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      Aunque no lo veamos... el agro siempre está

      En medio de la celebración nacional en torno a Lionel Messi, hay una historia para contar que vincula al campo con la pelota.

      Aunque no lo veamos... el agro siempre estáAntes las pelotas de fútbol venían con “tiento”. Era la tira de cuero con que se cerraba, después de inflar la cámara y atarle el tubito por donde se insuflaba el aire.

      Cada vez que juega la Selección, el protagonista indiscutido es Messi, pero hay un actor de reparto indispensable: la pelota. De eso quiero hablarte, porque hay una historia que vincula al agro con el “fulbo”. Y hay otra con el basquet. Vidas paralelas.

      Hace 40 años, visitaba con frecuencia la ciudad de Bell Ville (Córdoba) donde me reunía con Nelson “Tito” Lambertini, uno de los directivos de Mainero. Tito me contaba que en la ciudad “todo el mundo cose fulbos”. Era más que una changa. Y la cosa venía de lejos: allí tres amigos (Romano Polo, Antonio Tossolini y Juan Valvonesi), habían inventado (y patentado) la pelota de fútbol sin tiento. Antes, la de 12 gajos tenía una cámara, una lengüeta, y se cerraba con una tira de cuero. El terror de los cabeceadores, muchos jugaban con boina. Así se consolidó una industria que sigue hasta el día de hoy y es fuente de trabajo para 500 familias.

      Varias empresas tercerizaban el trabajo de hacer una pelota, entregando los gajos a familias que los devolvían prolijamente cosidos. La más famosa fue la de 48 gajos, la “Perfecta”. Dicen los memoriosos que Mario Kempes, oriundo de Bell Ville, convirtió 200 goles con ella antes de ser la figura del mundial 78.

      Breve disgresión. Tuve el privilegio de hacerle un reportaje en enero del 75, para El Cronista Comercial, donde quienes manejaban la sección deportes eran Mario Stillman, el hoy columnista político Eduardo Van der Kooy y el gran novelista Osvaldo Soriano. Pavada de nombres… Kempes jugaba en River, con los jóvenes Daniel Passarella, el Beto Alonso, y el entrenador era Angel Labruna.

      Y estuve en aquella final en el Monumental, justo en la tribuna atrás del arco donde Kempes hizo el gol decisivo. Recordando todo esto, ayer llamé a Nelson Lambertini, hijo. Ahora, titular de Mainero. Conviene reiterar que Mainero inventó el cabezal maicero, y el sistema creado se expandió por todo el mundo. También es bueno saber que el maíz es el principal grano del mundo, en volumen. Todo el grano cosechado (más de mil millones de toneladas) pasa por el par de rolos destroncadores que diseñaron aquellos pioneros. Inventiva criolla, como la de la pelota sin tiento.

      Nelson hijo, hasta hace poco “Nelsito”, me puso en contacto con Germán Fuglini, uno de los dueños de la fábrica de pelotas Dalemás, que lidera el mercado. Son grandes amigos con Kempes, y tienen la colección de pelotas de fútbol más grande del mundo. Germán me contó toda esta historia maravillosa. Al fútbol lo inventaron los ingleses, pero la pelota que hoy recorre el mundo la inventaron (y la siguen fabricando) en Bell Ville. Talento sin tiento.

      Pasemos al basquet. El nacimiento del baloncesto tiene raíces agrícolas.

      Desde las pelotas utilizadas en la NBA hasta el deporte en sí, la agricultura tiene vínculos directos con un deporte que domina la de los EEUU desde mediados hasta finales de marzo.

      James Naismith, quien creció en una granja en Ontario, Canadá, inventó el juego en una escuela de Massachusetts. Según la Naismith Basketball Foundation, James aprendió muchas lecciones sobre honestidad, iniciativa, independencia y robustez al hacer las tareas asignadas en la chacra. Y si surgía un problema, se esperaba que él mismo lo solucionara. Valores intrínsecos del chacarero patrón.

      Si bien Naismith no siempre sobresalió en lo académico, fue un líder en su clase y un atleta prometedor. Cuando se graduó, enseñó educación física. En 1891, se le encargó crear un nuevo deporte de interior. Los principales objetivos eran "hacer que sea justo para todos los jugadores y libre de juegos bruscos".

      Clavó una canasta de fruta en una pared e hizo que los jugadores intentaran lanzarle una pelota. Enseguida, se le ocurrió cortar el fondo de la canasta para acelerar el juego.

      Los lazos agrícolas no terminan con el nacimiento del deporte. En 1975, el agricultor de Illinois, Arthur Ehrat, creó el borde de la canasta separable. Ehrat, que dirigía Farmers Elevator Co., ya había inventado un par de fertilizadoras. Según FarmWeekNow, su sobrino, que era entrenador asistente en la Universidad de St. Louis, le pidió a su tío ideas sobre un aro que no se rompiera cuando los jugadores metieran la pelota en la canasta.

      Ehrat probó resortes de válvulas de automóviles para que el aro volviera a colocarse en su lugar. Pero no eran lo suficientemente fuertes. Entonces, probó un resorte de un cultivador John Deere que tenía a mano, y funcionó. El prototipo fue apodado "The Rebounder". En 1982, ese invento finalmente recibió una patente y licenció el invento a 18 fabricantes.

      Pero volvamos a la pelota…Hoy en día, la agricultura sigue estando en la raíz del juego. La pelota oficial de la NBA, que proviene exclusivamente de Horween Leather Company, está hecha de cuero de vaca. La empresa recibe envíos de 3.000 cueros de vaca por semana, que luego pasan por un riguroso proceso de tres semanas para convertirse en el juguete con que Manu Ginóbili, Pepe Sanchez y todos los de la Generación Dorada nos hicieron subir al podio mundial.

      El agro siempre está. Aunque no lo veamos.


      Sobre la firma

      Héctor Huergo
      Héctor Huergo

      hhuergo@clarin.com

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