Otra función lúgubre baja el telón de Los Cármenes (1-2)

El Celta se salva en el último partido del Granada en casa, que sirvió para despedir a un Antonio Puertas que tuvo el empate de penalti en el alargue

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Lucas Boyé pugna por el balón en un lance del partido | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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Otra función lúgubre del Granada baja el telón de Los Cármenes hasta la próxima temporada, en la que, de nuevo, será escenario de interpretaciones de Segunda. Una despedida por todo lo bajo, acorde a la funesta campaña que ha realizado el conjunto rojiblanco. No hubo en los de José Ramón Sandoval un ápice de dignidad, con la salvedad de Rodelas, impetuoso ante su afición. Era el único que realmente quería jugar. El equipo se desintegró en cuanto salió del campo y el Celta lo devoró en un par de minutos, afilados Strand Larsen y Bamba. Bruno Méndez maqueó el electrónico en la recta final, pero ya solo quedaba homenajear a Puertas, leyenda del club no siempre bien ponderada. El almeriense tuvo desde los once metros la oportunidad de endulzar el adiós, pero mandó el penal al larguero. El cierre soñado que se le convertirá en pesadilla. Al menos, al vetusto estadio del Zaidín le queda el consuelo de que lo próximo que vivirá, con Saiko sobre la tarima, será una fiesta como no la ha vivido en todo el curso.

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Coincidieron el reconocimiento al de Benahadux y a Víctor Díaz con la primera titularidad de Rodelas. Chiqui, como le conocen, tiene 19 años, rebosa desparpajo y luce el dorsal que liberó Bryan, señal manifiesta para quienes buscan alguna a la que aferrarse. Sandoval parece creyente y ve en él al elegido para sacar al Granada del reverso tenebroso del fútbol, la nueva esperanza rojiblanca. Le soltó en pleno réquiem de un equipo que ya huele, desprovisto de ilusiones hace semanas y sin más objetivos que la defensa del amor propio. Puso las ganas que faltaban en los demás contendientes y terminó por contagiar con su espíritu a sus compañeros en un inicio pujante. Se desinflaron rápido, aunque resistieron mientras al Celta lo gobernaba el nerviosismo. La segunda mitad fue otra historia, sobre todo desde que el canterano abandonó el césped. Los visitantes se salvaron con poco y a Puertas se le fue arriba el broche a su trayectoria como rojiblanco.

Rodelas soltaba dentelladas al mínimo atisbo de duda celeste, alimento para el alma de una hinchada en cuyo corazón sangra ya otra herida. El canterano olfateó el peligro nada más comenzar, aletargados los de Giráldez, y atacó el primer poste con la servilleta ya en el cuello de la camiseta, pero Pellistri quiso comerse su guisado y pateó arriba. Era el ímpetu del chaval lo que revolucionaba un encuentro que pareció sobrar hasta a Iago Aspas, siempre motivado contra los nazaríes. El balón empezó a sobrevolar las dependencias de Guaita y, en un córner madrugador, Lucas Boyé forzó la estirada del guardameta, arácnido para repeler el frentazo. "¡Aish!", exclamó Los Cármenes cuando al futbolista de Alhendín se le escapó el primer control, al tiempo que su equipo se apagaba.

El duelo tornó en un trámite incómodo, tedioso para todos hasta que el Cádiz se adelantó ante Las Palmas. La noticia debió de llegar al césped y el Celta espabiló, pese a que la diana fue anulada. Entre eso y algún remate fallido de Lucas Boyé, seguro también Guaita cuando Gumbau le buscó desde la misma esquina, el miedo penetró en las venas celestes y los vigueses comenzaron a hostigar. Hugo Álvarez bailó a Neva y le coló entre las piernas un pase que Luca de la Torre golpeó como palo de golf al pecho de Marc Martínez, hasta entonces aburrido. Desvió después con la mirada una volea de Hugo Sotelo, endiablada la triangulación celtista en la frontal, y escupió con firmeza otro par de remates, el último de Aspas, que empezaba a activarse. La retahíla de intentonas desembocó en un postrero córner en el que Strand Larsen aterrizó como un Boeing 747 al remate, directo al lateral de la red.

A Giráldez le empezó a inquietar lo que veía y volvió del receso con reclutas nuevos, alistados Fran Beltrán y Bamba para amarrar los puntos. Al Granada se le hacía ya larga la pachanga y se descompuso en cuanto sacó a Chiqui del campo. Sandoval lo mandó a guardar, aplaudido por su hinchada, y en dos minutos se le deshizo el equipo. Entró en su lugar Gonzalo Villar, que observó en la distancia cómo Hugo Sotelo, tras un saque de banda, llegaba a la línea de fondo sin perseguidor, con tiempo para escrutar el horizonte en busca de un aliado. Apareció Strand Larsen en la pintura como un pívot en baloncesto para empujar sin oposición. Casi se escuchó el desplome rojiblanco, pero no hubo tiempo ni a que se intentara levantar. Nada más sacar de centro, el noruego se coló por la misma hendidura que se había abierto en el entramado nazarí. Desde el otro costado voló Bamba al primer poste para apuntarse en esta ocasión el gol. ¡Chas! 0-2 en un parpadeo.

La obra no tuvo más historia en un tercer acto que, de nuevo, estuvo de más. El Granada se arrastró sin honor ni decencia, como una mala melodía que suscita escalofríos, por más que Bruno Méndez maquillara el marcador cuando ya nadie jugaba, cruel el destino con Puertas en el tiempo extra. En algunos momentos, sonó a "¡directiva, dimisión!". Los rojiblancos se retorcieron por el césped en otro cierre bochornoso en lo que el estadio se iba vaciando. En el goteo, algún hincha se detenía a lanzar una mirada triste de despedida, como aquella que Ryan Gosling cruzó con Emma Stone en la oscarizada La La Land, que en realidad encerraba un escenario imaginario en el que el desenlace era bien distinto. "Nos vemos en agosto", parecieron decir algunos fieles.


Ficha técnica:

Granada CF: Marc Martínez; Bruno Méndez (Ricard, 90’), Miguel Rubio, Torrente (Piatkowski, 73’), Carlos Neva; Martin Hongla (Melendo, 73’), Sergio Ruiz, Gumbau; Pellistri (Puertas, 90’), Rodelas (Gonzalo Villar, 60’) y Lucas Boyé.

Celta de Vigo: Guaita; Óscar Mingueza, Manquillo, Starfelt (Carlos Domínguez, 85’), Jailson, Hugo Álvarez; Luca de la Torre (Fran Beltrán, 46’), Renato Tapia (Bamba, 46’); Iago Aspas, Strand Larsen (Douvikas, 63’) y Hugo Sotelo (Unai Núñez, 79’).

Goles: 0-1: Strand Larsen, min. 61; 0-2: Bamba, min. 63; 1-2: Bruno Méndez, min. 87.

Árbitro: Javier Alberola Rojas, del comité castellanomanchego. Amonestó a los locales Bruno Méndez y Torrente, así como al visitante Hugo Sotelo.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 37ª jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 11.473 espectadores. Antes del partido, el Granada CF rindió homenaje a Víctor Díaz y Antonio Puertas, jugadores del club rojiblanco que no continuarán en el equipo la próxima temporada.