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Esterilización de mujeres jóvenes: “básicamente el ginecólogo me negó la ligadura por si en algún futuro un hombre con el que me relacionara quisiera hijos” BRAGA Créditos: Marcelo Hernandez/Aton Chile

Esterilización de mujeres jóvenes: “básicamente el ginecólogo me negó la ligadura por si en algún futuro un hombre con el que me relacionara quisiera hijos”

En nuestro país, el procedimiento de ligadura de trompas se encuentra regulado en la Norma Técnica sobre Regulación de Fertilidad del año 2007, sin embargo, diversas mujeres cuentan que su decisión no se respeta, y que su atención es constantemente negada, debido a que son “muy jóvenes”, “no han tenido suficientes hijos” o “se pueden arrepentir cuando se enamoren de un hombre en el futuro”.


Francisca Arenas tiene 24 años y es de Puente Alto, después de tener a su primer hijo a los 21, decidió que sería el primero y el último que traería al mundo. Por esta razón comenzó a buscar donde hacer su ligadura de trompas, sin embargo, el camino estuvo lleno de cuestionamientos morales por parte del personal médico y barreras que no son legales.

Hace un mes fue al ginecólogo y cuando Francisca le dijo que quería la ligadura, este le preguntó si tenía pareja o si estaba con el papá de su hijo. Ante esto, ella respondió que no, que hace dos años estaba separada. Allí comenzó el cuestionamiento ilegal, “me dijo que tenía que pensarlo bien porque yo era una cabra chica que no sabía absolutamente nada de la vida y que el día de mañana iba a tener una pareja y que él al ver que yo ya tenía un hijo, me iba a pedir uno que fuera de él”, narra en conversación con El Mostrador Braga

Más lejos aún, Francisca agrega que en este relato que se estaba imaginando el doctor, ella estaría tan enamorada que efectivamente iba a “querer darle un hijo” a este supuesto hombre, pero que como estaría operada,  él se molestaría y ella iba a terminar “sola de nuevo”. 

El ginecólogo ni siquiera pensó en lo que ella quería, sino en lo que “una posible pareja quería de mí”, agrega. Francisca cuenta que ha sido súper complejo buscar a alguien que le ligue las trompas, “pienso que es extremo que un ginecólogo piense, opine y tome decisiones sobre tu cuerpo. Y eso que es ley, si tú te acercas a un ginecólogo, él por ley debería decirte ok, te las ligo porque no puedo negarte la esterilización”.

Casos como el de Francisca no son los únicos, y es que mujeres jóvenes con pocos o sin hijos que deseen acceder a este procedimiento legal, también se han tenido que enfrentar a cuestionamientos ilegales y mitos sin fundamento científico. 

La ligadura de trompas

La esterilización femenina es un método anticonceptivo no hormonal y definitivo, que consta de la ligadura o corte de las trompas uterinas impidiendo el paso de los espermatozoides y evitando así la fecundación del óvulo. Se puede realizar vía laparotomía, laparoscópica o vaginal.

Además, no existe relación entre “indicación de esterilización quirúrgica y paridad”, más bien, “es una decisión personal y familiar, la cual debe ser tomada por la mujer una vez informada mediante una consejería sobre otros métodos anticonceptivos reversibles”, explica la ginecóloga lactivista,  Elizabeth Chong, directora de agrupación Ginecólogas Chile.

La ley en Chile

En nuestro país, el procedimiento de ligadura de trompas se encuentra regulado en la Norma Técnica sobre Regulación de Fertilidad del año 2007. Asimismo, señala la coordinadora de la subcomisión de derechos sexuales y reproductivos de Abofem, Angélica Carrasco Arce, existen otras normativas asociadas a esta, tales como la ley 20.418, que tiene como objetivo reconocer legalmente el derecho que tienen las personas en materia de regulación de su fertilidad y la ley 20.584 que regula los Derechos y Deberes de los pacientes”.

En tanto, los requisitos que debe cumplir una mujer para la realización de dicha intervención es ser mayor de edad. En suma, como segundo requisito debe estar en pleno uso de sus facultades mentales, no obstante, “en aquellos casos en que las mujeres padezcan alguna enfermedad o trastorno mental que produzca carencia de discernimiento, es posible la aplicación de este procedimiento, siempre y cuando se cumpla con los requisitos señalados Norma General Técnica N° 71 sobre esterilización quirúrgica en personas con enfermedad mental”. 

En tercer lugar, la mujer debe firmar el consentimiento informado entregado previamente por el recinto de salud. En este, explica la abogada, “se deja constancia de la intención y decisión de realizarse este procedimiento”.

Si bien dicho procedimiento de esterilización está normado por ley, existen situaciones en donde se puede negar el acceso a la intervención. Por ejemplo, menciona la profesional, cuando “la salud de la mujer podría encontrarse en peligro”. 

Además, puede existir la negativa “por fundamentos éticos o religiosos, ya que, existen especialistas que sostienen que no es posible separar el fin unitivo del fin reproductivo del acto sexual, y desde esa perspectiva se genera una objeción de conciencia, que también es válida”.

Uno de los argumentos que más se repiten por parte de los profesionales de salud para negarse a realizar el procedimiento es que se es “muy joven”. Ante esto, la abogada señala que existen variadas normas y tratados internacionales suscritos y ratificados por Chile que amparan el derecho a elección. 

En este sentido, la misión del profesional es entregar orientación, consejería e información completa sobre la salud sexual y reproductiva a la paciente. Pero, enfatiza Angélica, “asumir una actitud excesivamente paternalista por parte del profesional, entregando valoraciones e interpretaciones personales al punto de manipular la decisión, no es correcto”.

