Cómo ves?, México,
13(149): 22-25.
Gibson, E. K. Jr. et al. (2000), “What is the status of the hypothesis of evidence of
biogenic activity within martian meteorites: alive or dead?, Meteor. Planet. Sci. ,
35, A60.
González de la Fe, T. (2004), “Sociedad, ciencia y pseudociencia”, Ciencia y
Pseudociencias: realidades y mitos, Rodríguez Hidalgo, I., Díaz Vilela, L.,
Álvarez González, C. J. y Riol Cimas, J. M. (editores), Madrid, España, Equipo
Sirius, Col. Milenium, pp. 185-194.
Herrero Solana, V.F. (1996), “La utilización de foros electrónicos como fuente de
información sobre la comunicación científica informal”, Revista General de
Información y Documentación, Madrid, 6(2).
Hoover, R. B. (2011), “Fossils of Cyanobacteria in CI1 Carbonaceus Meteorites”,
Journal of Cosmology, vol. 13.
Hoyle, F. y Wickramasinghe, C. (1988), Fuerza vital cósmica, trad. Agustín
Bárcena, edición 1992, México, Fondo de Cultura Económica.
Jakosky, B. (1998), La búsqueda de vida en otros planetas, Madrid, Cambridge
University Press, trad. Dulcinea Otero-Piñeiro y David Galadi-Enríquez.
Jiménez Lopez, C. et al. (2008), “Magnetites formed from thermal decomposition of
(Ca, Mg, Fe)CO3: ‘foreign’ cation incorporation into the structure of magnetite”,
Lunar Planet. Sci. XXXVIII.
Katsnelson, A. (2010), “Arsenic-eating microbe may redefine chemestry of life”,
Nature, publicado en línea. doi:10.1038/news.2010.645. Disponible en:
http://www.nature.com/news/2010/101202/full/news.2010.645.html#B1
Krasnopolsky, V. A. et al. (2004), “Detection of methane in the martian
atmosphere: evidence for life?”, Icarus, (172): 537-547.
Kuhn, T. S. (1962), La estructura de las revoluciones científicas, México, Fondo de
Cultura Económica, 2ª. Reimpresión, 2004, trad. Carlos Solís Santos.
Lapen, T. J. et al. (2010), “A younger age for ALH84001 and its geochemical link to
shergottite sources in Mars”, Science, 328(5976): 347-351.
Latour, B. (1987), Science in action, Cambridge, Massachusetts, Harvard
University Press.
85
Lefèvre, F. y Forget, F. (2009), “Observed variations of methane on Mars
unexplained by known atmospheric chemistry and physics”, Nature, 460: 720723.
Ligouri, L. y Noste, M.I., (2005), Didáctica de las ciencias naturales, Argentina,
Series Didácticas, Homo Sapiens Ediciones.
Louis, G. y Santhosh Kumar, A. (2003), “New biology of red rain extremophiles
prove cometary panspermia”, Disponible en http://arxiv.org del 29 de diciembre.
Louis, G. y Santhosh Kumar, A. (2006), “The red rain phenomenon of Kerala and
its posible extraterrestrial origin”, Astrophysics and Space Science, 302: 175187. Disponible en: http://arXiv.org/abs/astro-ph/0601022v1
Martel, J. et al. (2012), “Biomimetic properties of minerals and the search for life in
the martian meteorite ALH84001”, Annual Review of Earth and Planetary
Sciences, Vol. 40: 167-193.
McKay, D. S. et al. (1996), Search por past life on Mars: posible relic biogenic
activity in martian meteorite ALH84001”, Science, 273(5277): 924-930.
Méndez Acosta, M. (2006), “Ovnis infrarrojos de Campeche: una explicación
viable”, Pensar, Argentina, 1(4): 1-2.
Mumma, M. J. et al. (2009), “Strong release of methane on Mars in Northern
Summer 2003”, Science, 323(5917):1041-1045.
Myers, P. Z. (2011), “Did scientist discover bacteria in meteorites?”, Pharyngula,
Disponible en:
http://scienceblogs.com/pharyngula/2011/03/did_scientists_discover_bacter.php
Olivé, L. (2000), El bien, el mal y la razón, México, Paidós.
Oze, C. y Mukul, S. (2005), “Have olivine, will gas: serpentenizations and the
abiogenic production of methane on Mars”, Geophysical research letters, 32: 4.
Pérez Tamayo, R. (1989), Cómo acercarse a la ciencia, México, CONACULTA.
