Indígenas ecuatorianos alborotan cumbre del ALBA

  • Paúl Mena Erazo
  • Ecuador

La Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se desarrolló este viernes en la ciudad ecuatoriana de Otavalo, al norte de Quito, en medio de protestas de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), efectuadas en las afueras de la sede de la cita.

Manifestantes indígenas y policía montada en Otavalo, Ecuador
Pie de foto, La CONAIE protestó contra la cumbre del ALBA.

La reunión, liderada por los presidentes de Ecuador, Bolivia y Venezuela, tuvo por objeto impulsar planes de integración y desarrollo de los pueblos indígenas y negros. Para ello la cumbre congregó a autoridades aborígenes y afrodescendientes de los países miembros del ALBA, sin contar con la participación de la CONAIE, la principal organización indígena ecuatoriana.

Los líderes indígenas de la CONAIE rechazaron la realización de la Cumbre del ALBA "a espaldas de los actores sociales e indígenas", y acudieron a la sede de la reunión con el fin de entregar un manifiesto sobre la realidad política y social en Ecuador al presidente boliviano Evo Morales. Dicha entrega no se produjo y se generaron enfrentamientos entre indígenas de dicha confederación y la policía.

La CONAIE ha sido crítica con el presidente ecuatoriano Rafael Correa y sus planes en torno a temas como la Ley de Aguas y la explotación minera.

Esta agrupación indígena tuvo un papel protagónico en la caída de los presidentes Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000), y ahora busca recuperar fuerza organizativa tras un proceso de debilitamiento iniciado años atrás.

Las protestas de este viernes de la CONAIE además se produjeron en Latacunga, al sur de Quito, donde miles de indígenas efectuaron una marcha por las principales calles de la ciudad en rechazo a la Cumbre del ALBA y en celebración de los 20 años del primer levantamiento indígena efectuado en Ecuador, país donde la mayoría de la población no es indígena.

Según un comunicado de los organizadores de la marcha, la Cumbre del ALBA efectuada en Otavalo pretendió ocultar "la crisis y el enfrentamiento político entre gobierno y pueblos indígenas en Ecuador".

Reproche de Correa y Chávez

Las acciones de la CONAIE motivaron el reproche del presidente Correa, quien en su discurso en la Cumbre del ALBA dijo que la dirigencia de dicha agrupación hace oposición al gobierno con "posiciones extremistas" y "fundamentalismos ecologistas".

Evo Morales (izq.), Rafael Correa (centro), Hugo Chávez (der.)
Pie de foto, Correa acusó a los manifestantes indígenas de "burdo oportunismo".

"Es muy fácil, pero muy inadecuado, interpretar la plurinacionalidad que nosotros pusimos en la nueva Constitución como una opción de cogobierno, en que aquellos que no han ganado una elección reclamen un supuesto derecho a cogobernar. Ese burdo oportunismo este gobierno no lo va a permitir", señaló Correa.

El mandatario ecuatoriano advirtió el que las protestas indígenas puedan ser parte de un plan para desestabilizar al gobierno. "Hay conspiraciones en marcha", aseguró Correa.

Por su parte, el presidente venezolano Hugo Chávez manifestó que "cuesta mucho entender a un movimiento indígena que salga a enfrentar, a desafiar incluso, o a provocar al gobierno del compañero Rafael Correa".

El presidente Evo Morales, entretanto, llamó a la unidad de indígenas con mestizos. "Es importante una alianza de las distintas capas sociales: indígenas, negros, obreras y mestizas (…) Eso ayuda a acelerar los procesos de cambio que estamos implementando ahora", señaló.

Compromisos

La Cumbre del ALBA concluyó con la firma de la Declaración de Otavalo, la cual incluye compromisos para promover políticas en beneficio de indígenas y negros, así como para suscribir un "Tratado de Comercio de los Pueblos" en el marco de un modelo de "soberanía económica" impulsado desde el bloque subregional.

Los miembros del ALBA además acordaron mantener reuniones anuales con autoridades aborígenes y afrodescendientes "como un mecanismo de encuentro y diálogo intercultural".

Más allá de la declaración, Morales y Chávez también rechazaron la política exterior de Estados Unidos en América Latina. El presidente boliviano dijo que no le temblará la mano para expulsar de su país a la Agencia de Estados Unidos para la Cooperación Internacional (USAID) si no cesa de "conspirar" contra su gobierno.

Chávez, de su lado, señaló que retirar a las fuerzas de Estados Unidos de siete bases militares colombianas "sería un fruto para evaluar el deseo de cambio" del presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos.