Amenazada por la fractura hidráulica.

Ecologistas en Acción de Burgos. Revista El Ecologista nº 88.

Al norte de la provincia de Burgos, a caballo entre la meseta castellana y la cordillera Cantábrica, nos encontramos con la comarca de Las Merindades. Se trata de una zona de una gran riqueza paisajística y natural debido a su peculiar orografía y su carácter de transición entre los ecosistemas mediterráneos y atlánticos.

Valores naturales y ecológicos

El agua tiene una importancia y una presencia clave en esta comarca ya que ha modelado su paisaje creando espectaculares cañones y desfiladeros. Como los canales del Dulla, el desfiladero de los Tornos o las hoces del Sobrón; y numerosas cascadas, por ejemplo la Mea. Pero quizá, lo que realmente caracteriza a esta comarca es la acción que el agua ha desarrollado en el subsuelo, horadando durante siglos la roca caliza para crear una red de galerías y ríos subterráneos, que tienen su principal exponente en el complejo kárstico de Ojo Guareña. Esta formación, con más de 100 km de desarrollo en varios niveles, y que ocupa una superficie de 18 km2, es una de las más importantes de la Península Ibérica.

La parte central de este complejo kárstico y su entorno están declarados Monumento Natural por la Junta de Castilla y León con el objetivo de preservar sus valores naturales, entre los que cabe destacar la fauna invertebrada cavernícola que se puede considerar única en el mundo. Se han identificado al menos 115 especies de invertebrados terrestres y 187 especies de invertebrados acuáticos, de ellas 36 son especies endémicas y 34 son nuevas especies para la ciencia.

Las aguas de este particular espacio natural que no se introducen por el sumidero de Ojo Guareña o por otras cavidades secundarias para alimentar el karst, transcurren por la superficie y forman el arroyo de la Hoz y el río Trema, desembocando finalmente en el río Nela.

El Nela, afluente del Ebro, es uno de los principales cursos fluviales de esta comarca y tiene una importante riqueza natural asociada, lo que le ha valido ser parte de la Red Natura 2000, bajo la figura de LIC “Riberas del Nela y Afluentes”, que incluye también tramos de los ríos Trema y Salón y de los arroyos Trueba, los Canales, Saúl y Gándara.

En estas riberas se forman bosques de galería, principalmente alisedas y saucedas con un muy buen estado de conservación, donde también encontramos fresnos y álamos. Además de estos bosques hay otros enclaves muy interesantes como el que forma el arroyo de la Gándara en la zona de las Pisas: unas bellas cascadas en el corazón de un hayedo sobre calizas en el que podemos encontrar también robles, avellanos y acebos.

Estos bosques y sus alrededores son refugio de especies de aves como el martín pescador (Alcedo atthis) y el colirojo real (Phoenicurus phoenicurus); también de murciélagos declarados de interés comunitario como el murciélago pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros) y el murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum). En estas riberas encontramos especies endémicas de la Península Ibérica ligadas a zonas fluviales de alta calidad ecológica como el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), que se distribuye desde los Pirineos hasta Portugal y necesita aguas limpias y oxigenadas para su supervivencia. Y otros endemismos como el sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi) y la mandrilla (Chondrostoma toxostoma), pez presente únicamente en ríos del cuadrante nororiental de la Península. Ambos se encuentran amenazados por la degradación de los hábitats ligados al agua y la introducción de especies exóticas.

Permisos y sondeos

En la actualidad Las Merindades están amenazadas por la solicitud de varios permisos de investigación de hidrocarburos, alguno de ellos mediante la técnica de la fractura hidráulica (fracking en inglés); y son varios los sondeos que se encuentran en el trámite de evaluación de impacto ambiental. En concreto, en la zona de Las Merindades –ya que en la provincia de Burgos hay más sondeos proyectados y en la misma fase de tramitación– el permiso de investigación “Urraca” tiene solicitadas tres ubicaciones para dos sondeos cada una mediante fractura hidráulica, (que afectarían directamente a la cuenca del Nela), el permiso “Bezana-Bigüenzo” un sondeo en Alfoz de Bricia –situado en zona ZEPA–, para hidrocarburos convencionales y otros permisos y sondeos que en estos momentos se encuentran en una fase que podemos calificar de incertidumbre.

En caso de que las declaraciones de impacto ambiental sean favorables se iniciarán los trámites para llevar a cabo las perforaciones. Es necesario señalar que los permisos de investigación, así como sus sondeos asociados, son un trámite legal obligado y sirven para determinar la viabilidad técnica y económica del proyecto. Esto significa que si la empresa promotora considera que puede obtener beneficios económicos de ello, iniciará los trámites para llevar a cabo la explotación de hidrocarburos. En ese caso nos encontraremos con que los pozos se multiplicarán sobre el terreno dando lugar a un cambio total en el paisaje que será degradado.

A pesar de la enorme oposición social a estos proyectos la Junta de Castilla y León y el Gobierno central siguen apostando por el fracking; a costa no solo del grave deterioro del paisaje, sino de contaminar la zona e hipotecar el futuro. La contaminación de acuíferos -en una zona especialmente sensible como hemos visto-, el elevado consumo de agua -con los impactos sobre la biodiversidad antes relatada-, la contaminación del aire y los daños a la salud son impactos conocidos y contrastados en otros lugares en los que ya se realizado y están refutados por numerosos informes científicos. Como único argumento a favor encontramos el beneficio de algunas empresas que pretenden mantenernos en la senda de los combustibles fósiles, cuando a estas alturas urge dejar de extraerlos y comenzar a poner en marcha alternativas que nos permitan transitar a otro modelo energético.