domingo, 11 de marzo de 2012

Otro récord más para Mourinho.

El Madrid salió al Villamarín con la misma actitud con la que un adolescente encara su primera cita. Ansioso, rápido y descontrolado. Culpa de ello la tuvo el conjunto bético, que traía una consigna clara de los vestuarios: presión arriba y no dejando respirar al centro del campo merengue, asfixiando a Ozil y Xabi Alonso. Con Kaká desaparecido y con Raúl Bravo ocupando el cuerpo de Marcelo, no había ninguna salida de balón posible, lo que se tradujo en pérdidas constantes de balón y juego precipitado, que aprovechó el Betis para machacar al Madrid a la contra. Y en una de esas contras llega el gol del conjunto sevillano: balón largo matado magníficamente por el codo de Rubén Castro que se lo pone en bandeja a Molina para que fusile a Casillas. 1-0 para el Betis y adiós a mis opciones de ganar la porra.

El Madrid, al contrario que en otros encuentros, no reaccionó ante el gol y siguió igual de impreciso y perdido. Resacoso. Mourinho garabateaba todos los defectos que encontraba en sus jugadores, lo que hoy ha obligado a talar varias docenas de árboles. O quizás estaba falsificando recetas de orfidal para chutárselos a sus jugadores en el descanso, a saber. Marcelo continuamente superado por Jeff. Montero. Ramos pegando patapum p'arriba de esos que le gustan a Clemente. Pero, como a los grandes, la Diosa Fortuna nos guiñó un ojo y permitió a Ozil meter un balón para la carrera del Pipita que, escorado a la derecha, lanzó un misil que se coló por el palo corto. La crisis de juego y goles del argentino y tal. 

Así continuó hasta el descanso el partido. De un lado para otro. Con ocasiones para ambos equipos. Pipa y Ronaldo perdonaron el segundo y Casillas, por fin, tuvo la oportunidad de sujetar el larguero que con tanto mimo vigila tras un lanzamiento de falta que chocó contra el travesaño. Pero no nos olvidemos de Iturralde. Iturralde on fire. Showtime. Creyéndose Lahoz, intentaba interrumpir poco el partido, pero sin el criterio de éste. Permitiendo excesiva dureza a los jugadores béticos y sacando un par de amarillas absurdas a Kaká e Higuaín. De nuevo, los Dioses de nuestra parte e Iturralde, que debe compartir entrenador personal con Relaño o Lu Martín, sufrió un pinchazo que le impidió continuar en la segunda parte, siendo sustituído por el cuarto árbitro. A estas horas seguimos pendientes del parte médico de los servicios del F. C. Barcelona para saber el alcance de la lesión de la estrella blaugrana.

La segunda parte siguió igual de correcalles, lo que nos hace sospechar que Mourinho no encontró ningún Red Bull por el Villamarín, pero sí encontró a Ronaldo, ése cuyos goles no valen puntos, que adelantó al Madrid en una jugada iniciada por Pepe -hoy Pepenbauer, dejando a Pepe Torrance en casa- con un gran pase a Kaka que, controlando el balón con una orientación perfecta del cuerpo, abre a Marcelo que lanza un sombrero que acaba en los pies del Gitano. Y nuestro Yitan no perdona. Tras el gol, lejos de calmarnos mantenemos la torrija generalizada y tres minutos después, en el 55, empata el Betis. Enésima jugada a balón parado que nos percute el ojal. Saque de esquina de Salva Sevilla, Casillas en su faceta de portero de futbolín se queda bajo el larguero y Arbeloa, tras ver venir el balón paseándose por todo el area, asiste de pecho a Jefferson Montero para que empate el partido. Justo premio para el jugador ecuatoriano, que trajo a Marcelo y Arbeloa por la calle de la amargura.

El Betis planteó un partido muy valiente. Un intercambio salvaje de golpes. Un combate a quemarropa, con la esperanza de noquear al Madrid, única salida posible al planteamiento de Pepe Mel. Y casi lo consigue. Con empate a dos tuvo al Madrid contra las cuerdas pero el gigante blanco, hoy de rojo, acabó sacudiendo un gancho que dejó KO a los béticos tras un barullo en el área verdiblanca, con un remate impecable de Ramos que despejó como pudo Fabricio, dejando el rechace a los pies de nuestro Yitan, que remató al fondo de las mallas. Tras esto Mourinho movió el banquillo y sacó Granero y Callejón por Kaká e Higuaín para darle pausa al partido e intentar hacerse con el centro del campo. Hablando de centro del campo, mientras escribo me acuerdo de Khedira. Brillante, como siempre, en su función gris. No se le ve nunca, pero estuvo impecable en el corte en todo momento. 

El Betis yacía, exhausto, contra las cuerdas, esquivando los continuos puñetazos que le lanzaba el Madrid e intentando buscar las fuerzas para un último golpe, mientras Mou le daba cinco minutos a Benzemá para que coja tono después de su lesión. El último golpe bético llegó, cómo no, a balón parado tras la enésima cagada de Arbeloa en el partido de hoy y sobre la bocina, con un remate de Montero que rechaza Ramos, no se sabe muy bien si con el muslo o la mano, ante las quejas de los verdiblancos. Tras esta última polémica, pitido final y récord de victorias seguidas como visitante para el Real Madrid de Mourinho. Once. Superando la anterior marca de Míster Puntaje y con la satisfacción de haber ganado un partido a caraperro, donde hace no mucho nos dejábamos esos puntos que acaban decidiendo las Ligas.

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