Firmas

Podemos y el realismo de la nueva política

  • El problema del partido de Iglesias es que no le cuadran las cuentas
  • El eje de C's es el realismo económico y responsabilidad presupuestaria

El papel lo aguanta todo, pero la realidad no. Ésa es la primera reflexión que viene a la cabeza cuando se lee el programa con el que Podemos quiere condicionar la investidura de Pedro Sánchez. En realidad, no hay muchos cambios sobre la propuesta económica que esta amalgama de partidos presentó a las elecciones. Y eso resulta sorprendente, porque hay varios errores evidentes que, por ejemplo, los candidatos de Ciudadanos les pusimos de manifiesto en los debates de campaña.

Una de las cuestiones más obvias es el famoso IVA de productos de lujo, como los yates o los vehículos de alta cilindrada. Aquí el principal problema es que la directiva que regula el sistema común de IVA sólo autoriza un tipo de IVA general y hasta dos reducidos (arts. 96 y 98). Esto quiere decir que si hay un tipo de IVA reducido y otro superreducido, el resto de productos irían al tipo normal de IVA. En consecuencia, no se puede crear un tipo de IVA de lujo.

Lo sorprendente es que los ejemplos que utilizan sistemáticamente los líderes de Podemos son productos sometidos al impuesto de matriculación. En consecuencia, si los líderes de Podemos conociesen mejor el sistema fiscal, o simplemente hubiesen escuchado las críticas a su programa, pondrían sobre la mesa un nuevo impuesto de matriculación, y no una subida ilegal e imposible del IVA a determinados productos. En Ciudadanos, en cambio, proponemos una sustitución de ese impuesto de matriculación por un nuevo impuesto que grave las emisiones de dióxido de carbono y dióxido de nitrógeno. Si queremos que nuestras ciudades estén menos contaminadas hay que premiar a aquellos consumidores que optan por vehículos que polucionan menos, o prácticamente nada, como los coches eléctricos.

Otra cuestión fiscal que tampoco tiene sentido es la implantación "universal" y "obligatoria" del criterio de caja. Esto quiere decir que el impuesto sólo se ingresaría cuando se cobra. Esto parece muy bonito, pero de nuevo choca frontalmente con la directiva, que exige que este criterio sólo se aplique a "ciertas operaciones" o a "ciertas categorías de sujetos pasivos" (art. 66).

Eso en realidad, es casi lo de menos. El principal problema es que se deja que cualquier empresario que venda a consumidor final ingrese el IVA cuando quiera. Para eso le bastaría con decir que todavía no ha cobrado. El principal problema es que para comprobar si alguien ha cobrado o no, hay que hacer mucho más que mirar los libros de IVA, hay que obtener los movimientos de las cuentas corrientes. Esto es muchísimo más laborioso y no lo pueden hacer los órganos de gestión tributaria. En consecuencia, esta nueva propuesta ilegal crearía además un problema gravísimo de fraude fiscal por imposibilidad práctica de control.

En Ciudadanos somos conscientes de que hay un problema grave con los autónomos y pymes que tienen que soportar un retraso elevadísimo en el cobro de sus facturas de Administraciones y grandes empresas. Para solucionarlo, que ingresen el IVA más tarde sólo les soluciona un 21% del problema como mucho. Lo que hay que hacer, y proponemos en Ciudadanos, es obligar a las administraciones públicas, especialmente, pero también a las grandes empresas, a que paguen en plazo, aplicando efectivamente la ley contra la morosidad.

Podríamos seguir con los errores graves en aspectos concretos, pero el principal problema del programa de Podemos es que no cuadran las cuentas. Efectivamente, hay una memoria económica, pero no sólo hay problemas con las estimaciones, sino fallos graves de concepto. Se pretende incrementar en 24.000 millones al año el gasto público. Uno de los problemas es que esto es acumulativo, y que al final de la legislatura el gasto habría crecido no en cuatro veces los famosos 24.000 millones, sino 24+48+72+96 es decir 248.000 millones de euros, algo más del 24% del PIB.

Otro problema es que se considera que el gasto supone mayor demanda y que eso autofinancia parte de la reforma, generando mayor crecimiento y recaudación fiscal. Esto sólo se cumplirá en parte Aquí el problema es que el subidón de impuestos que se propone para financiar en parte el incremento de gasto, también genera menor crecimiento y más fraude. Esto ya pasó con las enormes subidas de impuestos del PP de Rajoy y Montoro en 2012 y 2013, al que Podemos parece querer imitar también en cuestiones fiscales.

En fin, para esta nueva amalgama de partidos, Podemos y sus confluencias, el realismo económico no es una prioridad. En Ciudadanos, por el contrario, creemos que el realismo económico y la responsabilidad presupuestaria son un eje fundamental de la nueva política. Prometer lo que no hay dinero para pagar no es hacer política, sino demagogia, que no es más que una forma de estafa política.

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