África, tierra de chances y retos para Brasil

- Autor, Pablo Uchoa
- Título del autor, BBC, enviado a Mozambique y Angola
Los brasileños escogerán el próximo 3 de octubre al sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva. Durante su período, Brasil se ha confirmado como jugador en las grandes ligas en el concierto de naciones. Con una serie de artículos, BBC Mundo explora cómo se ve el gigante latinoamericano desde afuera.
Objetivo de intensos esfuerzos diplomáticos, comerciales y de cooperación durante la presidencia de Luis Inácio Lula da Silva, África se ha vuelto un ejemplo de cómo Brasil es capaz de ampliar su presencia en el mundo.

Pero el continente ha demostrado también que Brasil puede encontrar obstáculos en el camino hacia convertirse en potencia emergente, y deberá sortear escollos, como la competencia de uno de sus principales rivales, China.
El gobierno brasileño reconoce que la presencia en África es importante para asegurarse un espacio entre los consumidores del futuro, ahora que varios países africanos van dejando atrás sus historias de conflicto y arremeten contra la pobreza.
Al presidente Lula le gusta recordar que desde enero de 2003 ha visitado 27 países africanos, "más que todos los presidentes de la historia de Brasil juntos".
"África ha dejado de ser un continente de problemas para convertirse cada vez más en un continente de oportunidades", afirmó una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores, resumiendo la idea que tanto a Lula como a su canciller, Celso Amorín, les gusta repetir.
El valor de las relaciones comerciales entre Brasil y África, que era de US$5.000 millones hacia finales de 2002, se ha más que quintuplicado, llegando a los US$26.000 millones en 2008.
Los efectos de la reciente crisis económica redujeron este volumen a US$17.000 millones en 2009, sin embargo hasta julio el intercambio había sumado US$11.500 millones en 2010.
Entre 2002 y 2008, las exportaciones crecieron un 340%, y tres cuartos corresponden a productos manufacturados.
Estos números reflejan el dinamismo con el que el sector privado brasileño se ha expandido en el continente. Empresas como Odebrecht, Vale y Camargo Correa compiten agresivamente por el mercado africano.
La C en BRIC
La segunda mayor fuente de trabajo para Odebrecht, que está presente en 27 países africanos, es Angola.
Tras casi cuatro décadas de enfrentamientos –por la independencia primero, y luego por la guerra civil- el país viene creciendo a una tasa media anual de 13%, desde que finalizaron los conflictos en 2002.

El gobierno de Angola prometió construir antes de 2012 un millón de casas para la población de ingresos más bajos, y empresas como Odebrecht, que ya tiene tres décadas en el país, han aprovechado la oportunidad.
Pero a veces la presencia brasileña encuentra una competencia feroz. El principal rival es China, que ha ingresado con fuerza en el mercado africano en búsqueda de recursos naturales para alimentar su crecimiento económico.
Se calcula que el banco de desarrollo de China ha invertido cerca de US$10.000 millones en la última década en proyectos en Angola, el tercer productor de petróleo de África.
El valor triplica las líneas de crédito que ha abierto el Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDES) brasileño hasta ahora en este país.
En Mozambique, los US$2.000 millones que la compañía minera Vale ha invertido para comenzar a extraer carbón de la mina de Moatize a partir de enero de 2011, quedan empequeñecidos si se los compara con los US$15.000 millones que China invertirá en el país en los próximos cinco años, principalmente en proyectos de infraestructura.
Aparte, en 2006 Vale perdió ante su competencia china la concesión de un proyecto de extracción de mineral de hierro en Gabón. Acerca de este episodio, Lula comentó en Tanzania que si Vale hubiera sido escogida hubiera creado más empleos locales que su competencia china.
"No tengo nada en contra de mis amigos chinos, pero la verdad es que ellos si ganan la mina, traen chinos para trabajarla, y se pierde la oportunidad de generar empleos en el país", dijo en defensa del proyecto brasileño.
¿Transparentes y respetuosas?
Las empresas brasileñas, en tanto, son blanco de críticas en la región. En Mozambique, Camargo Correa está en en problemas por una represa que según los críticos será construida sin que los estudios de impacto ambiental hayan presentado sus conclusiones.
El proyecto Mpanda Mkuwa, valuado en unos US$2.000 millones, montará una represa sobre el río Zambeze para generar 2.700 megawatts de energía. A pesar de que los estudios sobre los efectos del dique en la biodiversidad de la zona solo estarán listos a finales del año próximo, las autoridades de Mozambique dieron luz verde al proyecto el mes pasado.
"Esta imagen de que las empresas brasileñas son más éticas que las otras, por ejemplo las chinas, es completamente falsa", le dijo a la BBC el portavoz de la organización mozambiqueña Justicia Ambiental, Jeremías Filipe.
Aunque responsabiliza principalmente al gobierno de su país, dice que la participación de empresas brasileñas en proyectos en el interior de Mozambique ha llevado a una "parte pequeña de la población" a creer que "las empresas brasileñas son incluso peores en materia de transparencia y respeto a los derechos humanos de las comunidades que las empresas de los países desarrollados".
"Lo que reclamamos es que estas inversiones cumplan con los estándares más reconocidos internacionalmente, para que eso no afecte la imagen que Mozambique tiene de Brasil", dice el activista.
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Los proyectos de cooperación que Brasil impulsa en África son menos polémicos. La llamada "diplomacia de la generosidad" le ha ganado al país prestigio y liderazgo en los foros internacionales.

Según la agencia brasileña de Cooperación (ABC), en los años 2009 y 2010 están previstos 150 proyectos de cooperación en África, que suman un desembolso de cerca de US$38 millones.
Del total de recursos adjudicados a los proyectos de cooperación técnica en el continente, un 74% han sido volcados a países de lengua portuguesa, para los cuales Brasil se ha convertido en una suerte de "hermano mayor", en palabras del embajador brasileño en Mozambique, Antonio de Souza e Silva.
Uno de los proyectos de cooperación más importantes de Brasil en África ha sido bautizado Cotton 4, y es el canal por el que Brasil transfiere tecnología y conocimientos sobre el perfeccionamiento del algodón a cuatro países pobres y altamente dependientes de las exportaciones de este producto –Benín, Burkina Faso, Chad y Mali.
El proyecto se ha vuelto tan importante que hasta la Empresa Brasileña de Investigaciones Agropecuarias -Embrapa- ya tiene un representante en Mali para supervisar las operaciones.
Con un costo cercano a los US$4 millones, Cotton 4 le ha permitido al gobierno brasileño demostrar fuerza al presentar ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) una denuncia contra Estados Unidos por medidas proteccionistas para su algodón.