Redfield, R. (2011),”Is this claim of bacteria in a meteorite any better tan the 1996
one?”, RRResearch, 6 de marzo, Disponible en:
http://rrresearch.fieldofscience.com/2011/03/is-this-claim-of-bacteria-inmeteorite.html
86
Ruiz Noguez, L. (2005), “La cara en Marte y otras ilusiones de óptica”,
Perspectivas, México. Disponible en
http://www.perspectivas.com.mx/in/cara_marte.htm
Sagan, C. (1995), El mundo y sus demonios, Barcelona, Planeta.
Salinas, P. J. (2005), “Fraude científico en el ambiente universitario”, Médula,
Mérida, Venezuela, 13: 42-47.
Sánchez Mora, A. M. (2010), Introducción a la comunicación escrita de la ciencia,
Xalapa, Veracruz, México, Col. Quehacer científico y tecnológico, Universidad
Veracruzana.
Sánchez Mora, A.M. y Sánchez Mora, C. (2003), “Glosario de términos
relacionados con la divulgación: una propuesta”, El Muégano divulgador (21): 9.
Sánchez Mora, C., (2001), “Hacia la alfabetización científica”, Editorial Educación,
México.
Schulz, P. C. (2005), “Las Pseudociencias”, Revista Iberoamericana de Polímeros,
6(3): 237-286.
Sheaffer, R. (2004), “The Campeche Mexico ‘Infrared UFO’ Video”, CSICOP, vol.
28, septiembre-octubre. Disponible en:
http://www.csicop.org/si/show/campeche_mexico_infrared_ufo_video/
Thomas Keprta, K. L. et al. (2009), “Origins of the magnetite nanocrystals in
martian meteorite ALH84001”, Geochimica et Cosmochimica Acta, 73(21):
6631-6677.
Vallverdú, J. (2005), “¿Cómo finalizan las controversias? Un nuevo modelo de
análisis: la controvertida historia de la sacarina”, Revista CTS, 2(5): 19-50.
Willmott, C. (2009). “Book Review of Bad Science by Ben Goldacre”. Bioscience
[en línea], N° 14. Recuperado el 26 de febrero de 2011, de
www.bioscience.heacademy.ac.uk/journal/vol14/beej-14-r2.pdf
Wolfe-Simon, F. et al. (2011), “A bacterium that can grow by using arsenic instead
of phosphorus”, Science, 332(6034): 1163-1166.
Zimmer, C. (2010), “This paper should not have been published”, Slate, Disponible
en: http://www.slate.com/formatdynamics/CleanPrintProxy.aspx?unique=130...
87
VIII. APÉNDICE: Tablas
Tabla 1. Seudociencia. Notas consultadas
Título
Autor
Medio
Fecha
La cara de Marte
Nasa: no face –
honest
David Whitehouse
Face on Mars gets
makeover
Roberto Roy Britt
Face on Mars?
No se muestra autor
¿A qué se le llama
la cara marciana?
No se muestra autor
Sonda toma fotos de
la cara de Marte
No se muestra autor
¿Un cráneo en
Marte?
No se muestra
nombre del autor
La cara de Marte y
otras ilusiones de
óptica
Luis Ruiz Noguez
BBC
http://news.bbc.co.u
k/2/hi/science/nature
/1351319.stm
CNN
http://edition.cnn.co
m/2006/TECH/space
/09/22/mars.face/ind
ex.html
25 de mayo 2001
Science Daily
http://www.scienced
aily.com/releases/20
06/09/06092120421
8.htm
Muy Interesante
http://www.muyinter
esante.es/ia-que-sellama-la-caramarciana
El Universal
www.eluniversal.co
m.mx/cultura/49944.
html
Milenio Diario
http://www.milenio.c
om/cdb/doc/impreso/
8568969
Perspectivas
http://www.anomalia.
