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Retos y realidades sobre las niñas en México

Opinión

Cecilia Durán Mena - Las ventanas

En México festejamos el día del niño el 30 de abril, mientras en el mundo se festeja el 20 de noviembre que a la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual ha sido ratificada por casi todos los países en el mundo, entre ellos México. La aprobación se dio en 1989. Por supuesto, para evitar que la fecha se encimara con la conmemoración de la Revolución Mexicana, los mexicanos movimos la fecha y parece que dejamos en el tintero el compromiso.

Con la ratificación, nuestro país asumió el encargo de establecer medidas administrativas, legislativas y de cualquier otra índole para dar efectividad a los derechos reconocidos en ella, velando siempre por el interés superior del niño. Sin embargo, los datos nos dejan ver la debilidad del compromiso asumido. Desgraciadamente, la niñez mexicana en su totalidad no tiene asegurado un acceso pleno a la educación ni presencia cotidiana de la salud y seguridad social ni se cerciora que la niñez viva en espacios que tengan calidad suficiente, que le lleguen servicios a la vivienda y fortalecer el acceso a la educación. Si esto es grave, la gravedad se profundiza si eres niña.

Según la organización Save the children: el 53.9% de las niñas viven en pobreza y por si eso fuera poco, el 11.6% viven en condiciones de pobreza extrema. Además, 62.3% de las niñas y las adolescentes no tiene acceso a seguridad social. Y tristemente, 27.6% de la población de niñas y mujeres adolescentes carece de acceso a la alimentación. En México las niñas casi dieciocho millones de niñas y mujeres adolescentes enfrentan retos particulares que les impiden ejercer plenamente sus derechos, tres ejes destacan en el problema: el económico, el educativo y el ocupacional.

Ver nota: Senado aprueba en lo general la reforma a la Ley Minera de AMLO

Si conforme a las cifras de Save the children las niñas viven en situación de pobreza, en términos de educación las cifras no mejoran. El 7.5% de las mujeres menores de 18 años no asiste a la escuela o no cuenta con la educación básica obligatoria. Hay 123,318 niñas de entre 6 y 11 años que se encuentran fuera de la educación primaria y 101,163 mujeres adolescentes entre 12 y 14 años que están fuera de la educación secundaria, 1,152, 333 mujeres de entre 15 y 17 años están fuera de la educación media superior. La proporción de mujeres indígenas de 15 a 17 años que no cursan la educación media superior es de 38.3%, mientras que la de mujeres no indígenas que no asiste a la escuela es de 29.9 por ciento.

Claro, tenemos niñas pobres, con pocas oportunidades que trabajan mucho en condiciones deplorables. Save the children dice que 289,354 niñas y adolescentes menores de 15 años trabajan, 320,284 mujeres adolescentes trabajan en ocupaciones peligrosas que implican riesgo para su integridad y salud 22.3% de las mujeres entre 15 y 19 años no estudia ni trabaja. El 15.3% de las y los adolescentes de 15 a 19 años en México no estudia ni trabaja, porcentaje que para los hombres es de 8.6% y para las mujeres se eleva a 22.3 por ciento.

¿Por dónde empezar? Lo primero es emprender acciones que den poder económico a las familias de manera que las niñas no tengan que abandonar la escuela o que se casen por motivos de pobreza. Es indispensable buscar la equidad, modificar leyes, políticas, normas y prácticas discriminatorias y construir entornos facilitadores para transformar las vidas de las pequeñas. Intensificar las voces de las niñas mediante oportunidades reales para que sean ellas las que propongan las mejores acciones para protegerlas de la violencia.

Nuestras niñas tienen que sentirse protegidas y amadas, no se sienten así. Debieran estar disfrutando los primeros años de vida, jugando como es propio de su edad, alejarlas del mundo de las drogas, el alcohol y la violencia. No sucede así. Tenemos un gran pendiente con nuestras niñas mexicanas.

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