miércoles, 7 de julio de 2010

LIBERTAD A MARCELA Y FELIPE CARCEL COMÚN A ERNESTINA HERRERA DE NOBLE

PERO A LOS CIEGOS NO LE GUSTAN LOS SORDOS

La gran mayoría del Pueblo Argentino no avalamos la apropiación de los/as hijos/as de los/as desaparecidos/as, por el contrario, la sufrimos. Sin embargo, los Disidentes S.A., con el apoyo de los radicales conversos Elisa Carrió y Julio Cobos, sostienen la mentira del Grupo Clarín para con Marcela y Felipe, e incluso la justifican amparándose en una supuesta situación de privilegio y de elección de vida de estos jóvenes; y poniendo a “esta” apropiación como algo que de un modo u otro, los beneficia. Argumento que más allá de lo macabro de la operación, hace agua por donde se lo mire, sobretodo si uno toma en cuenta los propios dichos de los/as restituidos/as, muchos de los cuales actualmente son colaboradores de Abuelas de Plaza de Mayo.

Fieles a una narco-concepción de la doctrina, los Disidentes S.A. intentan hacerle creer a la sociedad que con esta posición están del lado del verdadero Justicialismo (los muchachos no quieren sacar los pies del plato): después de todo fue Perón quien menciono que “los únicos privilegiados son los niños”; y aunque todos sepamos que los dichos “del viejo” General tienen que ver (por ejemplo) con la Asignación Universal por Hijo/a, ellos (que hace rato le vendieron el alma a Héctor Magnetto) bien pueden establecer diferencias entre el caso de Samuel Miara y Beatriz Castillo (apropiadores de los mellizos Reggiardo Tolosa) que vivían en una casa común de una calle con olor a hospital del Partido de Tres de Febrero; y el de Ernestina Herrera de Noble, que “cobijo” a estas criaturas en un palacete oligárquico de las Lomas de San Isidro y los llevo a Disney cuantas veces pidieron.

Justamente traemos a la memoria el caso de la apropiación de los mellizos Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa (y la mediatizada restitución de su identidad) porque entre estas dos victimas del terrorismo de Estado, y Marcela y Felipe, se establecen una serie de similitudes que le permiten al lector de estas líneas entender porque Duhalde, Carrió, Cobos, etc., no tienen nada que envidiarle a Bernardo Neustadt, y visualizar (aun a riesgo de que esto le provoque nauseas) la participación mercenaria de estos democráticos de cotillón en el sostenimiento de un delito de lesa humanidad como lo es esta (o cualquier otra) apropiación.

UN CORAZÓN NO SE ENDURECE PORQUE SI

Matías y Gonzalo Reggiardo Tolosa nacieron en la maternidad de Olmos el 24 de Abril de 1977, hijos de María Rosa Tolosa (Machocha) y de Juan Enrique Reggiardo (Quique) militantes Montoneros de La Plata, quienes se encontraban secuestrados, al momento de los nacimientos, en el centro clandestino de detención y tortura “La Cacha”, (bajo la orbita de fuerzas conjuntas de la marina, el ejercito, la policía de la provincia de Buenos Aires, y el servicio penitenciario federal) y que aun continúan desaparecidos.

Los mellizos fueron inscriptos como propios por Samuel Miara y Beatriz Castillo el 16 de Mayo de 1977.

El caso salto a la luz a partir de información recibida por Abuelas en 1984, quienes radicaron la denuncia en el Juzgado Penal Nº2 de La Plata.

Sin embargo (igualito a lo que hace algo mas de dos meses hizo Ernestina Herrera de Noble) Samuel Miara y Beatriz Castillo en 1985 escaparon llevándose a los mellizos (en ese entonces de 8 años) al Paraguay.

Recién en 1989 se logro la extradición del matrimonio, lo que permitió que a Matías y Gonzalo (ya de 12 años) se le extrajeran las muestras necesarias para realizar el análisis de histocompatibilidad que confirmo que eran los hijos de los Compañeros “Machocha” y “Quique”.

Si bien no se pretende relatar una cronología de los hechos desde que ocurrieron hasta la actualidad, bien vale mencionar que el caso de la restitución de la identidad de los Reggiardo Tolosa ha tenido un alto nivel de exposición mediática, impuesta por los mismos medios que hoy esconden bajo la alfombra (del reabierto Teatro Colon) lo que acontece con Felipe, con Marcela, y sobretodo con quienes están sospechados de su apropiación, entre los cuales (oh casualidad) se halla el aliado principal de los Disidentes S.A., el delincuente de Héctor Magnetto; y el diario que justamente intenta (aun publicando noticias desmentidas por las propias personas que aparecen en ellas) que este Gobierno (“ateo, grasa y montonero”) se desmorone, para lo cual pone sus mejores paginas a disposición de las alteraciones psíquicas de Elisa Carrió, a quien solo le falta denunciar que pasando de atrás para adelante el discurso de Néstor Kirchner en el estadio de Ferro, se puede escuchar un mensaje satánico.