org/perspectivas/in/c
ara_marte.htm
22 de septiembre de
2006
El Siglo de Torreón
http://www.elsiglodet
orreon.com.mx/notici
a/87988.detectafuerza-aerea-16ovnis.html
11 de mayo de 2004
22 de septiembre de
2006
1 de junio de 2006
22 de septiembre de
2006
2 de mayo de 2009
11 de julio de 2006
Los OVNIs de Campeche
Detecta la fuerza
aérea 16 ovnis en
Campeche
No se muestra el
nombre del autor
88
Oleada de ovnis en
el sur de México
No se muestra el
nombre del autor
Avistan pilotos de la
fuerza aérea 11
ovnis
No se muestra el
nombre del autor
Capta OVNIS la
Fuerza Aérea
mexicana
Santos Mondragón
Avión de la Fuerza
Aérea Mexicana
grabó a 16
supuestos OVNIS
durante su vuelo en
Campeche
Fuerza aérea
mexicana detecta 16
OVNI en el cielo de
Campeche
No se muestra el
nombre del autor
Pilotos mexicanos
graban presuntos
ovnis
No se muestra el
nombre del autor
Científicos afirman
que los OVNIs
captados en
Campeche podrían
ser fragmentos de
un meteorito
Los ovnis de mi
señor general: un
golpe para la
credibilidad científica
Mariana Viayra
Ramírez
Ovnis infrarrojos de
Campeche: una
explicación viable
Mario Méndez
Acosta
No se muestra el
nombre del autor
Martín Bonfil Olivera
Univisión
http://www.univision.
com/content/content.
jhtml?cid=380711
El Universal
http://www.eluniversal.com.mx/pl
s/impreso/noticia.ht
ml?id_nota=221866
&tabla=notas
Noticieros Televisa
http://www.esmas.co
m/noticierostelevisa/
mexico/363086.html
La Crónica
www.cronica.com.m
x/nota.php?id_nota=
124228
11 de mayo de 2004
El Sol de Durango
http://www.elsiglode
durango.com.mx/not
icia/36346.fuerzaaerea-detecta-16ovni-en-el-cielo-dec.html
El País
http://elpaiscali.terra.com.co/pai
sonline/notas/Mayo1
12004/curiosa.html
La Crónica
www.cronica.com.m
x/nota.php?id_nota=
124341
12 de mayo de 2004
Humanidades
http://2culturas.blogs
pot.mx/2009/09/losovnis-de-mi-senorgeneral-ungolpe.html
Pensar
http://www.pensar.or
g/2004-04-pastillas02.html
2 de junio de 2004
11 de mayo de 2004
11 de mayo de 2004
11 de mayo de 2004
11 de mayo de 2004
12 de mayo de 2011
Volumen 1, núm. 4,
2006
89
Tabla 2. Mala ciencia. Notas consultadas
Título
Autor
Medio
Fecha
Coloured rain falls
on Kerala
Venkitesh
Ramakrishnan
30 de julio de 2001
Now wells form
spontaneously in
Kerala
No se muestra autor
BBC News
http://news.bbc.co.u
k/2/hi/south_asia/14
65036.stm
Times of India
http://articles.timesof
india.indiatimes.com
/2001-0805/thiruvananthapur
am/27245260_1_wel
ls-kasargodetremors
Red rain was
fungus, not meteor
Kamal Gopinath
5 de agosto de 2001
Red rain could prove
that that aliens have
landed
Amelia Gentleman y
Robin McKie
Mistery of the scarlet
rains and other tales
P. K. Surendran
Claim of alien cells
in rain may fit
historical accounts:
study
No se muestra autor
Indian Express
http://www.indianexp
ress.com/res/web/pI
e/ie20010806/nat10.
html
The observer
http://www.guardian.
co.uk/science/2006/
mar/05/spaceexplor
ation.theobserver
Times of India
http://articles.timesof
india.indiatimes.com
/2001-0807/india/27249102_
1_rains-cessthunder-andlightning
World Science
http://www.worldscience.net/exclusiv
es/080122_redrain.htm
El extraordinario
caso de la lluvia roja
sobre India
No se muestra autor
1 de septiembre de
2010
Células
No se muestra autor
ABC Madrid
http://www.abc.es/20
100901/ciencia/extra
ordinario-caso-lluviaroja201009011237.html
El Universal
La lluvia roja
5 de agosto de 2001
5 de marzo de 2006
7 de agosto de 2001
22 de enero de 2008
3 de septiembre de
90
extraterrestre se
reproducen
http://www.elunivers
al.com.mx/articulos/
60540.html
2010
Los microfósiles de Richard Hoover
Exclusive: NASA
scientist claims
evidence of alien life
on meteorite
Garrett Tenney
Foxnews
http://www.foxnews.
com/scitech/2011/03
/05/exclusive-nasascientists-claimsevidence-alien-lifemeteorite/
5 de marzo 2011
Nasa scientist
claims evidence of
extraterrestrial life
Ian Sample
6 de marzo de 2011
Astrobiólogo de la
NASA afirma haber
encontrado
evidencia de vida
extraterrestre
Encuentran
meteorito con fósil
de vida
extraterrestre
No se muestra autor
The Guardian
http://www.guardian.
