Revista Ecos de Asia

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This article was written on 27 Nov 2015, and is filled under Arte.

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Buscando el arte asiático en la Ciudad de México II

Artículo en colaboración con David Lacasta.

En este artículo proseguimos nuestro recorrido en busca del arte asiático en la ciudad de México, dedicándonos esta vez al adquirido y producido en época más reciente, símbolo innegable de la fascinación que el Extremo Oriente continuó, y continua, causando en los grandes coleccionistas; por otra parte, cada vez son más los artistas de origen asiático que visitan la ciudad y dejan su impronta en galerías y museos.

Dentro del primer ámbito, podemos comprobar fácilmente cómo la sensibilidad oriental atrajo a algunos de los más grandes coleccionistas mexicanos del siglo XX, como Álvar Carillo Gil, Dolores Olmedo y, continuando hasta la época presente, el multimillonario Carlos Slim, haciendo que el arte asiático más reciente esté presente en museos tan visitados como los siguientes:

Museo de arte Carrillo Gil[1]

Museo de Arte Carrillo Gil

Museo de Arte Carrillo Gil

Litografía de Zao Wou ki, propiedad del museo.

Litografía de Zao Wou ki, propiedad del museo.

Dentro de los variados fondos del museo, la mayoría pertenecientes a la antigua colección privada del doctor Álvar Carillo Gil,[2] centrados en el arte contemporáneo, sobresale su colección de arte japonés, compuesta por 279 estampas y 23 kakemonos. [3] Esta contiene obras de más de ochenta artistas japoneses (entre los que destacan grandes nombres, como Harunobu, Hiroshige, Hokusai, Utamaro, Kunisada III, Moronobu, Sadanobu, Sharaku, Kunichika u Ogata Korin) y se compone de piezas en diferente estado de conservación, entre las que destaca una gran cantidad de bijin-ga de diferentes autores y los diez tomos del manga de Hokusai. Buena parte de la misma puede visualizarse en línea en la página del museo. En la década de los 50, Carrillo Gil también compraría numerosas obras del artista sino-francés Zao Wou ki, en boga en la capital mexicana gracias a la labor de galeristas como Alberto Misrachi.

Algunos de los ukiyo-e que posee el museo

Algunos de los ukiyo-e que posee el museo

Museo Dolores Olmedo[4]

Museo Dolores Olmedo

Museo Dolores Olmedo

Aunque Dolores Olmedo[5] es recordada por muchas otras razones antes que como coleccionista de arte oriental, lo cierto es que hasta hace muy pocos años, en 1994, se exhibió buena parte de su colección en sus dependencias personales del Museo Dolores Olmedo, ubicado en la que fuera su vivienda, en la hacienda La Noria en Xochimilco. La exuberante colección, que pertenece actualmente a los herederos de la musa y mecenas (y que inexplicablemente, no ha recibido estudios), está conformada por más de trescientas piezas de origen chino –principalmente–, indio y japonés, y compuesta esencialmente de marfiles, porcelanas, jades y hasta bronces, que componen esculturas, biombos, mobiliario y otros objetos decorativos.

La sala principal muestra buena parte de la exuberante colección asiático de D. Olmedo. Fotografía de Marisa Peiró Márquez.

La sala principal muestra buena parte de la exuberante colección asiático de D. Olmedo. Fotografía de Marisa Peiró Márquez.

La colección asiática también se expone en el dormitorio. Fotografía de Marisa Peiró Márzquez.

La colección asiática también se expone en el dormitorio. Fotografía de Marisa Peiró Márquez.

Mosaico con algunas de las muchas y variadas piezas asiáticas que pertenecieron a Dolores Olmedo. Fotografías de Marisa Peiró Márzquez.

Mosaico con algunas de las muchas y variadas piezas asiáticas que pertenecieron a Dolores Olmedo. Fotografías de Marisa Peiró Márquez.

Entre las piezas japonesas destaca una buena cantidad de netsukes.

Entre las piezas japonesas destaca una buena cantidad de netsukes.

