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      Era comerciante y transportista, pero al ver la pasión de sus hijos se metió en otro negocio

      Transportista y comerciante en Villa Ángela, Chaco, encontró en la ganadería una actividad para diversificarse. Tras iniciarse en la cría de Brangus, en pocos años, con sus hijos, armó su cabaña, se foguea en exposiciones y sueña con llegar a Palermo.

      Era comerciante y transportista, pero al ver la pasión de sus hijos se metió en otro negocioSebastián, Julieta, Alejandro, Axel y Lautaro Banegas, con dos de los ejemplares Brangus de Cabaña La Familia, que llevaron a Corrientes y fueron premiados en la Exposición Nacional de la raza.

      Una historia de años en la distribución de bebidas y gas envasado y en el transporte de cargas generales, a priori, no parece tener relación alguna con una cabaña Brangus. Pero, a la hora de buscar nuevos negocios o reinventarse como emprendedor, iniciarse en la cría de vacunos, crecer y animarse a dar el salto y comenzar a criar ganado de pedigree, además de una herramienta válida, fue también una forma de integrar a la familia y capitalizar el entusiasmo de las generaciones más jóvenes que, motivadas por el contacto con los animales, impulsan a sus mayores a invertir en el negocio ganadero.

      Este es el caso de Alejandro Banegas (46), oriundo de Villa Ángela, Chaco, quien, tras años de trayectoria en el transporte y el comercio, a fines de 2018, comenzó a plantearse la posibilidad de hacer un cambio en su actividad y buscar nuevos horizontes que, en pocos años, fue encontrando en la ganadería.

      “Comenzó a caer el transporte y mi ex esposa, de familia ganadera, me sugirió que invirtiera en ganadería, como una forma de diversificar el negocio de los camiones”, cuenta Alejandro. Su empresa llegó a tener 12 equipos de transporte, de los cuales hoy quedan 6, al reducir su negocio de distribución para invertir en ganadería. Con la venta del primero de ellos, compró campo de 70 ha, a 15 km de Villa Angela.

      La primera exposición

      Al comienzo, esa inversión fue para hacer cría, actividad que inició comprando vacas Brangus en cabañas reconocidas y en remates de la raza. Durante aproximadamente 1 año y medio se dedicó exclusivamente a esa actividad, haciendo inseminación artificial y repaso natural con toros de punta. Posteriormente, alquiló un campo de 500 ha y otro de 350 ha.

      “Un año y medio después, en 2019, compramos vaquillonas y un toro de alta genética. Así logramos el primer ternero puro de pedigree e, impulsado por Diego Zago, de Cabaña Las Dos A, que me vendió las primeras vacas de elite y los primeros toros, lo llevamos a la exposición nacional Brangus de ese año”.

      Alejandro recuerda que “al comienzo compraba animales de pedigree, pero sin la idea de hacer una cabaña, sino de lograr buena hacienda para tener terneros que pudieran venderse bien. De esos animales comerciales, nacían algunos inscriptos buenos y allí comenzó la idea de iniciar la cabaña. Empezamos a comprar vaquillonas de punta de varias cabañas que pasaron a ser nuestras donantes, con las que empezamos a hacer transferencia embrionaria, en 2020. Tenemos unas 500 vacas receptoras de rodeo general y unas 200 inscriptas, de las cuales 80 son de elite”, detalla.

      “Por el impulso de mis hijos”

      Y agrega: “Decidimos armar la cabaña como una forma de no quedarse”. Transcurrida esa primera experiencia como expositores de pedigree, continuaron comprando genética en varias cabañas reconocidas y consolidaron su propia cabaña, La Familia, tal el nombre que le pusieron no solo al establecimiento sino a la sociedad que Alejandro formó con sus 4 hijos, Sebastián (26), Julieta (23), Axel (22), y Lautaro (20), tan impulsores como él del emprendimiento ganadero.

      A propósito, Alejandro cuenta: “me metí en la cabaña por el impulso de mis hijos. Ver su apasionamiento me convenció de armarla, para que les quede a ellos en el futuro. Los apasionados son dos: el que está al frente, Sebastián, que hizo cursos de inseminación, manejo de pasturas y se fue perfeccionando en eso, y Lautaro, que está estudiando veterinaria. Su entusiasmo me inspiró a mí a apoyarlos e invertir, porque sé que ellos van a seguir con la cabaña”.

      Sebastián, quien, tras años de trabajar con su papá, Alejandro, en la distribuidora y en el transporte, cambió de rubro y se hizo cargo de la cabaña, agrega que “al armar la cabaña hace 2 años y medio, comprando las primeras vaquillonas donantes, empezamos a invertir en genética que es lo que te lleva a la excelencia. Hacemos trasplante embrionario, inseminación y monta natural. Tenemos 22 donantes de cabañas reconocidas”, y toros propios de pedigree, negro y colorado, de 3 años de edad”. explica.

      Cuenta que La Familia piensa seguir creciendo y diversificando su producción. “Tenemos la idea de hacer Braford, pero primero nos queremos afianzar en el Brangus”, adelanta.

      Consultado sobre qué es lo que más disfruta del trabajo en la cabaña, no duda: “Me gusta todo, pero especialmente estar con los animales, amansarlos, bañarlos y estar en contacto con ellos”. Y agregó: “La genética en sí es lo que te llama; en las exposiciones uno ve vacas y toros muy buenos y uno se quiere llevar todo. El mayor desafío que tenemos es sacar un campeón nacional”.

      Trabajo y estudio

      En tanto, Lautaro (20), el más chico de los hermanos Banegas, está cursando el 1° año de veterinaria, en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), en Corrientes, carrera que demoró un año en comenzar, para trabajar en el campo y ayudar a la consolidación de la cabaña. “El campo me gusta hace mucho. Cuando comenzamos con la cabaña, me dedicaba al amanse de los animales y hacerlos caminar para prepararlos para las exposiciones”, una tarea que ahora sigue su hermano y en el que él ayuda, cada vez que regresa de Corrientes a Villa Ángela, cuando la cursada de la facultad le permite hacer una pausa.

      Si bien está en los comienzos de su carrera universitaria, respecto de su futuro profesional, señala que “en Villa Ángela hay muy pocos veterinarios y cuando me reciba voy a trabajar para para mejorar y apuntalar la genética de la cabaña, y también para otros productores colegas, ya que con la cabaña nos hicimos de muchos conocidos en la actividad”.

      Con algunos años de recorrido en exposiciones, los Banegas y sus Brangus de La Familia ya pasaron por 3 exposiciones nacionales de la raza y, próximamente, planean estar en General José de San Martín, Chaco, y en Santiago del Estero, en la Expo Bra (Brangus, Braford y Brahman).

      La semana pasada estuvieron en la nacional Brangus 2023, realizada en la Sociedad Rural de Corrientes, que coincidió con el mundial de la raza, celebrado este año en la Argentina y organizado por la Asociación Argentina de Brangus y Expoagro. Allí llevaron 3 animales, 2 hembras (ternera y vaquillona intermedia) y 1 macho (ternero intermedio), con los cuales obtuvieron sendos segundos puestos con la vaquillona y el ternero, en sus respectivas categorías.

      La Familia se plantea nuevos retos y por eso piensa en grande buscando su proyección nacional: “Este año la idea es tratar de llegar a Palermo, en julio, con dos animales” se entusiasma Alejandro.


      Sobre la firma

      Gastón Guido

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