co.uk/science/2011/
mar/06/nasascientist-evidenceextraterrestrial-life
La Crónica
http://www.cronica.c
om.mx/nota.php?id_
nota=564544
7 de marzo de 2011
Descubren nuevas
formas de vida en el
interior de tres
meteoritos
No se muestra autor
Halla evidencias de
vida científico de la
NASA
No se muestra autor
Hallan vida
extraterrestre en
restos de meteorito
No se muestra autor
La primera plana
http://laprimeraplana
.com.mx/2011/03/07
/encuentranmeteorito-con-fosilde-vidaextraterrestre/
Diario Crítico
http://www.diariocriti
co.com/ocio/2011/M
arzo/ciencia/257850/
vida-alienigenameteoritobacterias.html
Uno más uno
http://www.unomasu
no.com.mx/ciencia/u
niverso/12376-hallaevidencias-de-vidacientifico-de-lanasa.html
El Economista
http://eleconomista.c
om.mx/tecnociencia/
2011/03/06/hallan-
No se muestra autor
7 de marzo de 2011
7 de marzo 2011
5 de marzo de 2011
6 de marzo de 2011
91
Científico de la
NASA halla vida
extraterrestre
No se muestra autor
Científico de la
NASA halla bacteria
extraterrestre en
meteorito
No se muestra autor
Nasa scientist:
evidence of alien life
on meteorite
Charles Cooper
¿Otra vez vida
extraterrestre?
Martín Bonfil Olivera
vida-extraterrestrerestos-meteorito
Milenio
http://impreso.mileni
o.com/node/892245
3
Web Noticieros
Televisa
http://noticierostelevi
sa.esmas.com/espe
ciales/266369/cientifi
co-nasa-hallabacteriaextraterrestremeteorito
Web CBS News
http://www.cbsnews.
com/8301501465_16220039658501465.html
Milenio
http://impreso.mileni
o.com/node/892400
3
6 de marzo de 2011
6 de marzo de 2011
5 de marzo de 2011
9 de marzo de 2011
92
Tabla 3. Polémicas científicas. Notas consultadas
Título
Autor
Medio
Fecha
El meteorito ALH84001
Expertos en vida
extraterrestre
afrontan la
ratificación de los
indicios sobre Marte
Alicia Rivera
El País
http://elpais.com/diar
io/1996/08/16/socied
ad/840146401_8502
15.html
16 de agosto de
1996
Científicos
desmienten que una
famosa roca
marciana contenga
rastros de vida
No se muestra al
autor
ABC Noticias
http://www.abc.es/20
101206/ciencia/cient
ificos-desmientenfamosa-roca201012060939.html
6 de diciembre de
2010
Findings hint at life
on Mars
Davir Whitehouse
14 de diciembre de
2000
Nuevo estudio sobre
la vida en Marte
No se muestra al
autor
Un meteorito con
restos de vida
marciana
Elena Sanz
Detección de vida
actual o pasada
Carmen Ascaso
Ciria y Jacek
Wierzchos
¿Hay vida
extraterrestre?
No se muestra al
autor
Meteorito revela que
No se muestra al
BBC News
http://news.bbc.co.u
k/2/hi/science/nature
/1070229.stm
Tribuna
Complutense
www.ucm.es/cont/de
scargas/prensa/tribu
na528.pdf
Muy Interesante
http://www.muyinter
esante.es/unmeteorito-conrestos-de-vidamarciana
El País
http://www.elpais.co
m/articulo/sociedad/
ESTADOS_UNIDOS
/NASA/MARTE/Dete
ccion/vida/actual/pas
ada/elpepisoc/20000
112elpepisoc_19/Te
s
El Universal
http://www2.eluniver
sal.com.mx/pls/impr
eso/noticia.html?id_
nota=48182&tabla=
CULTURA
La Crónica
24 de enero de 2006
26 de noviembre
2009
8 de noviembre de
2010
20 de marzo 2006
17 de abril de 2010
93
Marte tuvo las
condiciones para
albergar vida
autor
http://www.cronica.c
om.mx/nota.php?id_
nota=500911
El origen de las emisiones de metano en Marte
Mars methane from
biology or geology?
