Revista Ecos de Asia

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This article was written on 11 Feb 2022, and is filled under Cine y TV.

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“Chungking Express” y el problema de los sueños y el deseo

En este artículo, continuamos nuestro repaso al tema del amor en el cine de Asia y cómo puede actuar como una consolación o remedio contra la desesperación y la soledad. En esta ocasión, analizaremos la película Chungking Express (Hong Kong, 1994), del director Wong Kar-wai (Shanghái, China, 17 de julio de 1958). Wong Kar-wai empezó su carrera cinematográfica con el drama policiaco El fluir de las lágrimas (As Tears Go By, 1988), siguiendo la tendencia contemporánea de rodar películas de crimen y acción, pero pronto rompería con las convenciones del cine hongkonés para crear su propio estilo, muy personal e iconoclasta. Se interesa más en crear una atmósfera o un estado de ánimo que en tener un argumento lineal. Por eso, en cuanto a su producción cinematográfica, suele comenzar sin un guion terminado, confiando más en su instinto y la improvisación que en ideas preparadas previamente.[1] Esto no es del todo caótico porque las narrativas se interconectan de alguna forma.[2] Otro rasgo característico de su obra es un uso muy especial de la música y canciones pop; de hecho, se puede argumentar que es este elemento el que constituye la esencia de la “maquinaria narrativa” de sus películas; según Stokes y Hoover “prefiere inspirarse” más “en la música, el entorno, las condiciones de trabajo y los actores…” que en otra cosa.[3]

Cartel promocional de la película

Primeras impresiones de la película

La primera vez que se ve Chungking Express, de Wong Kar-wai, lo que más llama la atención es la estética del montaje, con sus travellings que recuerdan a la Nouvelle Vague francesa. La ventaja de esto es que da una sensación de más realidad, como si estuviéramos rodando una escena de la vida real. Lo que complementa esto es el uso de la profundidad de campo para representar dos acciones que están pasando simultáneamente.

Dos ejemplos de cómo se utiliza la profundidad de campo para representar dos acciones simultáneamente para agilizar y hacer más real la narración.

También en la película se utiliza una técnica que se llama step-printing y básicamente consiste en duplicar un fotograma de la película. Cuando se aplica a una secuencia de fotogramas, la duplicación estira el tiempo de ejecución de la secuencia, lo que crea una sensación de cámara lenta. Por ejemplo, hay una escena en la que un personaje parece como si estuviera congelado en el espacio y el tiempo, mientras en el fondo pasan personas con una velocidad mucho mayor que lo normal. Cabe pensar que es una técnica para transmitir la idea de que hay momentos de la vida que perduran en la memoria y tienen un efecto que se mantiene en el tiempo, una idea que desarrolla mucho mejor en su obra posterior Deseando amar (In the Mood for Love, Hong Kong, 2000).[4]

Un fotograma que ilustra la técnica de “Step-Printing”. En primer plano tenemos al protagonista perdido en sus pensamientos y, en un segundo plano, personas que pasan a mucha velocidad.

 

El enfoque del presente estudio

De hecho, una de las cosas que más llama la atención en la historia de amor de In the Mood for Love, además de su lirismo, es la obsesión del director para recapturar un pasado idealizado.[5] De modo que, mientras esta película a menudo se estudia a la luz de la inminente transición de Hong Kong de una colonia británica a una colonia china,[6] el interés del presente estudio se enfoca más en el lirismo de las diferentes historias de amor para explorar la cuestión de los sueños y hasta qué punto son realizables en la realidad, en lo que a la relación amorosa se refiere.

Fotogramas del agente 233 (izquierda) y el agente 633 (derecha) respectivamente.

Los dos relatos de la película y la interrelación del lenguaje figurativo en imágenes de ambas historias

A grandes rasgos, la película se compone de dos narrativas que relatan las vidas amorosas de dos policías que conocemos solamente por sus números de placa, el agente 223 y el agente 663, algo que resalta el sentido de soledad de la gran ciudad. Ambos viven una experiencia de desamor, pero es la historia del segundo policía la que cobra más protagonismo. Las historias de ambos giran alrededor de un restaurante de comida rápida y de su jefe, que también es el cocinero.