Museo Soumaya[6]

Museo Soumaya

Museo Soumaya

Por su parte, el Museo Soumaya tiene en su variado y riquísimo haber dos importantes y singulares colecciones de arte asiático. La primera de ellas, correspondiente a los marfiles, ha estado recientemente expuesta a partir de una gran exposición llamada “Asia en marfil” (un folleto detallado de la misma puede verse aquí); la segunda corresponde a una exquisita colección de biombos del periodo virreinal -que también han sido objeto de exposición-[7] y que muestran de manera impecable la influencia del arte asiático en una tipología ya de por sí híbrida; esta se complementa con la presencia de otros objetos de mobiliario novohispano que también presentan influencia oriental en sus enconchados y taraceas.

Uno de los biombos cantoneses del Museo Soumaya.

Uno de los biombos cantoneses del Museo Soumaya.

La colección de marfiles que se expuso en “Asia en marfil” constaba de unas seiscientas piezas (al acervo preexistente se agregaron las provenientes de una donación) realizadas en dicho material. Estas eran tanto de origen asiático como occidental, mostrando iconografías de ambos casos, así como piezas híbridas (a nuestro gusto, las más interesantes). Dentro de los marfiles de temas y creación puramente asiático, casi todos datados en los siglos XIX y XX, destacaban figuras asociadas a la mitología y al folclore de China y Japón, que en su mayoría fueron concebidas y realizadas para el disfrute estético del más amplio público occidental (y no para el culto, como podría pensarse), algo que contrasta con la imaginería cristiana que se reproduce en las piezas de las escuelas indo-portuguesa e hispano-filipina, que datan del periodo virreinal y que eran, por norma general, objetos de culto.

Algunos de los marfiles del Museo Soumaya.

Algunos de los marfiles del Museo Soumaya.

Por otra parte, también en la Ciudad de México se encuentran muestras de artistas asiáticos más contemporáneos, aunque su contemplación pueda resultar menos atractiva. Por ejemplo, el Museo Colección Blaisten, que hace unos años cerró sus puertas, conserva asimismo obras de origen asiático, disponibles en línea gracias a la digitalización de las mismas que se llevó a cabo para su innovadora propuesta museográfica: se trata de algunas -sin duda, no las más brillantes- creaciones del japonés Tamiji Kitagawa[8] (junto a Isamu Noguchi[9] y Seki Sano, sin duda el más célebre de los visitantes de origen japonés en México) y del mexicano Luis Nishizawa Flores, de padre japonés.

Algunas de las obras de Tamiji Kitagawa del Museo Colección Blaisten.

Algunas de las obras de Tamiji Kitagawa del Museo Colección Blaisten.

Mural en el Mercado Abelardo Rodríguez, obra de Isamu Noguchi, 1936.

Mural en el Mercado Abelardo Rodríguez, obra de Isamu Noguchi, 1936.

Nishizawa fue también el autor de numerosos murales -tanto pictóricos como escultóricos- para importantes edificios de carácter público u oficial (realizados en ámbito tanto nacional como internacional); en la Ciudad de México podemos encontrar murales del artista en lugares tan importantes como la Secretaría de Educación Pública, la Suprema Corte de la Nación o la Universidad Nacional Autónoma de México. Los temas eminentemente prehispánicos y nacionalistas de los mismos, poco o nada revelan de los orígenes culturales del autor que, no obstante, fue muy conocido dentro de la pintura figurativa nacional hasta su fallecimiento en 2014.

Mural conmemorativo del 75 aniversario de la reapertura de la Universidad Nacional, Luis Nishizawa, 1958

Mural conmemorativo del 75 aniversario de la reapertura de la Universidad Nacional, Luis Nishizawa, 1958.

Dejando para otras ocasión el análisis de Museo Nacional de las Culturas (de carácter eminentemente didáctico y que en el caso asiático exhibe mayoritariamente reproducciones), así como otras manifestaciones de arte público de carácter más tradicional (como el arco del Barrio Chino o el Pabellón Coreano de la Amistad) y de diferentes lugares de celebraciones religiosas, concluimos nuestro breve recorrido en busca del arte asiático de la Ciudad de México, confiando haber animado al lector a disfrutar del mismo.