Tariq Malik
Life on Mars: new
mission needed say
scientists
Stephen Adams
There is life on
Mars… but not as
we know it, say
Nasa scientists
David Berbyshire y
Claire Bates
Un hallazgo reaviva
la posibilidad de que
exista vida en Marte
Nora Bär
Gas metano en
Marte puede ser
señal de vida, según
científicos
Hallazgo de metano
en atmósfera
marciana abre
esperanzas a vida
Metano alienta
teoría de vida en
Marte
No se menciona
autor
No se menciona
autor
Nora Bär
CNN News
http://articles.cnn.co
m/2004-0330/tech/mars.metha
ne_1_methanemars-expressmartiansurface?_s=PM:TEC
H
The Telegraph
http://www.telegraph
.co.uk/science/scien
cenews/4269451/Lifeon-Mars-newmission-needed-sayscientists.html
The Daily Mail
http://www.dailymail.
co.uk/sciencetech/ar
ticle-1116766/ThereIS-life-Mars--knowsay-Nasascientists.html
La Nación
http://www.lanacion.
com.ar/1090363-unhallazgo-reaviva-laposibilidad-de-queexista-vida-en-marte
La Crónica
http://www.cronica.c
om.mx/nota.php?id_
nota=117221
La Crónica
http://www.cronica.c
om.mx/nota.php?id_
nota=168922
Milenio
http://www.milenio.c
om/cdb/doc/noticias
2011/0040b737a39d
c5ab49b345a8c146
3cc9
30 de marzo 2004
16 de enero de 2009
19 de enero de 2009
16 de enero de 2009
29 de marzo de
2004
26 de febrero 2005
16 de enero de 2009
94
Detectan en Marte
Mariana Viayra
gas metano, señal
de vida y de petróleo
Metano descubierto
en Marte podría ser
signo de
microorganismos
Metano en Marte,
indicio de vida
No se menciona
autor
Edmundo
Domínguez
Aragonés
La Crónica
http://www.cronica.c
om.mx/nota.php?id_
nota=117276
El Sol de México
http://www.oem.com
.mx/esto/notas/n100
7867.htm
El Sol de León
http://www.oem.com
.mx/elsoldeleon/nota
s/n1028425.htm
30 de marzo 2004
15 de enero de 2009
31 de enero de 2009
Las bacterias del arsénico
NASA alista anuncio
sobre nueva forma
de vida
No se muestra autor
El Universal
http://www.elunivers
al.com.mx/articulos/
61796.html
2 de diciembre 2010
NASA Life
Discovery: new
bacteria makes DNA
with arsenic
Richard A. Lovett
2 de diciembre 2010
Arsenic-loving
bacteria may hepl in
hunt for alien life
Jason Palmer
La NASA descubre
vida en arsénico
Elena Sanz
Descubre la NASA
vida en el arsénico;
impactará en la
búsqueda de vida
exterior
No se muestra autor
Is this the lake that
provides the clue to
extraterrestrial life?
Fiona Macrae
Web National
Geographic News
http://news.nationalg
eographic.com/news
/2010/12/101202nasaannouncementarsenic-life-monolake-science-space/
BBC News
http://www.bbc.co.uk
/news/scienceenvironment11886943
Revista Muy
Interesante
http://www.muyinter
esante.es/la-nasadescubre-vida-enarsenico
Milenio Diario
http://www.milenio.c
om/cdb/doc/noticias
2011/75b72844da80
89d57a31be8af175a
375
The Daily Mail
http://www.dailymail.
co.uk/sciencetech/ar
ticle-
2 de diciembre 2010
3 de diciembre 2010
2 de diciembre 2010
3 de diciembre 2010
95
El nuevo hallazgo de No se muestra autor
la NASA: Bacterias
que viven en
arsénico
Arsénico: la
revolución en la
química de la vida
No se muestra
¿Y las bacterias
marcianas?
Martín Bonfil Olivera
1334628/NASAastrobiology-Is-lakeprovides-clue-extraterrestrial-life.html
Reuters/Nasa/Scien
ce
http://www.cubadeb
ate.cu/noticias/2010/
12/02/el-nuevohallazgo-de-la-nasabacterias-que-vivenen-arsenico/
La Jornada
http://www.jornada.u
nam.mx/archivo_opi
nion/autor/front/115/
20204/y/Bacteriasarsnico
Milenio Diario
http://monterrey.mile
nio.com/cdb/doc/imp
reso/8881720
2 de diciembre 2010
7 de diciembre de
2010
15 de diciembre de
2010
96