Hay varias metáforas visuales que introducen las ideas claves de la película. En la primera historia, por ejemplo, el agente 223 es abandonado por su novia May, cuya comida favorita es la piña, una fruta que ella come en lata. Después de ser abandonado por ella, su exnovio desarrolla una obsesión por las latas de piña. Mantiene vivo su recuerdo  comprando todas las latas que puede encontrar con la fecha de caducidad del 1 de mayo. La idea es que si ella no vuelve antes de esta fecha, su amor se habrá caducado. Irónicamente, sigue buscando latas caducadas, incluso después de haber pasado la fecha de caducidad de su relación, de modo que, para simbolizar el fin definitivo de su relación, un día se come todas las latas que había acumulado. De ahí viene la idea de que en una relación de pareja la persona amada es como una lata de conservas con fecha de caducidad. Sin embargo, lo que es tal vez más importante es la asociación entre la comida y el deseo. Cabe pensar que la comida, en este caso, actúa como un sustituto de la relación sexual. [7]

Fotograma de la azafata de vuelo, exnovia y obsesión del agente 633.

La idea de que somos como latas de conservas que se comen y tienen su fecha de caducidad enlaza con la segunda narrativa, porque, otra vez, la comida adquiere un valor simbólico en la historia. Al comienzo, el agente 663 está muy enamorado de una azafata de vuelo. Acude al restaurante para comprar comida rápida para su novia y siempre pide dos “ensaladas chef”, pero un día el cocinero jefe le anima a pedir más variedad porque piensa que su novia puede cansarse de comer lo mismo todos los días. Efectivamente, pide, además de una “ensalada chef”, fish and chips para que su novia pueda elegir. El agente vuelve al día siguiente contento porque ha sido del agrado de su novia comer algo diferente para variar. Sin embargo, llega un día en que su novia le ha dejado por otro, una circunstancia que el cocinero relaciona en seguida con la idea de la comida: “Como hay tanta elección es normal que un día ella quiera probar otra cosa” le dice, pero a la vez consolándole, añadiendo que ella se cansará de su comida nueva y volverá un día con él, algo que nunca ocurre.

Por mucho que parezca que la película se reduce a decirnos que somos como comida rápida o latas de conserva que tienen su fecha de caducidad, su mensaje subliminal es mucho más complejo. Para entender eso, hay que prestar mucha atención a la música de la película que, como se ha destacado al principio, es el principal motor que guía la acción. Además, suele ser diegética, como una voz de narrador que explica lo que está sucediendo a los personajes y, en esta ocasión, incluso define el significado más profundo de la película. La canción clave, en este sentido, es “Dreams” de los de los Cramberries (1993).

Poster de publicidad de la canción “Dreams” de los Cramberries (1993).

Ahora bien, el problema principal de los personajes de la segunda narrativa es que tienen sueños que desean realizar, pero a la vez están, de alguna manera, perdidos en la vida, andando sin rumbo. En el caso del agente 633, por ejemplo, pasa por una profunda crisis psicológica después de que su novia, la azafata de vuelo, le abandone. Proyecta, así, sus sentimientos hacía objetos inanimados en su piso: piensa que una toalla está llorando porque está mojada, e incluso piensa que su piso llora un día que se inunda de agua. De la misma manera, objetos que había dejado su exnovia en su piso evocan su presencia, lo que le perturba incluso más la mente. Por otra parte, el personaje pierde peso y es incapaz de trabajar una temporada.

Una de las escenas que muestran claramente la perturbación mental del agente 633,  donde dialoga con un peluche.

