Revista Ecos de Asia

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This article was written on 28 Oct 2014, and is filled under Cine y TV.

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Robots vs. zombies: La batalla de los malditos.

Cartel de La batalla de los malditos.

Cartel de La batalla de los malditos.

En La batalla de los malditos (Battle of the damned, Christopher Hatton, 2013) nos encontramos en un futuro postapocalíptico en el que un fallo de seguridad ha provocado que un peligroso virus infecte a la población. La zona infectada se encuentra vigilada y controlada y es allí donde nuestro protagonista, un tipo duro de armas tomar, debe infiltrarse con un grupo de hombres para buscar a la hija del supuesto responsable del cataclismo a cambio de una importante suma de dinero. En la ciudad, sin embargo, siguen quedando zombies hambrientos a los que un pequeño grupo de supervivientes intenta combatir. El fallo de seguridad que había desencadenado la infección parece haber liberado a un grupo de robots armados y peligrosos, una nueva amenaza a combatir o quizá el arma definitiva contra los infectados.

A pesar del tono de la película, siempre es una sorpresa agradable contar con la presencia de Dolph Lundgren interpretando al tipo duro y protagonista de la película: el mayor Max Gatling. El lector lo recordará probablemente por Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985), donde interpretaba a Ivan Drago, y por Soldado universal (Universal soldier, Roland Emmerich, 1992). Dolph Lundgren suele interpretar al típico héroe de acción y aquí no iba a ser menos: un mercenario, solo ante el peligro, que va en busca de una chica desaparecida en la zona infectada. Valiente, fuerte, tenaz y poco expresivo, no tiene problemas en enfrentarse contra un montón de infectados a la vez que consigue tener a su servicio a un pequeño ejército de robots guardaespaldas. La misión es lo único que importa, aparte de un buen puñado de dólares.

Nuestro héroe de acción con los zombies a la espalda.

Nuestro héroe de acción con los zombies a la espalda.

En realidad, quizá sea sólo eso lo que merece la pena de esta película: Dolph Lundgren peleando mientras un montón de robots (atención al perro robot, no tiene desperdicio) tirotean zombies. El resto de los personajes resultan terriblemente insufribles: Duke (David Field), el egocéntrico líder de los supervivientes, Anna (Oda Maria), la que sabemos que va a ser carne de cañón de un momento a otro, Elvis (Jen Sung), el guerrero sanguinario que parece estar muy cómodo en el apocalipsis, Lynn (Lydia Look), cuya forma de correr saca de quicio, Reese (Matt Doran), que nos va a dar alguna que otra sorpresita, y Jude (Melanie Zanetti), la niña mimada que hay que salvar. A pesar de todo, Jude, quien, por alguna razón, está siempre enfadada con todo el mundo, se las apaña muy bien sola en el cataclismo y no necesita ser salvada por nadie, pero su intento de ser Milla Jovovich se queda corto. Aunque pretende ser una mujer independiente, fuerte y solitaria, es inevitable no cogerle una manía irresistible desde el primer momento en que aparece en pantalla (es el fin del mundo, ¿quién se pinta los ojos de negro como si el rimmel se le hubiera corrido por la cara cuando has huido del refugio y tienes que enfrentarte sola a hordas de zombies?).

Los zombies de esta película son ágiles, al estilo de 28 días después (28 days later, Danny Boyle, 2003), y no necesariamente se les tiene que destruir el cerebro para acabar con ellos. Sus mordiscos, como es habitual, son extremadamente contagiosos. Pero a Max nada de eso le importa. Nuestro héroe manda a todo su equipo a casa para quedarse solo ante el peligro. Cuando se topa casualmente con Jude, se encontrará con una chica muy distinta a la que fue antes de la infección, con un pequeño problemilla al que enfrentarse que nada tiene que ver con los infectados.

Los robots no entran en escena hasta más de la mitad de la película y resultan una agradable sorpresa. Armados hasta los dientes y sin muchas explicaciones, se abren paso entre los zombies. Max, como un buen héroe de acción, no sólo sabe disparar o pegar golpes, también parece saber de ingeniería robótica. Curiosamente, los robots también pueden convertirse en “zombies”, por así decirlo, pudiendo ser una terrible amenaza para nuestros protagonistas.

El mayor Max Gatling y los robots.

El mayor Max Gatling y los robots.

Siendo un film de bajo presupuesto, la película cumple lo que promete y en ese sentido es correcta y más o menos entretenida, aportando la novedad de los robots a un apocalipsis zombie. El presupuesto controlado hace que las carencias de la película queden más expuestas que en otros casos y, por esa razón, para ser de un género que suele aportar grandes dosis de sangre y tripas, es bastante comedida en ese sentido y el abuso de la sangre digital (entre otros efectos mal logrados) me disgustó. Quizá las pretensiones de La batalla de los malditos fueran demasiado ambiciosas. Uno espera encontrarse escenas de acción bien rodadas con tensión y suspense y lo que se encuentra es una intención constante de disimular las carencias presupuestarias que afectan al resultado final del film. Eso perjudica a los personajes, con lo que no sólo son insufribles, sino que están además psicológicamente poco desarrollados. Anna, por ejemplo, daba la sensación de ser un personaje que iba a tener un pequeño romance con Max y, sin embargo, la actriz queda completamente desaprovechada. A pesar de eso, Dolph Lundgren es ya un veterano en las películas de acción de bajo presupuesto y sabe desenvolverse bien con pocos recursos, así que hay que destacar la secuencia en la que
aparece esposado a un poste y enfrentándose a los zombies hambrientos como de lo mejor de la película.

La secuencia del poste, con un suspense bien conseguido.

La secuencia del poste, con un suspense bien conseguido.

Resulta curioso que La batalla de los malditos sea una coproducción entre Estados Unidos y Singapur porque la influencia asiática es nula. Resulta una película realizada conscientemente a imitación de las películas de acción estadounidenses con el típico héroe americano al estilo Jean-Claude Van Damme, Arnold Schwarzenegger o Sylvester Stallone, así que, salvo por la novedad de presentar a robots contra zombies, no notaríamos demasiado la diferencia.

Dolph Lundgren, zombies y robots son una interesante y curiosa combinación, a pesar del uso excesivo de la sangre digital y de todos los clichés del género, a cada cual más obvio. Dentro del cine zombie hay películas que merecen más la pena que La batalla de los malditos, pero no está mal, dentro de lo que cabe. Quizá la aprecien algunos amantes del cine de serie B y, por supuesto, los fans de Dolph Lundgren.

 

Para saber más

Ficha en Imdb http://www.imdb.com/title/tt2210463/

Ficha en Filmaffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film332256.html

Tráiler:

avatar Elísabet Bravo (31 Posts)

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza en 2013. Terminó el Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte en la misma universidad en 2014, con especialidad en Lenguaje y Cultura audiovisual. Particularmente, le interesa el cine de terror.


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