EE.UU.: nuevas reglas protegen a militares gay

  • Redacción
  • BBC Mundo
Militares estadounidenses marchando
Pie de foto, La ley actual fuerza a hombres y mujeres jóvenes a mentir respecto a lo que son

El Pentágono se apronta a hacer más difícil la expulsión de homosexuales desde dentro de las filas militares estadounidenses en razón de su sexualidad.

El secretario de Defensa, Robert Gates, dio a conocer que nuevas disposiciones, introducidas con efecto inmediato, amplían las exigencias para lo que constituye "evidencia digna de crédito", necesaria para iniciar una investigación, y aumentan el rango de los oficiales que pueden iniciar esta investigaciones.

La medida tiene el carácter provisional, mientras el Congreso discute la eliminación de la política actual, conocida como "Don't ask, don't tell" ("No pregunte, no cuente")- que establece que los homosexuales pueden entrar a la carrera militar siempre que mantengan su sexualidad en secreto.

Iniciativa de senadores

A principios de este mes, un grupo de senadores presentó un proyecto de ley para terminar con la prohibición de aceptar homosexuales en las filas de las fuerzas armadas, un plan apoyado por el presidente Barack Obama, pero al que se oponen algunos militares de alto rango.

Sin embargo, el oficial de más alto rango, el almirante Mike Mullen, director del Estado Mayor Conjunto, le dio su más clara aprobación al plan para terminar con la prohibición cuando afirmó que la actual ley "fuerza a hombres y mujeres jóvenes a mentir respecto a lo que son para poder defender a sus compatriotas".

La idea de cambiar la ley de "No pregunte, no cuente" es una vieja aspiración de los demócratas que quiso impulsar, en su momento, el presidente Bill Clinton, quien se topó con una fuerte oposición del Congreso.

La norma, promulgada en 1993, le costó la carrera a más de 10.000 personas cuya homosexualidad se hizo pública, sostiene Steve Kingstone, corresponsal de la BBC en Washington.

La actual ley es, justamente, el resultado de la negociación entre las diferentes posiciones sobre el asunto y, desde que entró en vigencia, unos 13.500 militares estadounidenses han sido despedidos por violarla, por lo que grupos de defensa de derechos civiles la denuncian como discriminatoria.