En el caso de Faye, la nueva novia potencial del agente, es una persona que no se ha encontrado a sí misma todavía. En sus palabras, le gusta poner la música alta porque “no le gusta pensar”. No quiere estudiar, “sólo quiere disfrutar de la vida”, pero pasa casi todo su tiempo soñando despierta. Quiere irse a California porque quiere saber si de verdad ahí el sol siempre brilla.[8] Se enamora del agente 633 y utiliza una llave que su exnovia había dejado en un sobre para entrar en su piso y hacer alteraciones ahí, escondiendo los objetos que la azafata había dejado para hacer que se olvide de ella. Sin embargo, ya que tiene el sueño incumplido de irse a vivir un año en California, todavía no está preparada para una relación con el agente, así que lo deja todo para ir allí.

Dos pósteres de la película,  de los cuales el primero resume bien la personalidad Faye, que tiene una maqueta de un avión en sus manos, simbolizando su obsesión por ir a California. La segunda muestra más su carácter alegre y despreocupado

Volviendo el tema de los sueños, es importante darse cuenta de que ambos personajes están en un proceso de constante cambio. No son los mismos de un día a otro. Esto mismo lo confiesa el agente 633 en uno de sus diálogos en que habla consigo mismo. Esto tiene implicaciones importantes en los sueños, porque si nosotros cambiamos tanto, es lógico que lo que deseamos cambie en función de quiénes somos en un momento determinado de nuestra evolución. Cabe pensar que es por eso que el amor, incluso el más soñado, pueda tener fecha de caducidad por el mismo motivo. La canción de los Cramberries explica el dilema de esta manera:

Oh, my life is changing everyday,
In every possible way.
And oh, my dreams, it’s never quite as it seems,
Never quite as it seems.

I know I´ve felt like this before, but now I’m feeling it even more,
Because it came from you.
And then I open up and see the person falling here is me,
A different way to be….
[9]

Aquí la idea es que la realización de un sueño nunca es como la habíamos imaginado cuando nació, porque cambiamos a lo largo de la vida. Por eso, si no modificamos un sueño que tuvimos en nuestra juventud, lo cambiamos por otro. Se reitera la idea al final del estribillo, utilizando la metáfora de “caer” para expresar la idea de cambio y empleando el concepto de “una manera diferente de ser” para hablar de lo que constituye la esencia del pensamiento onírico.

Conclusiones

Entre las reflexiones sobre la película, el presente autor considera curiosa la elección de un personaje femenino tan desagradable como una traficante de drogas asesina que secuestra a una niña para ser el objeto de deseo del primer agente.[10] Parece ser una concesión a la demanda del público hongkonés de aquel entonces por películas sobre bandas violentas y gánsteres, porque no hay química entre los dos personajes. El hecho de que en lugar de una escena de amor, la mujer se quede dormida mientras el agente come ensaladas y ve películas hace que el desenlace final sea incluso más ridículo. Sin embargo, al ser un segmento más breve, tal vez debe considerarse solo como una forma de introducir los elementos principales de la película, como son las metáforas sobre las latas de conservas y la comida en general, además de los temas principales, como el problema de la soledad, del desamor y de cómo encontrarse a sí mismo en una ciudad donde la gente no es más que un número.

Fotograma de la traficante de drogas

Lo que es magistral en la película, en cambio, es el segundo relato, que ocupa la mayor parte de la película (cincuenta y ocho minutos). Se puede considerar una historia de amor con mayúscula. Aunque a veces no está claro si lo que se está presentado es algo real que le sucede a un personaje o es una ensoñación, cabe pensar que lo que realmente se ilustra es el misterio del enamoramiento en sí. Una especie de juego del gato y el ratón en el que siempre se está intentando intuir las intenciones del otro y despertar su deseo. Una cuestión que se debe plantear, por ejemplo, es si Faye se transforma en azafata de vuelo porque entiende que solo así puede convertirse en el objeto perfecto de deseo del agente 633.[11] Del mismo modo, se puede argumentar que el hecho de que el agente se convierta en el nuevo jefe del restaurante, dejando su trabajo de policía, expresa su deseo de convertirse en alguien más atractivo para ella.

Fotograma en que Faye contempla el uniforme de su rival por el amor del agente 633  y fotogramas que muestran la evolución de los personajes. Faye se transforma en azafata de vuelo y el agente 633 en el jefe del restaurante.