Pero tal cual decíamos antes, la mediatización del caso provoco (como suele pasar) que personas y personajes (que nada tenían que ver con las familias) no solo se involucraran sino que jugaran un papel determinante a favor del victimario, ocasionando por un lado el que se profundicen contradicciones (a las que la gran mayoría de los familiares de victimas del terrorismo de Estado no escapa, como así tampoco escapa el conjunto de la sociedad) con el agravante de buscar y provocar el distanciamiento (e incluso el rechazo) de Gonzalo y Matías (por entonces adolescentes) de su tío biológico; lo cual Samuel Miara (al igual que Magnetto y la viuda negra ahora) supo convertir en una carta a su favor para seguir manipulando la psiquis de los muchachos; como si la identidad de los seres humanos se resolviera en una partida de póquer.

Pasaron los años y hoy Gonzalo volvió a conectarse con su tío Eduardo Tolosa, así como también mantiene una relación fluida con su apropiadora a quien llama “mamá”; mientras que su hermano se separo y eligió volver a vivir en la casa de Ciudadela junto a Beatriz Castillo, y a la vez de que asegura que todavía no se siente listo para volver a ver a su tío biológico, manifiesta que “el acercamiento a Abuelas es positivo” y reconoce su deseo de ayudar a otros que pasan por una situación similar a la de ellos (incluso lo expreso en el diario Perfil escribiendo acerca de Felipe y Marcela) o cuando reconoce (en el libro “De vuelta a casa” de Analía Argento) que “uno ya sabe quien es y tiene esa historia, pero no puede ir tranquilo por la vida mirando todo lo que falta”.

Vale agregar que Matías participa (o participo) de encuentros e/o intercambios de correos electrónicos con nietos recuperados trasmitiendo su dura experiencia, y que mas allá de la lógica reticencia que provoca la elección de este joven de 33 años de volver a vivir junto a su apropiadora, en Abuelas nunca se le cerraron, ni se le cerraran las puertas.

Y DEJE HUERFANO TODO SU PENAR

La apropiación de los/as hijos/as de las victimas durante la represión ilegal en nuestros país, hace que los nazis al lado de los militares argentinos parezcan aprendices de carniceros.

Ya la desaparición implica un hecho criminal y tortuoso que (adrede) excede a la victima y se desparrama terroríficamente como un tumor maligno en la sociedad en general, y particularmente entre los familiares, amigos, y compañeros del desaparecido.

La apropiación de los hijos de las victimas del terrorismo de Estado multiplica el dolor y hace de la incertidumbre una tortura que abarca tanto a padres, abuelos, hermanos (etc.) del secuestrado, como a su propia descendencia; del mismo modo que sobre la yaga abierta a causa de la perdida (que es muy difícil de asumir porque no hay cuerpo) derrama la sal de una nueva ausencia, ocasionando que cada día que pasa “el castigo” al que fue sometido el detenido desaparecido (como macabro plan sistemático de los genocidas) cobre vigencia.

No existe ningún tipo de posibilidad de verlo de otra manera, ni de justificar la apropiación, y mucho menos de creer que se puede darle a elegir a uno, a dos, o a cuatrocientos jóvenes el continuar siendo apropiados, cual si fueran objetos: la casa que le robaron a Rodolfo Walsh, o la empresa Papel Prensa que le usurparon a los Graiver.

Aquello seria como entrar a una escuela de no videntes, comunicarles que de ahora en adelante usaran uniformes naranjas fosforescentes con pintitas blancas, y preguntarles si les gusta el nuevo atuendo: muy probablemente alguno diga que sí, que le parece fascinante y hasta este convencido que aquello es lo mejor que le paso en la vida; cuando en realidad ese ser, en su ceguera, no conoce los colores y no sabe a lo que lo están exponiendo, o si se están burlando de él.

En síntesis, la apropiación es un delito por el que no solo deben pagar tanto milicos torturadores (que ahora la quieren jugar de viejitos enfermos) como quienes le sustrajeron la identidad a esos bebes (hoy jóvenes); sino también todos aquellos que aun intentan cubrir con un manto de impunidad y olvido a los culpables.

De comprobarse que Marcela y Felipe son hijos de detenidos desaparecidos, no solo deberían ir a parar a una prisión común Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto, también deberían ser enjuiciados por cómplices del mismo delito Duhalde, Carrió, Cobos, De Narváez, Mariano Grondona, María Laura Santillán, Mirtha Legrand, etc., que anteponiendo sus execrables intereses coloniales depositan todas sus fichas, y lo mordaz de sus lenguas, para que estas dos victimas del terrorismo de Estado sigan jugando al gallito ciego sin saber quienes eran sus padres, quien son sus abuelos, o a quienes se parecerán sus propios hijos.

Las nazis de nuestra época ya no necesitan andar paseándose arrogantes por “la capucha” de la ESMA, ahora consiguen lo mismo yendo a Todo Noticias.


AGRUPACION NORMA ARROSTITO
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