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Exposición Escultura y obra sobre papel en la Fundación Sebastián, hasta el 28 de mayo

Ximena Alarcón concibe sus creaciones como una rebeldía ante el desgarre

En sus dibujos, fotografías y piezas refleja su interés por que el arte trascienda su virtud estética hacia la crítica: Son una manera de decir que debemos mantenernos vivos

Foto
Ximena Alarcón radica en París desde 1997, donde ya es reconocida en el campo del diseño de joyasFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de mayo de 2015, p. 8

La de Ximena Alarcón Riquelme (ciudad de México, 1968) es una búsqueda que trasciende los valores estéticos del arte. ¿De qué sirve la belleza si sólo se queda en eso, en belleza, y no nos dice algo más profundo?, reflexiona la artista visual.

De allí que lograr el equilibrio entre la estética y el contenido sea una de las principales aspiraciones que motivan su quehacer, como lo plantea en la muestra Escultura y obra sobre papel, inaugurada el jueves en la Fundación Sebastián (avenida Patriotismo 304, San Pedro de Los Pinos), donde se mantendrá hasta el 28 de mayo.

Desfogue y desahogo

La exposición está integrada por una veintena de esculturas en acero y ocho obras gráficas, cuatro de las cuales son dibujos y otras tantas fotografías intervenidas, a manera de collage.

Es en esta última parte, la gráfica, en la que la también diseñadora de joyas, radicada en París desde 1997, hace valer su convicción del arte como medio de análisis y reflexión, e incluso de vehículo crítico.

Los dibujos y las fotografías, todos en gran formato, hacen referencia a temas a los que Ximena Alarcón es muy sensible en términos sociales y políticos, en tanto su condición de género y como inmigrante: la migración, el racismo y la opresión social contra la mujer.

Todas son obras muy personales e íntimas. Las hice como un desfogue, un desahogo, ante la sensación de estar desgarrada entre un lugar y el otro, entre París y México, y todo lo que me toca observar, explica en entrevista.

“Soy privilegiada, pues he sufrido discriminación, aunque en mucho menor medida que aquellos que se aventuran a cruzar el Mediterráneo en busca de supuestas mejores condiciones de vida, los cuales, si no se ahogan y mueren en el intento, al llegar son maltratados.

Estos dibujos y fotografías son, pues, una manera de decir que debemos mantenernos vivos, una especie de resistencia y rebeldía ante el desgarre. Son parlamentos muy personales, de enojo, tristeza y frustración.

En lo que respecta a las piezas dedicadas a la condición de las mujeres, la artista precisa que su propósito es poner sobre la mesa las formas tan marcadas de sexismo, abuso, cosificación y discriminación que prevalecen en México contra el sexo femenino y lo relativo a éste.

La parte estrictamente estética de la exposición, en tanto, recae en las 20 esculturas que la integran. La autora hace patente en ellas su interés y gusto por lo geométrico, con piezas en acero estructuradas a partir de cuadros y cubos cuya austeridad y preciosismo evoca los trabajos de José Oteyza, Eduardo Chillida y David Smith.

Desde hace casi 16 años he trabajado en la joyería a partir de elementos geométricos simples, como ahora lo hago en la escultura. Es algo muy intuitivo que me da la idea de infinito, son formas que permiten expresar una búsqueda del espacio, del equilibrio y la estética, señala.

Reconocida ya en Francia dentro del campo del diseño de joyería, Ximena Alarcón resalta que su trabajo tiene también mucho de carga identitaria:

Cuando se vive fuera y en un país colonizador, uno se vuelve más sensible: o entiendes quién eres y que tienes una fuerza en lo que eres, o te carga la fregada. Soy revanchista, muy de buscar y entender quién soy.