Notas:

[1] Abierto desde 1974 en el agradable barrio de San Ángel, los fondos del museo constan de 1775 piezas, en su mayoría pertenecientes a la colección privada de Carrillo Gil, así como a sucesivas donaciones. Destaca por su gran diversidad de medios: pintura, grabado, litografía, serigrafía, collage, dibujo, fotografía, instalación, arte objeto, libro de artista, escultura y vídeo.

[2] Álvar Carrillo Gil (1898-1974) fue un pediatra mexicano y afamado coleccionista de arte que reunió una sobresaliente colección con la obra de los principales artistas mexicanos de la primera mitad del siglo XX, entre las que destacan obras de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. La principal estudiosa de la labor de Carillo Gil es la investigadora Ana Garduño.

[3] Según Inagaki, Carrillo Gil habría comprado buena parte de esta serie de obras en Japón, durante un viaje que realizó en 1955, aunque comenzó a comprar arte japonés en París y Estados Unidos. Esta colección se expuso públicamente por primera vez en 1956 en el Palacio de Bellas Artes. Para más información, véase Inagaki, I., y E.G. Kim, Ukiyo-e: Estampa Japonesa. Ciudad de México, Museo De Arte Contemporáneo Alvar Y Carmen T. De Carrillo Gil, 1993, pp. 13 y 15.

[4] El Museo Dolores Olmedo se encuentra en la ex hacienda La Noria, cuya construcción data del siglo XVII, en la zona más terrestre de la Delegación Xochimilco, y fue abierto al público en 1994, por deseo de la mecenas y coleccionista en la que fuera su vivienda. Contiene una de las mejores y mayores colecciones de obras de Diego Rivera (íntimo amigo de Olmedo, que supervisó la futura exhibición de sus obras), así como numerosas obras de Frida Kahlo y Angelina Beloff, además de una imponente muestra de arte prehispánico, virreinal y contemporáneo mexicano -de corte popular-. En sus amplias instalaciones y jardines (habitados por numerosos pavos reales y xoloitzcuintles, que Olmedo adoraba), se realizan también numerosas exposiciones temporales y actividades culturales de corte musical y popular.

[5] Dolores Olmedo (1908-2002) fue una importante empresaria y coleccionista de arte mexicana. Se le suele considerar como una musa que inspiró a varios artistas mexicanos, entre ellos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Jugó un importante papel en el panorama político y social del México de siglo XX, emprendiendo la construcción de numerosas obras públicas, así como mediante la promoción turística del país y de sus manifestaciones artísticas.

[6] El Museo Soumaya, que reúne las colecciones del empresario mexicano Carlos Slim -así como numerosas donaciones-, fue creado por él mismo en honor a su esposa -Soumaya Domit-. Actualmente, cuenta con dos sedes: un rehabilitado edificio industrial dentro de Plaza Loreto (que contiene exposiciones temporales y permanentes, entre las que destaca de la Calendarios Mexicanos y la muestra escultórica centrada en la obra de Rodin), inaugurada en 1994, y el modernísimo edificio de Plaza Carso, diseñado por el arquitecto Fernando Romero e inaugurado en 2011. Este edifico contiene el grueso de las colecciones, que van desde arte prehispánico mesoamericano a los grandes artistas europeos de los siglos XIX y XX, y que reúnen un total de más de 66 000 obras.

[7]  Un catálogo de la misma es CURIEL, Gustavo (de), Viento detenido, mitologías e historias en el arte del biombo. Ciudad de México, Editorial Museo de Soumaya, 1999.

[8] Tamiji Kitagawa (1894-1989). Nacido en la Prefectura de Sizhouka (Japón), partió en 1913 a estudiar pintura a los Estados Unidos, bajo la tutela de John Sloan. Más adelante, entraría a la Real Academia de San Carlos de la Ciudad de México y, durante este periodo, se relacionó con artistas de la talla de Rivera, Orozco y Siqueiros, antes de asentarse definitivamente en Taxco en 1931. Regresaría a Japón en 1936.

[9] Durante unas vacaciones en México, en las que Noguchi conoció a personajes como Frida Kahlo y Diego Rivera, le fue encargado su primer trabajo de carácter público: un mural escultórico llamado “La Historia vista desde México en 1936”, ubicado en el mercado Abelardo Rodríguez.

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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