Pero, ante la negativa de los médicos, en términos legales, ¿se puede hacer algo? La abogada explica que “al existir poco conocimiento sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos, también existen pocas vías de reclamación”. Pese a eso, en el caso de que el profesional se niegue a realizar la esterilización, “la mujer podría interponer una acción de protección, alegando vulneración a alguno de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política de la República, tales como, integridad psíquica o vida privada”. Para esto, el plazo para la interposición de este recurso es de 30 días desde que se constituye la afectación.

Por otra parte, Angélica señala otra opción viable, la cual es interponer un reclamo por incumplimiento de alguna de las disposiciones que establece la ley 20.584 sobre derechos y deberes del paciente, lo que deriva en un procedimiento de carácter administrativo. “De todas maneras, ninguno de estos procedimientos soluciona el vacío que existe en cuanto a la salud sexual y reproductiva”, cierra.

Exactamente el cuestionamiento planteado anteriormente fue lo que le sucedió a Natalia* (22), ella fue a la consulta de la matrona en el Hospital Clínico Fusat en Rancagua. Tenía decidido plantear sus ganas de ligarse las trompas, pero pese a su seguridad, llegó con temor “porque ya había escuchado a muchas personas, quienes habían ido al médico y se la habían negado altiro porque eran: jóvenes y sin hijos, como yo”. Se armó de valor y le consultó a la matrona sobre las posibilidades de realizarse el procedimiento.

“Altiro me dijo que probablemente me la iban a negar porque todos los médicos ginecólogos son mayores de edad y tienen un pensamiento súper arraigado en contra de este tipo de intervenciones”. De igual forma la profesional de la salud le ofreció dar la interconsulta para hablar con ellos, pero, aseguró, “es muy probable que te digan que no”. Ante este panorama desalentador y pese a tener las garantías legales para realizarlo, Natalia* prefirió no persistir en su búsqueda para hacerse la esterilización.

Mitos médicos cobre la esterilización femenina juvenil

Lamentablemente aún en la actualidad, hay mucha ignorancia médica respecto de lo que realmente le pasa o no a tu cuerpo al atravesar por una ligadura de trompas, es por eso que la doctora Chong explica algunos de los principales mitos.

Mito: “Si te esterilizas te vas a enfermar porque estás haciendo algo antinatural” 

Realidad: La esterilización se realiza en las trompas uterinas, por lo cual no afectan al útero ni los ovarios y por ende a la producción de hormonas. Es por esto que no existen cambios en relación a la menstruación, líbido, como tampoco produce cáncer ni adelanto de la menopausia.

Por el contrario, las últimas técnicas quirúrgicas consisten en el corte de las trompas uterinas reduciendo el riesgo de cáncer de trompa uterina y ovario.

Mito: “Si te esterilizas te puede dar depresión, igual que las mujeres que desean ser madres y que no pueden”

Realidad: Una esterilización informada y segura, no debería producir depresión, ya que no hay mecanismos fisiopatológicos que lo asocien. Sin embargo, la sensación de esterilidad, en caso de no haber tomado la decisión tranquila y segura, podría llevar a esta condición.

Mito: “no sirve hacerse ligadura de trompas porque te crecen y te vuelves a embarazar”

Realidad: Ningún método anticonceptivo es 100% seguro, más que la abstinencia sexual, por lo tanto, siempre queda un muy pequeño porcentaje de falla, el cual en este método es muy bajo y depende también de la técnica utilizada, siendo actualmente más segura e irreversible el corte de las trompas uterinas.

En el caso de llegar a producirse un embarazo, existe alto riesgo de presentar un embarazo ectópico. Cualquier mujer mayor de 18 años, sin ninguna condición de salud que le impida decidir, puede optar y elegir la esterilización femenina como método anticonceptivo irreversible, luego de haber recibido consejería sobre otros métodos reversibles.

Mito: “solo las mujeres heterosexuales pueden ligarse”

Realidad: no tiene nada que ver la orientación sexual de una mujer, con ejercer sus derechos sexuales y reproductivos. En este sentido, Alexa Jacques, lectora de El Mostrador Braga, cuenta que en más de una ocasión le han negado la realización del procedimiento, incluso en recintos privados como lo es Integramédica. 

En una oportunidad, un médico le dijo que “para qué quería ligarme si mi pareja era mujer, que las lesbianas no necesitan eso, que de todas formas necesitaba hijos”. En esa ocasión, Alexa salió muy mal de la consulta por discutir con el médico. “Yo soy bisexual. Terminé con ella (ex pareja) hace años ¿Qué pasa si ahora me gusta un hombre?”, expresa.

La cuarta es la vencida

El primer embarazo de Catalina Galleguillos fue en el año 2017 a los 18 años. Al enterarse de que estaba embarazada, rápidamente tomó la decisión de ligarse las trompas. Pero, a pesar de comunicarle su decisión al médico, este se negó a realizarle el procedimiento. 

Tres años después, Catalina quedó embarazada por segunda vez y nuevamente pide hacerse el procedimiento de esterilización porque ya no quería tener más hijos. “Le comenté esto a la primera ginecóloga con la que me atendí y me dijo que cómo se me ocurría, que era el primer hijo de mi pareja y cómo me iba a cerrar tanto que mi pareja se quedara con un solo hijo y que después él se iba ir con otra”, recuerda Catalina. 

Luego de la negativa de la médico, la joven visitó a dos ginecólogos más, pero ambos también se negaron argumentando que “era muy joven”. Finalmente, llegó hasta un cuarto médico, el cual accedió hacer el procedimiento. “Tuve que pagar 750 mil pesos para ligarme las trompas porque él me dijo que no me las iba a cortar. Esa era la única opción”, señala. 

En ningún momento se pensó en mí, siempre fue en el futuro de mis parejas. 

 

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