La Justicia Federal ordenó su liberación tras atender el pedido de la defensa del exmandatario de cumplir con el fallo de la Corte Suprema, que había determinado la ilegalidad de su detención. Miles de seguidores esperaron a Lula en Curitiba

9 de noviembre de 2019, 3:00 AM
9 de noviembre de 2019, 3:00 AM

Tras un año y siete meses en prisión por un sonado caso de corrupción, Luiz Inácio Lula da Silva salió libre ayer de la cárcel de Curitiba donde purgaba una pena de más de ocho años de reclusión, tras beneficiarse de una decisión de la Corte Suprema de Justicia, que determinó que la reclusión, sin cumplir todas las instancias de apelación, es ilegal.

El líder histórico de la izquierda salió sonriente de la sede de la Policía Federal, donde cumplía su pena desde abril de 2018, y fue rodeado por una multitud enardecida de partidarios que lo aclamaba.

Su compañera sentimental, Rosángela da Silva, con quien anunció que se casaría una vez libre, lo abrazó apenas salió del recinto.

Lula da Silva prometió “seguir luchando para mejorar la vida del pueblo brasileño” y apuntó contra las políticas del presidente Jair Bolsonaro, en un mitin momentos depués de ser liberado de la cárcel de Curitiba donde pasó 19 meses.

“Aparte de seguir luchando para mejorar la vida del pueblo brasileño, de luchar para que esos tipos no sigan entregando el país, quiero mostrar el lado mentiroso” de las instituciones judiciales que “trabajan para criminalizar a la izquierda”, dijo Lula, de 74 años, ante centenares de fervorosos partidarios.

Sin fundamentos

Un juez de ejecución de penas determinó poco antes que ya “no existen fundamentos para la ejecución de la sentencia”, después que la Corte Suprema decidiera el jueves que nadie puede ser encarcelado mientras tenga recursos legales disponibles.

La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó previamente que Lula tiene la intención de “agradecer” a las personas que realizan una vigilia de apoyo en Curitiba “desde hace 580 días” y que una de sus primeras actividades previstas será visitar el Sindicato de los Metalúrgicos de las afueras de San Pablo, donde inició su carrera política.

La decisión de la Corte Suprema debe llevar a los tribunales a examinar la situación de unas 5.000 personas. No todas serán sin embargo liberadas, porque los casos de mayor peligrosidad tendrían dictada prisión preventiva.

 Luz de esperanza

Un abogado de Lula, Cristiano Zanin, dijo que el expresidente (2003-2010) “está muy sereno”. “La decisión de la Corte Suprema le dio una luz de esperanza de que pueda haber justicia. Nuestra batalla jurídica, nuestro foco, es obtener la nulidad del proceso”, agregó.

Lula fue condenado como beneficiario de un apartamento en el litoral de San Pablo, ofrecido por una constructora a cambio de contratos en Petrobras.

Pero el exsindicalista niega los cargos y se considera víctima de una manipulación judicial para impedirle presentarse a los comicios presidenciales de 2018, en los que resultó elegido Jair Bolsonaro.

Su postura ganó fuerza cuando Bolsonaro designó ministro de Justicia al juez Sergio Moro, emblema de la operación anticorrupción Lava Jato y autor de la primera condena contra el expresidente (2003-2010). Moro afirmó que la decisión de la Corte Suprema “debe ser respetada”, pero sostuvo que “continuará” defendiendo la prisión después de una condena en segunda instancia. “El Congreso puede, de todos modos, modificar la Constitución o la ley” para permitirlo de nuevo, agregó.

 Impacto político

Según analistas, Lula en libertad fortalecerá tanto al PT como, paradójicamente, a Bolsonaro, que supo captar el odio de una parte del electorado hacia el ex líder sindical, prometiendo incluso hacer que el exmandatario se “pudra en la cárcel”.

“Para Bolsonaro es una buena noticia, porque refuerza la polarización ideológica que lo eligió. Veremos a Lula más presente en el escenario político y eso permitirá que Bolsonaro refuerce su papel de líder del campo anti-PT”, dijo a la AFP el analista Thomaz Favaro, de Control Risks.

Su hermano alerta que exmandatario tendrá la difícil tarea de reagrupar la oposición a Jair Bolsonaro

El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva tendrá que hacer un trabajo “muy grande” para reagrupar a la oposición, tras salir en libertad, según afirmó su hermano Frei Chico en declaraciones a EFE.

“Tendrá que hacer un trabajo muy grande para reagrupar las fuerzas democráticas, no solo la izquierda, tienen que ser todas las fuerzas democráticas”, señaló José Ferreira da Silva, más conocido como Frei Chico.

No obstante, afirmó que no será una tarea fácil porque aún encontrará “muchos obstáculos” por el camino para ello, entre los que citó una parte de la prensa que aún tiene un actitud “odiosa” hacia el Partido de los Trabajadores (PT), que fundó y lidera Lula.

“No va a ser algo tan simple, salir y ya. Él (Lula) tiene que montar un frente de oposición de personas demócratas, de varios partidos y corrientes de pensamiento para intentar salvar Brasil”, indicó.

Frei Chico fue el responsable de introducir a su hermano en la vida sindical en plena dictadura militar (1964-1985), desde donde dio el salto a la política hasta convertirse en el presidente más popular de la historia de Brasil (2003-2010).

“Considero que algunos jueces (del Supremo) tuvieron mucho coraje al enfrentar la reacción anticonstitucional que está en desarrollo”, indicó Frei Chico, en una conversación telefónica con EFE.

Frei Chico dijo que esperará a su hermano en San Pablo.

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