Blogs|

Líder mundial en español

Miércoles 21/ 09/ 2011 Actualizado 12:55h.

URGENTE

El mejor marisco del mundo

21 SEP 2011 00:55

     Arcadi escribe de gastronomía. Víctor de la Serna escribe de gastronomía. Sostres escribe de gastronomía. A mí también me gusta escribir de eso y lo hago, aquí y en otras partes, con frecuencia.

     Rectifico. Todos los citados son gastrónomos. Yo no lo soy. Yo soy, simplemente, una persona que disfruta comiendo bien y que da, a veces, cuenta de ello en lo que escribe, pero sin ánimo de sentar cátedra ni de hacer proselitismo.

      No soy un técnico, no soy un experto, no soy un tratadista. No me importa el cómo de lo que como. No quiero saber con qué ingredientes se ha elaborado lo que me ponen delante ni qué demonios han hecho con ellos para que sepan así o asao.

     No sé cocinar. No quiero aprender a cocinar. No quiero revolucionar la cocina. No quiero, ni siquiera, que la cocina evolucione. No quiero, como Sostres, comer ideas. Me trae al fresco la historia de la cocina. No creo que detrás de los platos haya una determinada filosofía. No creo que la cocina sea cultura. No quiero que un camarero pelmazo o un chef refitolero me largue una conferencia antes de hincar el diente en lo que me ha servido. No quiero saber si en el fondo del vino que estoy bebiendo hay un toque de frambuesa del Moncayo, mariposa del trópico, mango tailandés, dondiego de noche, madera de baobab o castaña pilonga. Todo eso son cursiladas. Las narices de los catadores me parecen ridículas y los horterillas que van a cursos de cata un hatajo de esnobs.

     Nunca como por hambre o, mejor dicho, no llamo comer a lo que sólo por hambre se come. Eso es nutrirse. La comida es un placer y nada más que un placer. Como para disfrutar y disfruto comiendo bien, y punto, sin darle más vueltas, de igual modo que disfruto follando sin que se me ocurra hojear mientras follo un manual de fisiología para saber cómo carajo (nunca mejor dicho) llegan los espermatozoos a la punta del apéndice recién mencionado.

     Mis gustos son muy sencillos. Me gusta a rabiar, por ejemplo, el pan (bueno… En Madrid es casi imposible encontrarlo) con aceite de oliva virgen y un poquillo de sal gorda, y si tuviera que elegir un solo plato para el resto de mis días me quedaría con ése.

     A uno, en definitiva, le gusta lo que comió en su infancia. El “bullitori”, sin ir más lejos. Así llamaba mi madre, que era alicantina, a un plato de pobres –son los más ricos (paella, cuscús, cocido, espaguetis, gazpacho, tortilla de patatas, migas con uvas)– que nos servía a menudo, siempre de noche, en los años del hambre. En él sólo había patatas y cebollas hervidas, que luego se chafaban, mezclaban y aliñaban con aceite. Yo le añadía unos pedacitos de corteza de pan. Placer de dioses. Aún hoy me lo parece.

     Pero ojo… También me chiflan otros manjares mucho más refitoleros, aunque nunca de cocina creativa ni tampoco de fusión (otra majadería). ¿Qué pediría si estuviese en el corredor de la muerte de una cárcel norteamericana y a punto de entrar en la cámara de gas o de acomodar mis posaderas en la silla eléctrica?

     Lo tengo claro: sushi (de ventresca, anguila y erizo, a ser posible), sashimi de cualquier cosa, mariscos a granel (excluyendo las quisquillas, los langostinos y los bogavantes) y, entre ellos, docenas y docenas de ostras y de almejas de carril regadas con champán francés, nunca con cava.

     Cuanto más caro, éste, mejor, pero nunca rosé. Eso es otra cursilada.

