MI VERDAD

La 'barcelonitis' del Madrid no la sabe curar Mourinho

Josep Maria Casanovas

COMPLEJO DE INFERIORIDAD. El equipo blanco padece un virus que se cura solo con victorias. Tiene `Barcelonitis aguda¿. Un complejo de inferioridad que se adquiere cuando el máximo rival te supera una y otra vez. A nadie le gusta ser segundón y cuando esto sucede, se buscan excusas de mal perdedor. Te quejas de todo. Asumes el papel de víctima. Ves fantasmas donde solo hay impotencia. Buscas chivatos donde no los hay. Te creas tus propios enemigos. Detrás de este retrato robot aparece la figura de Mourinho, un entrenador que pierde el tiempo haciendo de policía malo. El miércoles por la noche, después de encajar con mala cara una eliminación de la que es el máximo culpable, no se le ocurrió otra cosa que esperar la salida del árbitro para mandarle un mensaje muy de su estilo: “¡Menudo artista! Cómo te gusta joder a los profesionales” Y como se dio cuenta que había testigos, de inmediato añadió: “Y ahora no digas que te he insultado”. Si el entrenador hace esto, no puede sorprender que Casillas le dijera al final del partido al colegiado en el túnel de vestuarios: “Ahora vete a celebrarlo con ellos”.

¿VICTORIA MORAL O DERROTA REAL? Sabemos de lo que hablamos. Durante muchos años el Barça sufrió `Madriditis¿”, eran los tiempos en que no se ganaba nada y solo se aspiraba a derrotar al Real en el Camp Nou para salvar los muebles. Leyendo la prensa de la capital de ayer, parecía que los blancos habían ganado, querían convertir una derrota real en una victoria moral. Allá ellos. Más dura será la caída. Hicieron un buen partido, pero así y todo no fueron capaces de ganar a un equipo que les tiene ganada la moral. Un Barça que demostró su grandeza manteniendo con coraje un empate que le valía para pasar a semifinales. Hay que saber navegar con el viento a favor y con el viento en contra. Ante la adversidad hay que apretar los puños y poner el corazón. Para los aficionados barcelonistas fue una buena prueba, nos habíamos olvidado de sufrir, de mirar el reloj, de desear que el partido se acabara cuanto antes. Nadie regala nada y menos el Madrid que si no gana nada esta temporada va a caer en una profunda depresión.

VIENEN MOMENTOS DIFÍCILES. Las lesiones están desmontando el Barça. Solo hay catorce jugadores de campo en disposición de jugar en Villarreal al margen de las incorporaciones del B. Vienen curvas. Juegan cada tres días y esto mata a cualquiera. Luchar en tres frentes en busca del triplete soñado es un objetivo cada vez más complicado. Después del derroche físico realizado ante el Madrid, mañana les espera un choque liguero donde está prohibido fallar. Y cuatro días más tarde les espera el Valencia en la semifinal de Copa. Guardiola tiene faena difícil, mentalizar a los jugadores para que no bajen la guardia, para que lo den todo en cada partido. Tener que ganar siempre es una carga muy pesada. El Madrid se va a centrar en la Liga y tiene un calendario por delante más fácil. Los próximos cuatro partidos los juega en Madrid, dos en el Bernabéu y los otros dos en el campo del Rayo y Getafe. Las lesiones de Iniesta y Alexis lo complican todo un poco más. Pero no es hora de lamentaciones, el Barça lleva varias temporadas rindiendo al máximo y han superado situaciones más complicadas.