En resumen, Chungking Express es una película que vale la pena si se pueden superar las frustraciones causadas por los primeros treinta minutos. En el momento en que comienza la segunda historia, mantiene el interés del espectador. Es el tipo de película que ayuda a ver el lado positivo de la vida y a comenzar de nuevo cuando parece que las dificultades no tienen fin. Es, en definitiva, una película inspiradora.

Notas:

[1] Bettinson, Gary, The Sensuous Cinema of Wong Kar-wai: Film Poetics and the Aesthetic of Disturbance, Hong Kong, Hong Kong University Press, 2014, p.1.

[2] Según Burr, por ejemplo, el “director no construye líneas argumentales lineales sino anillos concéntricos de significado narrativo y poético que giran continuamente uno alrededor del otro…” (the director doesn’t build linear story lines so much as concentric rings of narrative and poetic meaning that continually revolve around each other…). Burr, Ty, “Wong’s ‘2046’ is a mind-altering cocktail, perfectly blended”, The Boston Globe, 19 de agosto de 2005. Disponible aquí.

[3] Stokes, Lisa Odham y Hoover, Michael, City on Fire: Hong Kong Cinema, Londres, Verso, 1999, p. 270.

[4] Phil Lloyd, por ejemplo, habla de un tipo de memoria que involucra la evocación de un pasado idealizado que es, de alguna manera, una mezcla de ensoñaciones y de la realidad. Lo que él llama: “a deliberately nostalgic evocation of an idealised past that requires suspended disbelief”. Lloyd, Phil, “In the Mood For Love – Summary & Analysis”, Jotted Lines, 17 de Julio de 2019. Disponible aquí.

[5] Ídem.

[6] Thibs Lacombe, por ejemplo, dice del trasfondo político: “…the theme of time is important throughout the film (…) the sense of uncertainty taints the film’s ideas…”. Lacombe, Thibs, “Key ideas and themes in Chunking Express (Wong Kar Wai 1994)”, Thibs Watches Films, 13 de noviembre de 2015. Disponible aquí.

[7] Freud, por ejemplo, en su obra Tres ensayos sobre teoría sexual (1905), cita la etapa oral como una de las fases en el desarrollo sexual de un niño.

[8] Por eso casi siempre sale el estribillo de la canción California Dreaming cuando ella aparece en la película.

[9] Estas son las letras originales de la canción de Dolores O’Riordan y Noel Hogan de los Cramberries (1993) que son cantadas por Faye Wong en la película. En español: “Oh, mi vida está cambiando todos los días/ De todas las formas posibles/ Y oh, mis sueños, nunca son tal y como parecen ser (es decir, nunca se experimentan de la forma que habíamos imaginado)/ Nunca son del todo como parecen (es decir, lo que se sueña y su realización nunca son exactamente lo mismo)/ Sé que me he sentido así antes, pero ahora lo siento aún más,/ Porque vino de ti/ Entonces me abro y veo la persona que cae aquí soy yo/ Una forma diferente de ser….

[10] En este sentido, se puede argumentar que Deseando amar (In the Mood for Love, Hong Kong, 2000) está mucho más lograda como una historia de amor, al tratar con personajes más normales y corrientes.

[11] En el psicoanálisis, por ejemplo, sobre el funcionamiento del deseo, se enfatiza el papel importante que juega la fantasía. De hecho, en Lacan se habla de los aspectos de una persona que actúan como “master signifiers”, es decir, elementos del cuerpo (mirada, voz, etc…) que son fundamentales para el funcionamiento libidinal de una persona. En la película, es evidente que casi todos los personajes están atraídos por personas en uniforme. Este es otro ejemplo de un “master signifier” en la forma de un fetiche. Para más información, puede consultarse Downs, Michael, “Lacan’s Concept of the Object-Cause of Desire (objet petit a)”, The Dangerous Maybe, 20 de junio de 2019. Disponible aquí.

avatar Simon Kelly (35 Posts)

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, donde también realizó el Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte, especializándose en cine y literatura. Además, es Licenciado en Biología por la UCM y continúa realizando estudios de psicología, sociología, francés y chino.


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