     ¿Quiere eso decir que el marisco es lo que más me gusta en el mundo, junto a los gatos, los toros, las galletas de marihuana, las drogas enteogénicas, el Dom Perignon, el vino blanco y seco de Alsacia, el chocolate negro con un 72 por ciento, como mínimo, de cacao, el café turco, la horchata de chufa y follar sin saber con quién?

     Pues sí, aunque seguro que me olvido de algo…

     Sirva esta andanada de placeres y pecados (o no) capitales como prólogo a algo de lo que hablaré el próximo día.

     Lo adelanto. Por fin sé dónde se come el mejor marisco del mundo. No, no es en Galicia. Está en Madrid.

     Un poquito de paciencia…

16 » Comentarios ¿Quieres comentar? Entra o regístrate

  1. anoimo 22.sep.2011 | 21:54

    #11

    Va a ir usted directo al infierno, es un libertino.

  2. Uyaca 23.sep.2011 | 00:26

    #12

    Para alguien como yo que, en su vida de guerrero, ha derrotado hasta las ganas de comer (y te aseguro que volverse más listo que el hambre es lo más dificil del mundo), la comida tan sólo es algo que es necesario ingerir para seguir viviendo... ¿Comida creativa?... ¡puaj!, cuando uno lucha desesperadamente para sobrevivir, debe agarrarse a todo aquello que simplemente le dé ganas de comer...aunque sean unos donuts, unas golosinas o un simple caramelo azucarado.... Eso es luchar para sobrevivir: comer por obligación, simplemenete porque se debe seguir luchando...y viviendo

  3. Pol Ze Nit manteKO 23.sep.2011 | 13:44

    #13

    FernANDO, adMIRO como te multiPLICAS, diVIDes o atomiZAS, y de inmed-hiato te rECOmpones, no se como lo haces para STAR aquí y allí; tan pronto es Japón, o el zopetero Numantino, como la Villa y Corte, o en Nimes, disfrutando de la sabiduría y el temple, de un estoico CABALlero, que su vocación y oficio, le elevan no a hombros, para cruzar la puerta más grande, sino ... ¡¡¡ ¿levitando¿ !!!, a los altARES, así la TORmenta persista, y transFIGURAndose para atravesar las murallas de la negación. ¡ToMÁS! es también santo de mi devoción, y ejemplo a seguir, en cualquier campo/dehesa/tentadero/coso o cosa a la que uno se dé-di-que...; y después de tan sucuLENTO aperitivo, ¿quien come, así sea el mejor marisco del mundo?. Francisco J. López ¿ Madrid.

  4. Hasufel 26.sep.2011 | 10:44

    #14

    Cualquir respuesta diferente a Combarro sería un dislate

  5. granmadrid 28.sep.2011 | 16:33

    #15

    Es cierto, comer bien en Madrid puede ser una tarea ardua, y en muchos casos imposible. Y si vamos al marisco, más complicado todavía. También es verdad que en Madrid se paga más por el mejor género, y que en muchos casos, llega a la capital antes que a muchos lugares de su zona de orígen, y ese género se lo disputan entre dos o tres, que son las marisquerías auténticas que hay en Madrid, y creo que me paso. En mi listado figuran dos nombres, y no está combarro. Espero impaciente la revelación...

  6. Vanuatu2 02.oct.2011 | 21:23

    #16

    Pues yo,me comería un buen cangrejo a la pimienta como ya lo he comido un par de veces en Singapore.

Queremos saber tu opinión
Usuario registrado
Recordadme en este ordenador
Recuperar contraseña »
¿Eres un usuario nuevo? Regístrate
Comentarios (16)

Compartir

Sobre el autor

  • Fernando Sánchez Dragó
    Fernando Sánchez Dragó

    Torearé a mi aire. ¡Ojalá entren al trapo los enemigos! Sin ellos me quedo en nada

Archivo

  2020
  2019
  2018
  2017
  2016
  2015
  2014
  2013
  2012
  2011
  2010
© 2024 Unidad Editorial Información General S.L.U.
Aviso legal | Política de privacidad | Publicación digital controlada por OJD